Capítulo 644
-No te preocupes por eso, ya me he puesto en contacto con el tipo de Imperialia, podrá venir y llevarse a Ico cuando Leo quiera.
Ramón se quedó helado, mirando sorprendido a Josefina.
Mamá, ¿por qué hiciste esto sin consultarme?
Josefina le miró fríamente, -¿Consultar qué contigo? ¿Tú tomas la decisión?
Ramón:
Josefina bajó la voz y dijo: -Nunca has tomado decisiones desde pequeño, por eso tu padre le dio el Grupo Ramos a tu hermano en vez de dejar que lo gestionaran juntos.
Ramón frunció el ceño ante lo de aquel año y dijo: -¡Mamá, basta, no quiero hablar de eso!
Josefina bajó los ojos y no continuó la conversación.
Media hora después, Leonardo entró en la sala.
Al ver a Ramón y Josefina sentados seriamente en el sofá, frunció el ceño: -Papá, abuela, ¿qué quieren decirme?
-Ven y siéntate.
Leonardo se sentó junto a Ramón, Josefina le dijo: -Leo, en realidad… Tú no eres hijo de tus padres, tu madre es Paula, la tía que desapareció cuando eras niño.
Se hizo el silencio en el salón después dé que Josefina dijo esto, pa ía que se podía oír hasta la caída de un alfiler en el suelo.
-Abuela, no me parece graciosa esta broma.
Ante la mirada seria de su nieto, Josefina suspiró: -Te digo la verdad, hace tiempo tu madre… Paula te dejó en la puerta de la mansión, y cuando vi que no te encontrabas bien, te llevé al hospital.
-No esperaba que el hijo recién nacido de Ramón estaba muerto… Entonces Ramón propuso sustituir al hijo suyo por ti, para que Antonia no estuviera triste y a ti no te llamaran hijo de vergüenza…
Leonardo guardó silencio y callado, pero su rostro estaba serio al máximo.
Llevaba más de veinte años siendo hijo de Antonia y Ramón, y ahora que de repente le dijeron que no eran sus padres biológicos, no podía aceptarlo por el momento.
-Abuela, ¿estás diciendo la verdad?
Josefina asintió, Llevo años buscando quién es tu padre biológico, y lo encontré el año de tu accidente, y también le hice una prueba de paternidad con tu pelo, según el resultado, eres su hijo.
-¿Quién es él?
-Lo único que puedo decirte ahora es que está en Imperialia, y si quieres reconocerlo, lo avisaré.
Los ojos de Leonardo se volvieron repentinamente fríos, -No hace falta, nunca vino a verme, no parece que le importe, y no quiero reconocerlo.
Josefina frunció el ceño, -Leo, de hecho, cuando supo que eres su hijo, quería reconocerte, pero yo no se lo permití, si quieres ver…
Antes de que pudiera terminar su frase, fue interrumpido por Leonardo, -No, no quiero conocerlo. Tengo cosas en la empresa, si no hay nada más, me voy.
Después de que Leonardo se fue, Josefina dijo con preocupación: -Ramón, síguelo, este chico esconde todo en su corazón desde niño, tengo miedo de que le pase algo.
-Bueno, si tienes tiempo, persuade a Antonia, parece que esta vez de verdad quiere divorciarse de mí.
Al ver la cara seria de Ramón, Josefina asintió y dijo: -Lo sé, vete.
Tras salir de la Mansión de Armonía, Leonardo condujo el coche sin saber a dónde ir.
Sabía
que Ramón iba detrás de él, pero no le importaba.
Sin darse cuenta, el coche llegó a MY.
Era hora de salir del trabajo y la gente seguía saliendo del edificio, pero ninguna era ella.
Leonardo sacó el móvil y marcó el número que se sabía de memoria.
Pensó que ella no lo cogería, pero cuando la llamada estaba a punto de colgarse automáticamente, ella atendió.