Capítulo 599
Pensando un momento, le dijo al chófer: -Señor, llévame a la Cafetería Orilla.
A las siete de la tarde Pilar llegó a la cafetería, pidió un café, se sentó junto a la ventana y comenzó a observar si había gente sospechosa a su alrededor, pero no encontró ninguna.
A las ocho en punto, el número de teléfono volvió a sonar.
Casi sin dudarlo, contestó: -¿Dónde estás?
-Ve a la cajera, te dará algo.
Pilar estalló en cólera y apretó los dientes, -¿Me invitaste a salir, pero no te atreves a aparecer?
-Cuando llegue el momento, nos veremos.
-Tú…
Antes de que pudiera terminar la frase, oyó un tono de ocupado y Pilar se enfadó tanto que estuvo a punto de romper
el teléfono.
Se calmó y se levantó para dirigirse al cajero.
Cinco minutos después, Pilar leyó la nota que le había dado la cajera, se sintió ridícula y envió un mensaje de texto al número.
[¿Me tomas por tonta? Que vaya a decirle a Natalie que no
están divorciados, no sólo no puede separarlos, sino que su relación será más estrecha]
Después de esperar un rato y no recibir respuesta, envió más mensajes enfadada.
[¡Contesta! ¿Estás mudo?]
[Estás jugando conmigo. ¡¿Eres Natalie?!]
[¡Si descubro quién eres, estás muerto!]
Sin embargo, ella envió muchos mensajes, pero él no respondió.
Pilar rompió la nota y ordenó a su chófer que la llevara a casa.
Nada más entrar en el chalet de la familia Berlín, recibió una
bofetada.
-¿Sólo sabes salir a divertirte todos los días? ¡Ves cómo has hecho sufrir al Grupo Berlín!
Pilar se tapó la cara sorprendida por Antón Berlín, ¿era su padre que la había mimado y querido?
Desde que la había métido en la cama de Leonardo, parecía que el amor paterno había desaparecido, y Pilar dudaba a veces de que fuera su padre.
-Papá, ¿qué tiene que ver esto conmigo? Leonardo me está utilizando. ¡Nunca le he gustado! El retiro del capital tampoco tiene nada que ver conmigo.
Anton dijo en voz fría, -¡Si le sirvieras de algo, Leonardo no lo habría hecho!
Pilar tenía los ojos llenos de agravios, pero no intentó defenderse, porque sabía que no importaba lo que dijera, Antón la culparía de todo.
Antón volvió furioso al estudio.
Fue entonces cuando criada se atrevió a dar un paso al frente y le dijo cautelosamente: -Señorita, su padre está de mal humor últimamente por las cosas de la empresa, no le culpe.
-¡Largo!
Pilar apartó la mano de la criada para coger sus zapatos y corrió sin zapatos a su habitación.
Después de cerrar la puerta, Pilar se tumbó en la cama y se echó a llorar, odiando más a Natalie. ¡Si no fuera por Natalie, esta noche no le habría pegado!
De repente, Pilar recordó la nota que había visto esta noche.
¿Contarle eso a Natalie la haría romper con Leonardo?
Después de pensarlo un rato, Pilar tomó una decisión.
A la mañana siguiente, después de que Natalie y Leonardo desayunaron, Leonardo llevó a Natalie al trabajo.
Cuando el coche llegó al MY, Leonardo abrazó a Natalie y la besó mucho tiempo antes de soltarla.
-Natalie, voy a trasladar la sede del Grupo Ram empresa para poder verte cuando quiera.