Capítulo 530
El rostro de Ginés se tornó repentinamente serio, y apretó los dientes, -¡Voy a darle el alta! ¡Inútiles médicos! ¡En Imperialia debe haber médicos que puedan curarle!
El médico suspiró: -El doctor Ortega, una autoridad en el departamento cerebral del Primer Hospital de Imperialia, estuvo aquí hace unos días, y si hacía la operación, sólo tenía un 10% de éxito.
Ginés se quedó de piedra, sabía que el doctor Ortega era el médico medalla de oro del primer hospital,
casi no había paciente al que no pudiera curar.
En la alta sociedad de Imperialia se decía que era capaz de revivir a cualquier moribundo.
Si el doctor Ortega no tenía confianza, entonces significaba que no se curaría.
Se hizo el silencio en el despacho durante un largo rato y Ginés pidió al mayordomo que le empujara fuera.
Después de salir del hospital, dijo con voz fría: -¡Llévame a buscar a Leonardo!
Bryan estaba así por haber salvado a la mujer de Leonardo, ¡no iba a dejar pasar este asunto!
En menos de media hora, Ginés llegó a la oficina de Leonardo.
-Señor Ramos, ¿sabe que mi hijo está en el hospital, muriéndose por haber salvado a su mujer?
Leonardo miró al enfadado Ginés con expresión tranquila y dijo lentamente: -Lo sé, estoy buscando especialistas cerebrales autorizados en el país y en el extranjero para que le ayuden.
Ginés se mofó: -Bryan es el heredero del Grupo Guzmán. ¿Quiere echarme con la excusa de que está buscando un médico?
Los ojos de Leonardo se enfriaron, -Entonces señor Guzmán, ¿qué quiere?
-¡Si Bryan muere, quiero que el Grupo Ramos nos pague!
La temperatura en la oficina de Leonardo bajó rápidamente, casi congelando a la gente.
Leonardo lo miró fríamente, -Señor Guzmán, aquí es Imperialia y Grupo Ramos no es un cordero para ser sacrificado. Antes de decir eso, jespero que piense si realmente es capaz de enfrentarse al Grupo
Ramos!
-Si mi hijo muere, ¿de qué me sirve el Grupo Guzmán? Aunque necesito destruir el Grupo Ramos con la
quiebra del Grupo Guzmán, no tengo miedol
-Señor Guzmán, ¡puede intentarlo!
Ambos se miraron con mirada gelida, y el aire pareció llenarse de chispas y olor a pólvora.
-¡Gaspar, vámonos!
Tras salir del Grupo Ramos, Ginés dijo enfadado: -¡Leonardo es demasiado arrogante!
Gaspar se quedó un rato en silencio y dijo: -Señor, hay algo que no sé si debo decirle.
Ginés le lanzó una mirada: -Hace años que estás en la familia Guzmán, ¿cuándo has dicho algo malo?
Anda.
Gaspar suspiró y dijo lentamente: -Ya oyó lo que dijeron los médicos, la enfermedad de Bryan probablemente no tiene cura. En lugar de gastar energías en buscar médicos por todas partes, es mejor que Bryan deje un hijo a la familia Guzmán antes de morir, y usted criará al hijo de Bryan.
Continuo: -Y… El niño que crie usted seguro que será más obediente que Bryan.
Ante eso Ginés frunció el ceño: -¡Pero con su carácter, no me hará caso!
Gaspar se rió y susurró: -Señor, ¿se le ha olvidado que la persona que le gusta a Bryan es la mujer del
señor Ramos, si manda a la mujer del señor Ramos a la cama de Bryan, cree que se negará?
Ginés frunció el ceño y dijo con desdicha: -¿Cómo una mujer divorciada merece casarse con mi hijo?
-Lo principal es que a Bryan le guste, y se vengará del Grupo Ramos, matando dos pájaros de un tiro.
Ginés se quedó pensando un rato y asintió: -Gaspar, es una muy buena idea. ¡Hagamos lo que dices!
A la mañana siguiente, cuando Natalie llevaba poco tiempo fuera de casa, se dio cuenta de que alguien la seguía.