Capítulo 598
Después de subir al coche, Natalie miró a Leonardo y le dijo, -¿ Discutiste con el señor Ruiz?
Leonardo puso cara de hielo, -¿Crees que puedo hablar
tranquilamente con un hombre que te acosa? ¡No puedes verlo
más!
Al ver que estaba celoso, Natalie sacudió la cabeza, -Lo sé.
-Saliste con él para fastidiarme, ¿no?
-No, él me salvó en el extranjero. Dijo que le debía ese favor cuando fingi ser pareja con él durante un mes.
El ceño de Leonardo se frunció y dijo con voz fría: -¡Luego le diré al Grupo Ruiz unos grandes pedidos a cambio del favor que le debías, y ya no le deberás nada!
– Bueno, ya lo sé.
Leonardo arrancó el coche, -Vamos a cenar.
Ya eran más de las cinco de la tarde, casi la hora de cenar.
Leonardo llevó a Natalie a un restaurante privado y se encontraron con Pilar en la puerta.
Al ver a Natalie junto a Leonardo, Pilar sintió celos, pero no se
atrevió a dar la cara.
Al fin y al cabo, por haber advertido a Natalie en el baño, Leonardo no sólo rompió con ella, sino que canceló varios
contratos con el Grupo Berlín, y ahora ella le temía y ya no le gustaba tanto como al principio.
Leonardo ignoró a Pilar y llevó a Natalie dentro. El camarero había reservado el cuarto privado, y cuando se sentaron en el cuarto privado, Natalie le miró con una sonrisa.
-¿Por qué no saludaste a tu ex novia en la puerta?
Leonardo comprendió que ella iba a culparle.
-No estuve con ella, me la mandó el presidente del Grupo Berlín y la utilicé para fastidiarte. ¡No pasó nada entre nosotros!
Natalie enarcó una ceja, -Aún no he dicho nada y ya estás dando tantas explicaciones, ¿tienes miedo?
-Tengo miedo de que me malentiendas. -Dijo Leonardo con
sinceridad.
-Oh.
-Si no me crees, ahora mismo la llamo y se lo preguntas.
Al ver que Leonardo iba a hacerlo, Natalie lo detuvo.
-¡No, yo te creo!
A Pilar no le gustaba, y si Leonardo la llamaba, odiaría más a
Natalie.
-Realmente no tengo nada que ver con ella, no toqué a ninguna mujer excepto a ti.
Al ver que intentaba demostrarlo, Natalie sonrió, -Lo sé.
Pilar volvió a casa de mal humor.
De repente, sonó su teléfono móvil.
Al ver que era un número desconocido, desconectó molesta, pero él siguió llamando varias veces.
Pilar contestó y dijo impaciente: -¿Estás loco? He colgado varias veces y sigues llamando, ¡psicópata!
Justo cuando iba a colgar, oyó una voz gélida.
-Pilar, te humilló Leonardo, ¿no quieres vengarte de él?
Pilar se quedó helada, y luego dijo alerta: -¿Quién eres? ¿Por qué me dices esto?
-Oh, yo soy quien puede ayudarte a vengarte de Leonardo.
-¿Por qué debo creerte?
-Si no me crees, esta noche a las ocho, ven a la Cafetería Orilla.
Y colgó él.
Cuando Pilar volvió a llamar, no contestó.