Capitulo 493
Leonardo bajó los ojos y su voz se volvió fria, -Si no es ét, los únicos sospechosos son los empleados
del Hospital psiquiátrico Castle.
-¿Quieres ponerte en contacto con el hospital para preguntar?
-No, si llamo, podria alertar al asesino; esta vez no lo ha conseguido, vendrá otro día, tendremos que
ser pacientes y esperar.
-Bueno, a Nuño casi lo matan incluso en el psiquiátrico. Tú también deberías tener más cuidado.
Leonardo asintió, su agarre al volante se tensó involuntariamente, -Bueno, no me voy a poner en
peligro.
Al otro lado, en el despacho del presidente del Grupo Ramos.
-Señor Ramos, se ha descubierto que los nuestros inyectaron una neurotoxina a Nuño, pero ahora
sospechan de Ramón, aún no de nosotros.
Tadeo se mofó, -¿Para qué fue Ramón a Nuño?
-He oído que se fue después de hablar un rato con Nuño en la sala.
-Ya lo sé, supongo que Leonardo se centrará en Nuño mientras tanto. Que busque la oportunidad de
volver a hacerlo.
-¡Sí!
Los días siguientes fueron tranquilos. Leonardo volvió al Grupo Ramos, Tadeo le dio un despacho e invitó a Leonardo a todas las reuniones, pero siempre ignoró deliberadamente la opinión de Leonardo a
la hora de tomar decisiones.
Era obvio para cualquier miembro del consejo que Tadeo estaba contra Leonardo.
Tras otra reunión, cuando Leonardo regresó a su despacho, un accionista se le acercó.
-Señor Ramos, siempre le he apoyado, pero últimamente el comportamiento de Tadeo ha sido tan
discreto que no lo soporto.
Tadeo sonrió y preguntó: -¡Oh, señor Jim, si no puedes soportarlo, dona tus ojos a los necesitados!
El rostro de Jim palideció, y miró a Tadeo sorprendido mientras entraba.
-Señor…Señor Ramos, ¿qué hace usted aqui…?
Tadeo se mofó: -Si no he venido. ¿cómo sé que tiene tantas quejas contra mi? Para ti, ¿Leo es el presidente del Grupo Ramos? Tu llamas mi nombre directamente.
Jim dijo temeroso: -Señor Ramos… No me malinterprete, yo sólo… Justo ahora…
-¡Largo!
La sonrisa de Tadeo se retiró, y su aura se volvió gélida.
Jim se sobresaltó y salió corriendo.
Tadeo enarcó una ceja y se sentó frente a Leonardo. -Leo, has hecho un trabajo bastante bueno como presidente estos últimos años. Parece que esos accionistas siguen inmersos en la época en la que tú eras el presidente: se niegan a aceptar la realidad, y no me tratan como presidente.
Leonardo le miró con frialdad, -¿Qué quieres?
-Claro, Ginés me ha ofendido, y quiero darle una lección. No es buena idea que intervengas, ¿verdad?
-Me da igual el rencor que le tengas, pero la cotización de acciones del Grupo Ramos sigue bajando. No voy a permitir que nadie perjudique los intereses del Grupo Ramos.
Tadeo se mofó: -No esperaba que te importara el Grupo Ramos, pero por mucho que hagas, el Grupo Ramos no puede volver a ti.
Aunque se arruinara, no dejaría que Leonardo volviera a ser presidente del Grupo Ramos.
-¿Has terminado? Puedes irte. – Leonardo lo expulsó con rostro inexpresivo.
Tadeo apartó su sonrisa, su voz era adusta, -¡No te metas en lo que no debes o seguro que morirás de
forma dolorosa!
Tras decir esto, Tadeo se dio la vuelta y se marchó directamente.
Tras entrar en el ascensor, Tadeo dijo fríamente: -¡Que venga Jim a mi despacho!