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Sr. Ramos su multimillonaria osa quere el divorcio Capítulo 432

Capítulo 432

-¿Tú la crees?

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Antonia se burló, señalando a Natalie con rabia, -La consecuencia de que le creas es que tu abuela no podrá volver, es que los activos del Grupo Ramos serán transferidos por Tadeo. ¿Qué pasa con los empleados del Grupo Ramos? ¿Quieres que quiebre el Grupo Ramos?

Leonardo parecía indiferente.

-Si realmente quiebra Grupo Ramos, es que yo no soy lo suficientemente capaz, no tiene nada

que ver con ella.

Antonia, tan enfurecida que le temblaban las manos, sonrió fríamente y dijo: -¡Bien! Ya que lo dices, ¡no me ocuparé de tus asuntos a partir de ahora!

Tras decir esto, Antonia se marchó furiosa.

Leonardo se volvió hacia Natalie, -¿Estás bien?

Natalie negó con la cabeza y pensó en explicarle, -El déficit corporal de la abuela es muy grave, aunque despierte, necesita un mes para poner su cuerpo a punto, o de lo contrario le quedarán

las raíces de su enfermedad.

-Bueno, te creo, la salud de la abuela es más importante que cualquier otra cosa.

Se quedó callada dos segundos, Natalie frunció los labios y dijo: -Me he enterado hoy de que el Grupo Ramos ha sido arrebatado por Tadeo, tengo el 10% del Grupo Ramos que me dio la abuela, si lo necesitas, te lo puedo transferir.

-No hace falta, ya que te lo dio la abuela, es tuyo, si no lo quieres, puedes vendérmelo.

Natalie frunció el ceño y estaba a punto de hablar cuando de repente sonó el móvil de Leonardo.

Al poco de conectarlo, su rostro se volvió extremadamente serio.

-Sucede algo en la empresa, voy para allá, tú vuelve a casa.

Al ver su espalda mientras se daba la vuelta y se marchaba a toda prisa, Natalie le persiguió

inconscientemente.

-Voy contigo.

Los pasos de Leonardo se detuvieron, antes de que se negara, Natalie añadió, –No olvides que ahora también soy accionista del Grupo Ramos, tengo derecho a entrar en el consejo de administración del Grupo Ramos.

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Leonardo no dijo nada y se dirigieron juntos al Grupo Ramos.

Justo cuando llegaron a la entrada de Grupo Ramos, vieron a varias personas saliendo de Grupo Ramos con una caja de cartón en la mano, todos ellos con ira en los ojos.

Estas personas eran los gerentes de los distintos departamentos de Grupo Ramos, por haber sido formados por Leonardo, eran más capaces, así que por algunas decisiones irracionales de Tadeo, discutían y se negaban a ponerlas en práctica.

Tadeo ya había planeado vengarse de la gente de Leonardo, estos directivos se consideran en la boca del cañón, pidió directamente al personal que emitiera una carta de despido, para que salieran de Grupo Ramos al final del día.

Cuando vieron a Leonardo, la esperanza volvió a aparecer en sus ojos y no se atrevieron a mirar a Leonardo.

Cuando Leonardo se fue, la última orden que les dio fue que no se enfrentaran a Tadeo, pero

cuando vieron a Tadeo haciendo el tonto, no pudieron contenerse.

El director técnico se acercó a Leonardo y le dijo con culpabilidad: -Señor Ramos, lo siento…

Leonardo puso cara de frío, pero no les culpó, dijo en voz baja: -Ustedes no se vayan, el Grupo Ramos tiene una norma que el despido de empleados por encima del nivel de gerente tiene que ser votado por el consejo de administración, y Tadeo violó las normas de la empresa al

despedirlos a ustedes en privado.

Ellos negaron inconscientemente con la cabeza.

-No sirve de nada, ahora la junta directiva es básicamente gente de Tadeo, aunque sea una votación, sólo por ti no hay manera de hacer que nos quedemos.

Justo cuando terminó de hablar, Natalie se adelantó y dijo: -Yo también, y la votación no es según el número de personas, sino según las acciones en mano, yo también soy accionista del

Grupo Ramos.

El director técnico frunció el ceño, -Pero aunque se junten sus acciones, no son tantas como las

de Tadeo y esos accionistas.

Natalie sonrió, -Siempre hay que intentarlo, si no lo intentamos, nunca lo conseguiremos.

Al ver su confianza, se les reavivó la esperanza.

-¡Bien, entonces les esperamos aquí!

Natalie entró en el Grupo Ramos con Leonardo, y mientras esperaba el ascensor, Leonardo le dirigió una mirada abatida.

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