Capítulo 476
-¿Qué? ¿Cómo lo sabía?
June apretó los dientes y dijo con voz fría: ¡No lo sé, pero me amenazó con delatarnos si no retiraba el
caso!
Písalo dijo enfadado: -¿Quién quiere es ella? ¿Cree que es mujer del presidente del Grupo Ramos? Sería tan fácil aplastarla ahora como aplastar a una hormiga, ¡déjame acabar con ella!
June, todavía un poco preocupada, dijo con voz grave: -Temo que lo haga de verdad.
Si se descubre su relación con Písalo, no sólo ella y Písalo, sino también la familia Álvarez y la familia
Sánchez no podrán quedarse en Monteflor.
-No te preocupes, la haré desaparecer sin que nadie tenga en cuenta.
-Bien, espero tus noticias.
Al colgar el teléfono, June se sintió por fin aliviada.
Mientras Natalie estuviera muerta, nadie se atrevería a amenazarla.
Sin embargo, para estar segura, June retiró el caso.
Después de acabar con Natalie, podría volver a acusar a Leonardo. Ella era la víctima y la iniciativa
estaba ahora en sus manos.
A la hora de la salida del trabajo, Ruyman tocó a la puerta y entró en el despacho de Natalie.
-Señorita López, un cliente quiere reunirse con usted esta noche.
Natalie frunció el ceño, -¿Por qué?
Quería cenar con Leonardo esta noche para celebrar que June había retirado el caso.
-Según el cliente, varias empresas de ropa le han cotizado recientemente precios más bajos que MY, pero aun así quiere hablar con usted antes de decidir si pone fin a la cooperación.
Natalie se levantó y dijo: -Vale, envíame un correo electrónico con la hora y el lugar.
-De acuerdo, señorita López.
Cuando Ruyman se marchó, Natalie llamó a Leonardo y le dijo que no podría cenar con él esta noche.
Ruyman le envió la dirección por correo electrónico, y Natalie hizo clic a revisar y se levantó para salir
de la oficina.
Cuando llegó al lugar acordado, no era el cliente quien la esperaba, sino Písalo y unas formidables guardaespaldas.
Písalo llevaba una sonrisa gélida y una mirada filtrante.
-Señorita López, nos vemos de nuevo.
A pesar de lo estúpida que era, Natalie sabía que la estaban engañando.
Se sentó frente a Písalo.
-¿Quieres esas fotos tuyas con June?
Písalo se mofó, -Señorita López, eres inteligente, te soltaré si me entregas las pruebas.
Natalie se rió y dijo, sin apresurarse: -Si te doy las fotos ahora, mandarás que tus hombres me maten enseguida, ¿no?
Písalo, sin enfadarse por haber sido adivinado, sonrió y dijo.
-Señorita López, siempre hemos obedecido la ley, de ninguna manera haríamos algo ilegal o criminal.
Los ojos de Natalie eran fríos: -La persona con la que hice el trato fue June, si quieres una foto, puedes pedirle a June que venga.
Písalo se puso serio.
-Señorita López, no voy a permitir que vuelvas a ver con June, ¡será mejor que hagas lo que te digo!
Natalie actuó con calma y se levantó para marcharse.
Antes de llegar a la puerta, la detuvieron cuatro guardaespaldas vestidos de negro.
-Te di una oportunidad, pero no la aceptaste. ¡Mátenla!
Al instante, los cuatro guardaespaldas vestidos de negro se abalanzaron hacia Natalie.
Písalo se mofó, imaginaba la escena en la que Natalie le rogaría llorando.
Sin embargo, al segundo siguiente, su pálida mano apuntó inconscientemente a Natalie.
-Tú… ¿Cómo has podido…?
Písalo se sobresaltó al ver cómo Natalie derribaba al suelo a sus cuatro hombres, pero…
Entrecerró los ojos y apretó los dientes, -¡Todos! Atrápenla, ¡no importa viva o muerta!
El resto de los guardaespaldas se arremolinaron, y en un instante Natalie estaba rodeada