Capítulo 406
Mirando hacia abajo y viendo la bolsa de plástico en su mano, Fermín se quedó helado un momento, Natalie, ¿qué…?
Natalie le dijo en voz baja: –Es el caldo de pollo que toma todos los días,
sospechaba que tenía algo malo, pero la última vez que lo llevé a analizar, estaba bien. No confío en la organización de los análisis, comprueba tú personalmente si hay algo.
La cara de Fermín se tornó inmediatamente sombría, -Vale, ahora vuelvo y lo compruebo, si hay algún problema, me pondré en contacto contigo en cualquier
momento.
-Vale.
Después de despedir a Fermín y volver a la sala, Natalie notó que Leonardo parecía un poco raro.
-¿Qué té pasa?
Leonardo desvió la mirada y dijo con calma, -Creo que Fermín y tú parecen conocerse bastante bien.
Natalie se rió: -Siempre acudía a él para que te curara la pierna, y le he visto muchas veces, así que es normal que nos conocemos bien.
Tras unos segundos de silencio, Leonardo la miró y le dijo serio, -No me refiero a esto, la forma en que ustedes dos se llevan es conocerse desde hace años.
-Debe ser tu ilusión, si tienes tiempo, busca más médicos para revisar a la abuela.
-El doctor Rojos ha ido a preparar las hierbas, esperemos su medicina.
Natalie, que también debía esperar a que Fermín comprobara los resultados del caldo de pollo, asintió y dijo: -De acuerdo.
Pronto llegaron los hombres de Leonardo.
Al ver que los cuatro personas iban a acompañarla al hotel, Natalie se sintió impotente: -Aquí es Imperialia, la seguridad es buena, no hace falta tanta gente para llevarme de vuelta.
E incluso si se encontraba en peligro, podría protegerse a sí misma.
Leonardo dijo con voz grave, -Me preocupo si vuelves sola, se irán después de
llevarte al hotel.
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Al ver que Leonardo insistía, Natalie tuvo que aceptar.
De vuelta al hotel, ya era tarde.
Natalie miró la hora, envió un mensaje a Tina diciéndole que mañana no iría a la empresa, si tenía algo, la llamaría en cualquier momento.
Pensó que Tina ya estaría dormida, pero llamó justo después de enviar el mensaje.
—Natalie, ¿te has olvidado de firmar mañana el contrato con el señor Bill? ¿ Quién va a firmarlo si no vienes a la oficina?
–
Natalie frunció el ceño, Estoy en Imperialia, no puedo volver mañana. Firma mañana por mí.
-¿Qué haces en Imperialia?
La voz repentinamente alzada de Tina hizo que el ceño de Natalie se frunciera y dijo: -Señora Chávez se desmayó en casa y no pudimos averiguar por qué, así que la mandamos a Imperialia. ¿Qué pasa? ¿Por qué estás tan sorprendida?
-No… Nada. Pensaba que Imperialia estaba bastante lejos, y no esperaba que fueras allí de repente.
Natalie no pensó mucho en ello. — Bueno, me voy a la cama. Llámame en cualquier momento si pasa algo en la empresa.
-Bien.
Tras colgar, Tina dejó el móvil y suspiró.
-¿Debo contarle que Bryan le salvó la vida a Natalie? La última vez que llamé a Bryan… Él tampoco quería que se lo contara, la verdad es que no sé en qué estaba pensando.
Rafael la abrazó y le susurró: -Ya que Bryan no quiere que le digas nada, finge que no lo sabes. Es muy tarde, vamos a dormir.
-Vale.
Tina suspiró, tampoco entendía por qué ni Leonardo ni Bryan se lo habían dicho a Natalie.
A la mañana siguiente, cuando Natalie acababa de despertarse, recibió una llamada de Fermín.
Natalie, efectivamente en el caldo de pollo hay algo. ¿Dónde estás ahora? Voy para allá.
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