Capítulo 715
Justo cuando Michela iba a pedir a las criadas que se adelantaran y le arrebataran a Natalie, la gélida voz de Ángel sonó detrás de ella.
-¡Dejen que él se vaya!
Tanto Michela como Natalie miraban sorprendidas a Angel. ¿Quería decir que estaba de
acuerdo con que Leonardo se llevara a Natalie?
-Ángel, ¿estás loco?
Ángel se acercó a Michela y le susurró: -Luego te explico.
Michela se encogió de hombros y le dijo: -¡Si quieres explicar, dime ahora; de lo contrario no te haré caso!
Angel suspiró impotente, -Tiene su certificado del matrimonio con Natalie.
-¡Es Natalie López, no Natalie Silva!
-Señora Royal, sabes perfectamente que son la misma persona. Si pido que venga un abogado, puedo demandar a la familia Silva. Si no me equivoco, David Silva va a recibir un ascenso muy pronto, así que no vale la pena que esto afecte a su futuro.
Michela temblaba de rabia y desde su mirada hacia Leonardo, como si quisiera comèrselo.
¡Eres un cabrón! ¡No permito que te lleves a mi hija!
La expresión de Leonardo era gélida y sus mandibulas se hundieron con fuerza, cuando estaba a punto de hablar, Natalie en sus brazos dijo de repente.
-Mamá, no pasa nada, me voy con él.
-Natalie….
Michela se sorprendió, con decepción en los ojos, -¿Tú también estás loca? ¿Has olvidado lo que te dije en el hospital?
Natalie negó con la cabeza, -No lo olvidé, volveré pronto.
Al ver la firmeza de sus ojos, Michela supo que ya había tomado una decisión. Y aunque intentara persuadirla, no habria ningún cambio.
-Lo que quieras.
Michela dio la vuelta y se marchó.
Ángel la persiguió, pero Michela cerró la puerta del dormitorio.
Cariño, abre la puerta y hablemos. Te vas a asfixiar si te encierras en la habitación.
Largo, no quiero verte!
La voz de Michela contenía un tono sollozante y Angel estaba muy preocupado. Después de un
rato,
ella seguía sin querer abrir la puerta, y él le pidió a la criada que trajera la llave de
repuesto.
Cuando abrió la puerta y vio a Michela tumbada en la cama llorando, le dolió el corazón y se apresuro a cogerla en brazos.
-No llores. Si sigues llorando, no te ves bonita.
Michela lo apartó de un empujón y apretó los dientes: -¡Vete! No quiero verte. Si no hubieras obligado a Natalie, ¡no se habría ido con Leonardo!
Ángel guardó silencio unos segundos y susurró: -¿Para ti soy así?
-¿No? ¿No dejaste que Natalie se fuera con él?
Permití que Natalie se fuera con él porque ahora sí son una pareja legal. Y aunque lo impido hoy, encontrará la forma de llevarse a Natalie otro día.
¡Podemos prolongar el tiempo! Renunciaste a Natalie así, jestoy tan decepcionada!
Como ella no le hizo caso, Angel suspiró: -Pronto entenderás por qué he hecho lo de hoy.
-¡Vete! Yo no quiero entenderlo.
Ángel no dijo nada más y salió del dormitorio.
No solo era el marido de Michela, sino también el padre de Natalie y el presidente del Grupo Silva. Así que tenía que pensar más que ellos y hacer las cosas con más prudencia.
Sin embargo, ¡seguro que pronto podrían recoger a Natalie a casa!
En el cenador, después de que Michela y Ángel se marcharon, Leonardo salió del chalet con
Natalie en brazos.
Justo al llegar a la puerta, Natalie dijo: -Voy a volver contigo, ¿ahora puedes bajarme? Después de todo, era desagradable ser abrazada por el que odiaba.
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