Capítulo 619
Abuela, lo sé, no hace falta que lo digas
Durante la semana siguiente, Leonardo no apareció ante Natalie, como si de repente hubiera desaparecido de su vida.
Carlos la buscó y le entregó un contrato de cesión.
Leonardo le dio la mitad de las acciones del Grupo Ramos a su nombre, 200 millones de dólares de indemnización y muchas propiedades en Montefior. pero Natalie se negó en redondo.
Estaban divorciados y ella no necesitaba esas cosas.
No esperaba que Leonardo fuera tan generoso.
Carlos volvió al Grupo Ramos y le contó a Leonardo lo que Natalie le habia
dicho.
-Señor Ramos, la señorita López no aceptó esas cosas de ninguna manera.
Leonardo miró los papeles y sin levantar la vista dijo: -Busca la manera de transferirlos directamente a su nombre.
-Bueno, entendido.
Después de que Carlos se fue, Leonardo no podía concentrarse en los papeles, los tiró a un lado y descanso con los ojos cerrados.
-¡Buzz!
El móvil de la mesa sono de repente con un número desconocido.
Beata dijo con pánico: –Señor… Señor Ramos, a Mati le duele la barriga, è puedes venir a llevarla al hospital? Estoy sola en casa, no sé qué hacer…..
Leonardo se puso molestado, cuando iba a negarse, se le ocurrió una cosa y dijo con voz fría: -Ahora mismo voy.
+15 BONUS
Al llegar a la familia López, vio a Matilda sentada en el sofá gritando por un dolor de barriga, Leonardo se acercó con una mirada gélida.
He llamado a una ambulancia, ahora está en la puerta, ve tú al hospital a
revisar.
Matilda no esperaba que Leonardo viniera de verdad, sus ojos están sorprendidos.
-Leo, realmente estás aquí… No sabes lo asustada que estaba…
Matilda intentó cogerle la mano, pero Leonardo la evitó.
La miró fríamente y le dijo palabra por palabra: Matilda, no tengo tiempo para actuar contigo, ¿cuál es el propósito de que me llames aquí?
Matilda dijo asustada: Leo, ¿qué estás diciendo? No te entiendo.
Leonardo se mofó, —Te doy la última oportunidad, si no quieres decirlo, no lo digas nunca más.
Al ver que se daba la vuelta para marcharse, Matilda se apresuró a decir: —¡ Leo, no te vayas, yo te digo!
Leonardo se volvió y la miró fríamente, sin temperatura en los ojos.
Al ser observada por su mirada que parecía poder penetrarlo todo, Matilda se asustó un poco y sus dedos se entrelazaron inconscientemente.
-Leo…Aunque Tadeo merece ser castigado, pero es el padre de mi bebé… Si te llevo a busarlo, ¿puedes dejarlo vivir…?
La expresión de Leonardo se tornó repentinamente burlona.
-Matilda, ¿me tomas por tonto?
Matilda se quedó helada, obviamente no esperaba que Leonardo dijera eso.
-Leo, ¿qué quieres decir con eso?
+15 BONUS
-Después de todo lo que Tadeo te hizo daño, ¿aún quieres que sobreviva? ¿ Eres una santa? ¿O todo lo que has dicho hoy era una trampa que haces con Tadeo?