Capítulo 436
Sintiendo su actitud gélida, Emiliano sonrió, en cierto modo era culpa suya.
Media hora más tarde, los dos entraron en uno de los clubes más privados de Monteflor.
Cuando se sentaron, Lucía miró a Emiliano sin expresión.
-Señor Moreno, ¿de qué querías hablarme?
Emiliano la miró y le dijo seriamente: -Lucía, lo siento. Las cabronadas que te dije ese día en la
sala te lastimaron. Admito que al principio te cortejé con una actitud juguetona, pero en el proceso de pasar tiempo contigo, me enamoré incontrolablemente de ti, tú…
Lucía le interrumpió, -Señor Moreno, si eso es lo que quieres decir, no creo que necesite
escuchar nada más.
Al ver que Lucía iba a levantarse e irse, Emiliano se inquietó y dijo: -¡Lucía, espero que puedas darme una oportunidad, te prometo que no voy a dejar que te vuelvan a hacer daño!
Sin embargo, tras oír sus palabras, la expresión de Lucía no cambió y siguió mirándole
fríamente.
-Señor, Moreno, no somos de la misma clase, si vuelvo a verte en el futuro, quiero que me hagas como desconocida.
Tras decir eso, Lucía se marchó directamente.
Emiliano miró a su espalda y no la persiguió, pero sus ojos estaban fijos en la dirección por la que se había ido, y se quedó largo rato distraído.
En el chalet, Natalie estaba sentada en el sofá y aturdida, su mente volvía a lo que Lucía había
dicho en el restaurante.
¿De verdad le importaba tanto a Leonardo?
Pronto suprimió los pensamientos perturbadores de su cabeza y se levantó, apagó la luz y subió.
Durante los días siguientes, Natalie se ocupó del papeleo que se había acumulado mientras tanto, y no tuvo tiempo de preocuparse por el Grupo Ramos. Durante medio mes no estuvo en Monteflor, y a Enrique se le ocurrió utilizar a MY para ganar dinero. +15 BONOS Ya que él no se arrepentía, ¡no había necesidad de que ella lo mantuviera en la empresa! Natalie llamó a Tina y le entregó un documento, diciendo: -Dáselo al Departamento Jurídico y diles que hagan lo que tengan que hacer. Tina hojeó el documento y vio que era todo el dinero de Enrique que él había malversado a escondidas de MY para los anuncios durante todo este tiempo, y se puso roja de ira. -¡Cómo se atreve! Hace poco, todas las grandes agencias de publicidad se negaron a colaborar con MY, así que era Enrique quien estaba detrás de la trampa. Aunque sea su tío, jesta vez no le dará cobijo! Cuando Natalie estaba a punto de hablar, el móvil que tenía sobre la mesa vibró de repente. Se sorprendió al ver que era Carlos. Carlos dijo con voz ansiosa. -Señorita López, ¿puede venir al Grupo Ramos a persuadir al señor Ramos, lleva un día y una noche delante del Grupo Ramos bajo la lluvia, ¡si sigue así no va a poder aguantar! La cara de Natalie cambió y se levantó mientras dijo: -¿Qué pasa? -Como usted y al señor Ramos obligaron a Tadeo a votar el despido de los directivos, despidió a más de mil empleados del Grupo Ramos, la mayoría de los cuales son de escasos recursos y dependen del Grupo Ramos para mantener a sus familias, ¡y Tadeo está arrinconando a esa gente! -Cuando el señor Ramos se enteró de esto, acudió a él y le dijo que si el señor Ramos se ponía al frente del Grupo Ramos durante tres días y tres noches, dejaría que esos empleados volvieran al Grupo Ramos. Al oírlo, Natalie estaba furiosa, Tadeo se hizo cargo del Grupo Ramos no para intentar gestionarlo bien, sino para utilizar el Grupo Ramos para humillar a Leonardo, en cuanto al Grupo Ramos y esos empleados, ¡no le importaban en absoluto! Frunció los labios y dijo con indiferencia: -Lo sé, voy enseguida. Natalie llegó a la entrada del Grupo Ramos después de una hora. Antes de salir del coche, vio aquella figura erguida bajo la lluvia. Estaba empapado hasta los huesos y su pelo corto seguía goteando, pero no se movía en +15 BONOS absoluto, como una estatua. Hacía días que llovía en Monteflor, y ya había agua estancada en la carretera. Era finales de otoño, y el viento fresco que envolvía la fría lluvia se abalanzó sobre ella, e incluso con paraguas, Natalie sintió el frío. Carlos, de pie junto a Leonardo, se alegró de ver a Natalie. -¡Señorita López, por fin está aquí! ¡Tiene que persuadir al señor Ramos! Sin embargo, Natalie ni siquiera miró a Leonardo y se dirigió directamente hacia el Grupo Ramos con su paraguas.