Capítulo 473
Pronto, Fermin llevó a Josefina a Montellor.
Leonardo envió a alguien a recogerlos y los llevó directamente a un club privado de Monteflor.
Aunque ya habia oldo la voz de Josefina, cuando vio realmente a Josefina aparecía frente a él, Leonardo se tranquilizó por fin.
Fermin tenía algo que hacer y dijo: -Tengo algo que hacer, no ceno con ustedes esta noche. Señorita López, ven conmigo, tengo algo que decirte.
Natalie miró a Leonardo. -Quédate con la abuela, yo acompaño al doctor Fermín a la salida.
Los ojos de Leonardo se hundieron y asintió, -De acuerdo.
Salieron del cuarto privado, Fermín vio que no había nadie, sacó la caja de su bolso y se la entregó a
Natalie.
-Dijo el maestro, aquí hay medicinas y remedios para tres meses, este lo mejoró, el efecto debe ser
mejor que antes.
Natalie cogió la caja, su voz era un poco baja, – Ya lo sé.
Al ver que parecía un poco triste, Fermín pensó que ella creía que tenía que sufrir el resto de su vida, y le dijo en voz baja, -Natalie, hoy en día la medicina avanza rápidamente, quizás algún día haya una forma de eliminar completamente las toxinas del cuerpo, no desesperes demasiado.
Natalie negó con la cabeza, con los ojos un poco enrojecidos.
-No, estoy pensando que todavía tengo que dejar que el maestro se preocupe por mí ahora, y sentirme
culpable del maestro.
Fermín se quedó helado, luego le dio una palmadita en el hombro y le dijo: Sabes que el maestro es el que más te quiere de todos sus discípulos, si de verdad sientes pena por el maestro, no pierdas las habilidades médicas que te transmitió, tienes que heredar sus habilidades médicas en el futuro.
-Bueno, definitivamente no las perderé.
Algún día, cogerá una aguja de plata y seguirá siendo doctora.
-Oye, el maestro dijo que este medicamento debe tomar todos los días, no se puede interrumpir por un día, de lo contrario la toxicidad que fue aliviado por el medicamento anterior se reventó por completo
una vez, muy doloroso.
En este momento, se abrió la puerta del cuarto privado.
Leonardo mostró una expresión de disgusto al ver a Natalie y Fermín hablando muy cerca el uno del
otro.
-Natalie, ¿de qué hablas con el doctor Fermin?
-Nada, el doctor Fermin me explicó algunas cosas a las que debo prestar atención para cuidar a la
abuela.
Leonardo preguntó escéptico: -¿Necesitan estar tan cerca para decir las cosas?
Sin embargo, Natalie no lo miró, y le dijo a Fermin: -Doctor Fermín, me queda claro todo lo que me ha dicho, y no olvidaré que ha salvado la vida a la abuela, así que se lo agradeceré otro día.
-Bueno.
Fermín giró la cabeza para mirar a Leonardo, asintió y se volvió para marcharse.
Cuando desapareció en la esquina, Natalie miró a Leonardo.
Notó la frialdad que emanaba de su cuerpo y preguntó sorprendida: -¿Qué te pasa? ¿Quién te ha molestado?
-¡Tú aléjate de Fermín!
Al ver su semblante serio, Natalie supo que estaba celoso y sonrió: -Yo y… el doctor Fermín tenemos
una relación normal, y estás celoso por esto.
-No me gusta que hables con otros hombres.
Natalie le miró con impotencia, -A menos que seas el único hombre del mundo, ¿cómo no voy a hablar
con otros hombres? Ya, entramos.
-¿Te dio Fermín esa caja que llevas en la mano? ¿Qué hay dentro?
Natalie puso inconscientemente la caja a su lado, y hizo que Leonardo quisiera enfadarse de nuevo,
pero se contuvo.
-Nada, el doctor Fermín ha dicho que estoy débil y esto es un tónico que me ha dado.
Leonardo se mostró escéptico, pero no hizo más preguntas.
En el cuarto privado, Natalie interrogó detenidamente a Josefina sobre el proceso de curación durante ese tiempo, y Josefina le contó todo y elogió las habilidades curativas de Elián.
Luego de charlar un rato, Leonardo finalmente fue al grano, -Abuela, le voy a decir algo, tenga nota.
Al ver la seriedad de Leonardo, Josefina dejó de sonreír.
-Sí, dime.
-Mi mamá fue incriminada por Tadeo por un accidente de coche hace unos días y sigue en coma.