Capítulo 719
Natalie giró la cabeza para mirarle y no dijo nada, siguiéndole en silencio.
Era alto. La altura de Natalie ya rozaba el metro setenta, pero la parte superior de su cabeza sólo les llegaba a los hombros. Debería medir más de uno ochenta y cinco.
También sus hombros eran anchos. Parecía el tipo de hombre que podría dar a una mujer una sensación de seguridad.
Se dio cuenta de lo que estaba pensando. Natalie se serenó al instante y su rostro se volvió
serio.
Hace demasiado tiempo que no tengo una relación, ¿por eso tengo sed al ver la espalda de un hombre?
Tendría que encontrar una oportunidad para que Nora la llevara a relajarse, o de lo contrario probablemente ilusionaría al ver a Leonardo.
Tras dejar la maleta, Leonardo volvió la cabeza hacia Natalie. -Dúchate tú primero. Me dices cuando termines. Estoy abajo.
Bien, ¿dónde están los artículos de aseo?
Comparada con el momento en que firmó, Natalie se sintió realmente avergonzada y abrumada en este momento.
Después de todo, ella no estaba tan cerca de ningún hombre en su memoria.
Al ver la timidez en sus ojos, Leonardo sonrió: -En el primer cajón debajo del lavabo.
-Lo sé.
Cuando Leonardo se fue, Natalie abrió su maleta y puso su ropa en el armario.
En el armario sólo había ropa negra, blanca y gris, pero al instante se llenó de muchos más colores brillantes. Una sutil emoción se apoderó de Natalie al ver las ropas completamente diferentes.
Respiró hondo para no pensar demasiado. Los tres meses pronto llegarían a su fin y luego serían dos extraños sin parentesco. Solo tenía que aguantar los tres meses.
Después de coger su pijama, Natalie entró en el cuarto de baño para darse una ducha.
Natalie se sorprendió al darse cuenta de que el champú y el jabón corporal eran de sus marcas favoritas. Pero entonces recordó que Leonardo y ella habían sido pareja y lo comprendió.
Después de ducharse y secarse el pelo, salió del dormitorio y bajó para decirle a Leonardo que ya había terminado.
SRUME
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Leonardo estaba leyendo un documento y levantó la vista cuando oyó unos pasos. Su mirada se
detuvo bruscamente.
Natalie llevaba un camisón de cuello redondo que le llegaba casi hasta los tobillos. Y aunque el camisón era ancho, dejaba ver que tenía una figura perfecta. Su cara pálida parecía un huevo recién pelado, y su pelo largo y rizado cafa en cascada por su costado. Y aunque no llevabal maquillaje, seguía siendo seductora hasta el extremo.
Su respiración se entrecortó y tosió para ocultar su sensación, -¿Has terminado?
-Si, señor Ramos, ¿cuándo vas a…?
Antes de que pudiera terminar la frase, Leonardo interrumpió, -Llámame Leo a partir de
ahora.
Natalie frunció el ceño, -Pero estoy acostumbrada a llamarte señor Ramos.
-Entonces acostumbrate de nuevo. No olvides que somos una pareja normal estos tres meses.
Al ver su mirada seria, Natalie respiró hondo y dijo despacio: -Le…Leo…
-Si.
Leonardo sonrió y se levantó, -Voy a darme una ducha.
-Bien, hoy estoy un poco cansada. Voy a dormir.
Al ver la vergüenza bajo sus ojos, Leonardo la miró y le dijo: No te preocupes, no te tocare s no estás de acuerdo.
Estaban muy cerca el uno del otro, y la fragancia de ella después de ducharse permaneció en su nariz, haciendo que su cuerpo se tensara involuntariamente.
Quería abrazarla, pero temía asustarla.
Ella estaba muy a la defensiva con él ahora, y si se atrevía a abrazarla, a lo mejor no dormiría con él en los próximos tres meses.
Natalie se sonrojó, fingió estar tranquila y dijo: Si, yo subo primero.
Tras decir eso, se dio la vuelta y se fue volando.
Al ver sus orejas enrojecidas, Leonardo sonrió. Era realmente linda.