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Sr. Ramos su multimillonaria osa quere el divorcio Capítulo 572

Capítulo 572

Después de pararse frente a las dos, Leonardo miró a Natalie con los ojos abatidos.

Hablemos.

-Parece que no tenemos nada que hablar. -Natalie se dio la vuelta para marcharse.

En ese momento, Leonardo la cogió de la muñeca y la atrajo hacia sus brazos.

-No quieres hablar, vale, si no tienes miedo de que te bese aquí, delante de todo el mundo.

Su voz era suave, pero hizo que Natalie apretara los dientes de rabia.

-¡Leonardo, cabrón!

Leonardo preguntó en voz baja, -¿Ya decidiste?

Cabrón o sinvergüenza, pase lo que pase ¡dejarla era absolutamente imposible!

Natalie se mordió el labio inferior y quiso regañar a Leonardo, pero tuvo que aceptar marcharse con él.

-¡Bueno! Voy contigo.

Leonardo sonrió y la cogió de la mano para salir del salón principal.

Tina quiso impedírselo, pero fue detenida por una mirada de Natalie.

Al entrar en otro cuarto privado desocupado, Natalie se sacudió la mano de Leonardo y dijo con indiferencia: -¿De qué quieres hablar? Ya dime.

-¡No salgas con un vestido tan sexy otra vez!

Aunque estaba preciosa con ese vestido, pensar en todos esos hombres mirándola le daba ganas de matar a alguien.

Natalie se burló, —¿Qué relación tenemos? ¿Por qué debo hacerte caso?

-Nunca acepté romper contigo, lo que pasó antes fue culpa mía, puedo darte tiempo para que te calmes.

Natalie frunció el ceño y dijo con indiferencia, -Leonardo, estoy calmada, ¡realmente ya no

quiero estar contigo!

Leonardo se sintió desconsolado, pero pronto su mirada se volvió firme.

-¡No aceptaré romper a menos que muera!

-¿Te divierte insistirlo?

Natalie, nunca amaré a nadie más en mi vida, así que no te dejaré ir.

Natalie sintió que estaba loco y no quería hablar con él. Se cruzó de brazos e intentó marcharse.

Sin embargo, en el umbral de la puerta, Leonardo la abrazó por detrás.

-Natalie, ¿qué hago para que me perdones?

La voz de Leonardo era grave, con dolor reprimido, lo que hizo que Natalie se quedara atónita.

Tras unos segundos, ella quitó las manos de Leonardo de su cintura.

No tiene nada que ver con perdonarte. No quiero pasar por esa experiencia de confiar en ti y que me mientas una y otra vez.

Tras decir eso, Natalie abrió la puerta del cuarto privado y salió.

Al mirarla a su firmeza, los ojos de Leonardo estaban llenos de dolor y arrepentimiento.

Podía sentir que Natalie estaba realmente decepcionada con él, y que realmente no quería estar con él.

Leonardo cerró los ojos y cuando los volvió a abrir, su mirada era firme.

Pasara lo que pasara, ¡no rompería con ella!

Al volver al salón principal, Natalie no vio a Tina y cogió un vaso de zumo de naranja y se sentó en un rincón tranquilo.

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