Capítulo 596
Natalie sonrió y dijo: -No hace falta, lo de anoche fue un accidente.
Si no fuera porque una de las amigas de Josefina se enteró del accidente de anoche, Natalie y Leonardo se lo ocultarían.
-¡No, me preocupa que conduzcas! Si tienes accidente otra
vez…
-No, abuela, no te preocupes.
Josefina, al ver la insistencia de Natalie, giró la cabeza hacia Leonardo y le dijo enojada: -¿Ni siquiera sabés preocuparte por Natalie? Qué peligroso conducir ella, ¿no la persuades?
Leonardo la miró impotente, -Abuela, Natalie es adulta, puede tomar decisiones sobre esas cosas.
Josefina lo fulminó con la mirada y le volvió la cabeza con
enojo.
Al oír su conversación, Natalie sonrió.
-Abuela, no te enfades. No me pasará nada, fue un accidente, no puedo tener un accidente cada vez que conduzco, ¿verdad?
-Vale, pero prométeme que a partir de ahora conducirás más despacio.
Natalie asintió con la cabeza, -¡Sí, lo sé!
Después de cenar con Josefina, volvieron a Bahía de los Olmos. Cuando entraron en el chalet, Natalie le dijo a Leonardo que se quitara el traje.
Hoy vestía todo de negro porque no quería preocupar a Josefina si se enteraba de que estaba herido.
Nada más quitarse el traje, Natalie vio que las heridas vendadas ya empezaban a supurar sangre.
Te las vendo de nuevo.
-Bien.
Natalie le vendó las heridas con pericia y cuando terminó, Leonardo se vistió y le preguntó: -¿Cuándo aprendiste medicina?
-Antes de regresar a la familia López, estuve dos años en el valle estudiando medicina con el maestro.
Al ver su expresión tranquila, Leonardo quería preguntarle dónde aprendió kung fu, pero dudó un momento y no insistió.
Si Natalie quería decir, se lo diría, y preguntar ahora podría incluso afectar a su relación.
Justo después de recoger las gasas de recambio, sonó el móvil
de Natalie.
Al ver que era Fausto, frunció el ceño y contestó tras un rato.
-Señor Ruiz, ¿qué quieres?
Leonardo, que estaba leyendo un documento, dio un respingo y miró a Natalie, empezando a escuchar lo que decían.
Al notar el distanciamiento en el tono de Natalie, Fausto se sentía decepcionado.
-Bueno, hay un problema con el contrato del Grupo Ruiz con MY, ¿estás libre ahora? Quedemos para hablar.
Natalie frunció los labios, y pensó que era mejor dejar claro a Fausto, de lo contrario podría causar más malentendidos en el
futuro.
-Bien, envíame la dirección, voy para allá enseguida.
Al colgar el teléfono, giró la cabeza y vio que Leonardo la miraba, Natalie frunció el ceño.
-¿Qué pasa? ¿Tengo algo en la cara?
Leonardo apretó los dientes y dijo enfadado: -¿Sabes lo que quiero decir?
-¿Qué quieres decir?
-¡Por qué te ves con Fausto en horas no laborables! ¡Tiene
mala intención!