Capítulo 695
Ahora era la hora de salir del trabajo, y era posible que se encontrara con sus compañeros en cualquier momento, Natalie no quería seguir hablando con ellos, así que se dio la vuelta para marcharse inmediatamente.
Sergio intentó alcanzarla, pero Leonardo se lo impidió.
-Señor Martín, espero que dejes de molestar a Natalie. De lo contrario, la cooperación entre el Grupo Ramos y el Grupo Martin no debería continuar.
La expresión de Sergio se congeló, lo que Leonardo estaba diciendo equivalía a pellizcarle el punto débil, pero no quería renunciar a Natalie como así.
-Señor Ramos, me gusta la señorita Silva. Tengo derecho a cortejarla, ¿no es así? Tú no tienes derecho a interferir.
Leonardo sonrió, pero su voz era fría como el hielo, -No tengo derecho, pero si tengo derecho a disolver la colaboración con el Grupo Martín.
-¡Tú! ¿No te parece despreciable?
Leonardo puso cara de frío, -¿Y qué? Si no temes la quiebra del Grupo Martín, puedes seguir
molestando a Natalie.
Tras decir eso, Leonardo se marchó.
Sergio se fijaba en su espalda, con los ojos llenos de odio y resentimiento.
Volviendo al coche furiosa, Jade se apresuró a decir: -Hermano, ¿has discutido con Leonardo?
-No, vámonos a casa.
Al ver su rostro sombrío, Jade no se atrevió a hablar de nuevo. Se sentaba callada a un lado, solo esperaba que su hermano no se enfadara pronto.
Sergio era horrible cuando se enfadaba, y ella no quería volver a pasar por lo mismo.
Natalie había quedado para cenar con Nora en un restaurante privado. Justo al salir del coche,
se encontró con Leonardo y frunció el ceño.
¡Qué mala suerte! ¿Por qué puedo ver a este hombre en todas partes?>
Al ver el disgusto en sus ojos, Leonardo se dio cuenta de que parecía que a ella no le caia mejor que Sergio.
Natalie fue la primera en apartar la mirada, como si no le hubiera visto, y rápidamente se dio la vuelta y entró en el restaurante.
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Leonardo la siguió. Su mirada la hacfa sentir como si tuviera una espina clavada en la espalda, y cuando entró en el cuarto privado, sintió que su mirada desapareció.
Nora ya había pedido dos platos y le entregó la carta mientras le preguntaba: -¿Por qué te ves enojada? ¿Te has encontrado mal en el trabajo?
-No, acabo de encontrarme con un pesado en la puerta.
Ella abrió el menú y añadió dos platos y un postre, luego se lo entregó al camarero.
-Por cierto, hoy te he invitado a cenar porque quiero pedirte un favor.
Natalie enarcó las cejas, -¿De qué se trata?
Sabes que hace poco mi empresa invirtió en una nueva serie, y necesito encontrar un diseñador que diseñe el vestuario. Pero la diseñadora contratada se quedó embarazada y se fue a casa de repente para descansar. Ahora mismo no puedo encontrar un diseñador, así que me gustaría pedirte un favor.
-¿Cuántos vestuarios necesitas?
Nora susurró un número, Natalie frunció el ceño,-Ahora tengo trabajo, puedo aprovechar el tiempo después del trabajo para dibujar los diseños, pero no tengo tiempo para ir al sitio para modificarlos.
-De eso no tienes que preocuparte. Nuestra empresa también ha contratado a unas personas nuevas. Puede que diseñar sea un poco difícil para ellos, pero modificar los vestuarios no es ningún problema.
Natalie asintió y sonrió, -Entonces hablemos de la remuneración.
-142 mil dólares por un vestuario. Es el precio más alto que puedo dar.
Al decir eso,
Nora se sonrojó porque sabía que el precio más barato del diseño de Natalie era más de 142 mil de dólares, y se apresuró a decir¡Cuando se emita esta serie de televisión y obtenga los dividendos, compartiré la mitad contigo!
Al ver que Nora no tenía ganas, Natalie se echó a reír.
Bien, no hace falta que me des una parte de los dividendos. Como precio de amistad, jeres mi mejor amiga!
Nora se emocionó. Si no fuera por la mesa que la impedía, se habría abalanzado sobre Natalie y la habría abrazado.
-Natalie, sé que me quieres mucho, jacepta mi amor!