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Sr. Ramos su multimillonaria osa quere el divorcio Capítulo 587

Capítulo 587

El doctor Hugo le dio a Edisen un sedante y se marchó.

Cuando Fausto se disponía a marcharse, el mayordomo le detuvo: -Fausto, tu abuelo se

alegra de que hoy vuelvas a cenar con la señorita López, pero no deberías enredarte con una mujer casada. Tu abuelo lo hace por tu bien.

¿Qué quieres decir?

El mayordomo suspiró y dijo despacio: -Esta tarde vino el señor Ramos y le dijo a tu abuelo que él y la señorita López no están divorciados todavía, que ahora están discutiendo, y que quiere que tu abuelo los separe a ti y a la señorita López.

Fausto se puso furioso, así que la actitud del abuelo cambió mucho. ¡Leonardo lo hizo!

-Lo sé, yo me encargo de esto.

Hay muchas chicas ricas en Monteflor, Fausto, por qué estás con la señorita López…

Fausto dio la vuelta y salió de la mansión.

Llamó a Natalie y ella no contestó hasta que el teléfono estuvo a punto de colgarse.

-Natalie, lo siento, no sabía lo que iba a pasar hoy.

Tras unos segundos de silencio, Natalie dijo con calma: -No pasa nada, no me importa. ¿ Aún seguimos fingiendo ser pareja?

Faltaban pocos días para que terminara el mes y pronto podría devolverle el favor a Fausto, pero ahora se sentía un poco cansada.

-Sí.

Ante la respuesta de Fausto, Natalie dijo con voz débil: -Vale, ya lo sé, señor Ruiz, ¿tienes algo más?

-No.

Al colgar el teléfono, Fausto quería ir directamente a ver a Leonardo, pero pronto se le ocurrió otra idea.

Leonardo era tan imprudente porque aún tenía un certificado de matrimonio con Natalie, y si el certificado de matrimonio desaparecía, ya no sería capaz de impedirle que persiguiera a

Natalie.

Con esto, Fausto tomó una decisión.

El resto de los días pasó con calma, y el mes se acercaba rápidamente.

El último día por la noche, Fausto invitó a Natalie a cenar con él.

Natalie sintió que tenía algo que decir y aceptó.

-Natalie, aunque sé que no es verdad, he tenido un mes estupendo, yo…

Señor Ruiz, he venido hoy aquí para dejarte claro que no me gustas. Le prometí’ser su novia durante un mes para devolverle el favor. A partir de ahora, no nos debemos nada. -Le interrumpió Natalia con calma, sin emoción en los ojos.

A Fausto le dolió el corazón y se le hundió la voz, -¿No te he gustado durante este mes? Nos llevamos tan bien y a menudo podía ver tu sonrisa genuina.

Natalie frunció el ceño, -Señor Ruiz, siempre te he tratado como a un amigo, nunca pensé

otra cosa.

Fausto sonrió amargamente: -Bien, comprendo. Después de esta cena, seguimos siendo amigos, ¿de acuerdo?

Al ver la esperanza en sus ojos, Natalie apretó los labios y asintió con la cabeza.

Tras terminar la cena en silencio, llevó a Natalie al chalet, Fausto se despidió y se marchó.

Al ver a Natalie que se desvanecía en el espejo retrovisor, sus ojos se volvieron fríos.

Después de que el coche de Fausto desapareció, Natalie iba entrar en el chalet, y un hombre salió de repente en la oscuridad junto a la puerta.

Al ver que era Leonardo, preguntó: -Leonardo, ¿vas a seguir molestándome?

En cuanto terminó de hablar, él la agarró por la muñeca.

Natalie levantó la vista mientras la voz de Leonardo con ira preguntaba.

-¿Por qué pides que el personal de seguridad detenga mi coche?

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