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Sr. Ramos su multimillonaria osa quere el divorcio Capítulo 435

Capítulo 435

Lucía la vio y la saludó.

Natalie se acercó a ella y se sentó, -¿Por qué me invitas a cenar hoy?

Lucía la miró enfadada, -Desapareciste de repente durante tantos días, cómo voy a estar

tranquila si no te veo.

Natalie sonrió, cogió el menú y preguntó: -¿Ya no tienes que cuidar de Emiliano?

Como tenía la cabeza inclinada, no vio ni un momento de tristeza en la expresión de Lucía.

-Le han dado el alta en el hospital y no voy a verlo.

Natalie notó que algo iba mal y levantó los ojos hacia Lucía, -¿Por qué has tomado de repente

esta decisión?

-No somos de la misma clase de gente, es mejor trazar una línea pronto.

Al ver la pena en la mirada de Lucía, Natalie no supo cómo consolarla, después de todo, ella no había resuelto su propia relación con Leonardo, y no podía juzgar los sentimientos de los demás.

-Tú lo decides.

Lucía asintió, -Bueno, ¿qué pasó con Leonardo?

-Rompimos.

Lucía frunció el ceño, —¿Por qué tan de repente? Cuando desapareciste, acudió a mí para preguntarme si podía ponerse en contacto contigo.

-Cuando fue detenido en comisaría por Tadeo, pidió ayuda a Emiliano y a Fausto para que

investigaran dónde estabas, y creo que te quiere.

Al final, Lucía se echó a suspirar.

La mano de Natalie, que ahuecaba la taza, se blanqueó ligeramente y bajó los ojos sin decir

nada.

Al ver que no quería hablar de ese tema, Lucía se apresuró a decir: -Déjalo, mañana voy a trabajar, esta vez para rodar una serie de televisión, se calcula que tengo que estar en el plató

alrededor de medio año.

Natalie se sorprendió,– ¿Tanto tiempo? ¿Qué serie es?

122

+15 BONOS

-Es una nueva serie del productor Hugo, tiene fama de estricto, así que el rodaje durará un poco

más.

Natalie asintió, -Bueno. La mejor manera de olvidar una relación es trabajar.

Lucía se rió, -La mejor manera de olvidar una relación es empezar otra.

-Pero eso no es justo para la otra persona.

-Tienes razón, así que no voy a hacer daño a otra persona.

Cuando salían del restaurante después de cenar, Natalie vio a Emiliano de pie no muy lejos de la puerta, mirándolas a ella y a Lucía.

En concreto, miraba fijamente a Lucía.

-Lucía, parece que tiene algo que decirte.

Lucía miró fríamente a Emiliano y dijo sin expresión: -No tengo nada que decirle.

El coche llegó a la puerta y Lucía estaba a punto de subir cuando de repente le tiró de la muñeca.

-Lucía, hablemos.

Lucía frunció el ceño y se sacudió la mano, diciendo fríamente: -Señor Moreno, no nos

conocemos bien, por favor, no me toques.

El asco en los ojos de ella le atravesó el corazón, y su expresión era seria hasta la médula.

-Ese día en el pabellón, yo…

Antes de que pudiera terminar la frase, Lucía giró directamente la cabeza para mirar a Natalie y dijo: -Natalie, vuelve tú primero, tengo que aclarar algunas cosas con él.

-Si necesitas que te ayude en algo, no dudes en llamarme.

Al ver a Natalie alerta, Emiliano sonrió amargamente, -Cuñada… No te preocupes, no le haré

nada.

-Espero que hagas lo que dices.

Cuando Natalie se marchó, Lucía miró a Emiliano con frialdad, -Vamos a hablar en un sitio más tranquilo.

Después de decir eso, dio la vuelta y se metió en el coche sin mirar siquiera a Emiliano.

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