Capítulo 556
La enfermera le dirigió una mirada impaciente y frunció el ceño: -La operación sigue en marcha. ¡No tengo tiempo para responderte a esta pregunta!
Ginés era considerado una gran persona en Imperialia, no esperaba ser humillado no sólo por Natalie y Leonardo en Monteflor, sino que ahora una enfermera se atrevía a tratarle así.
Al instante, se puso serio.
-¡Si la operación fracasa, todos ustedes morirán con mi hijo!
La enfermera no le hizo caso, justo cuando otra enfermera trajo la sangre, la cogió y se fue directa al quirófano, dejando a Ginés furioso.
El mayordomo vio a Ginés sombrío y se apresuró a decirle: -Señor, lo más importante ahora es que la cirugía de Bryan salga bien. No valdría la pena que se enfade con una persona insignificante.
Ginés se mofó: -¡Después de la operación, pediré que el hospital despida a esa enfermera!
En el quirófano, Natalie ya solucionó el punto sangrante y empezó a coser la herida rápidamente.
Al ver que los valores de Bryan eran estables, se sintieron por fin aliviados.
Cuando terminó, Natalie pidió a la enfermera que llevara a Bryan a la sala y se quitó los guantes de plástico para lavarse las manos.
Diez minutos después, salió del quirófano y se dirigió con Ángela a la sala para comprobar el estado de Bryan.
En la puerta de la sala, vio al médico de Bryan que estaba halagando a Ginés, pero él gritaba enfadado:
-Despide a esa enfermera.
-¡Debes despedir a esa enfermera! ¡O haré quebrar tu hospital!
Ángela frunció el ceño, nunca había visto a una persona tan irrazonable.
Natalie se burló: -Señor Guzmán, ¿a qué enfermera quieres despedir? ¿Tomarás el puesto
administrativo en el hospital? ¡Así podrás despedir a la que quiera!
Ginés frunció el ceño y se giró la cabeza hacia Natalie y Ángela, al ver la gélida mirada de Natalie, se sintió familiar, y cuando estaba pensando dónde la había visto antes, ella se quitó la máscara.
Al ver a Natalie, su rostro se tornó extremadamente serio.
-¿Qué haces aquí?
Natalie sonrió, -señor Guzmán, me invitaste aquí. ¿Lo olvidaste?
Ginés se mofó. -¿Cómo iba a…?
De repente, como si se le ocurriera algo, se quedó inmóvil.
-¿Eres la doctora Luna?
Natalie asintió con la cabeza.
La cara de Ginés cambió y sus ojos estaban llenos de sorpresa.
Pero pronto reaccionó, Natalie era la doctora Luna, por eso le pidió que dejara el Grupo Ramos en paz.
Dijo él, -Natalie, ¿es divertido jugar conmigo?
Natalie levantó las cejas, -Señor Guzmán, ¿estoy jugando contigo? No me preguntaste quién era yo, ¿no?
-¡Es que no me querías ver! ¡Si hubiera sabido que eras la doctora Luna, nunca te dejaría operar a Bryan!
-Por desgracia, la operación ha terminado, y no sirve de nada arrepentirse.
-¡Tú! ¡Espera! ¡No voy a dejar pasar esto!
Si se atrevía a joderle, ¡debía ser consciente del precio que tenía que pagar!
La mirada de Natalie se volvió fría, -Señor Guzmán, ¿quieres morder la mano que te alimenta?
-¿Qué favor me has dado? Salvar a Bryan es lo que debes hacer, ¡lo debes a Bryan!
Natalie frunció el ceño al ver la ira en sus ojos, -¿Qué quieres decir? ¿Por qué le debo?
De repente recordó el incendio, no fue su ilusión. ¿Realmente Bryan la salvó?