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Sr. Ramos su multimillonaria osa quere el divorcio Capítulo 339

Capítulo 339

Estaba a punto de colgar y el detective privado dijo: -El señor López sale ahora mismo de la empresa, así que no le seguiremos.

-Bueno.

Beata esperó en casa más de una hora, pero Ricardo no volvió, empezó a rumiar de nuevo.

Después de dudar un poco, llamó a Ricardo.

-¿Dónde estás ahora?

La voz de Ricardo era un poco impaciente, -Excepto en la oficina ¿Dónde puedo estar? ¿Qué te pasa?

Al oír esto, Beata se enfadó.

-Ricardo, saliste de la empresa hace más de una hora. ¿Dónde estás trabajando?

Tras unos segundos de silencio, salió la voz airada de Ricardo, Beata, ¿has mandado a aguien para seguirme?

Beata se mofó: – ¿Y qué? Me has estado mintiendo, Ricardo, ¿dónde estás ahora?

Justo después, Ricardo colgó el teléfono.

Media hora más tarde, Ricardo llegó a casa.

Justo cuando volvía al dormitorio, Beata se abalanzó sobre él y lo agarró por el cuello, como loca.

-Ricardo, ¿dónde estabas?

Ricardo la tiró al suelo disgustado y le dijo: -¿Tengo que informarte cuando salgo por negocios? ¿Qué estás sospechando?

Beata lo miró con escepticismo: -¿Qué le has dicho a esa mujer en el cenador? Esa mujer ni siquiera está en la lista de los invitados de hoy, ¿qué relación tiene contigo?

Ricardo se sobresaltó, no esperaba que Beata le había visto hablando con Linda.

Pero pronto se calmó y miró a Beata con enfado.

-Es una de mis clientes, vino con su amiga. Tú sólo conoces a las mujeres que sólo saben divertirse, ¡claro que no la conoces!

Ante eso Beata se sintió escéptica, -¿Es la verdad?

Ricardo la miró impaciente, ¡Si no me crees, olvídalo! Tengo mucho trabajo, ¡no tengo tiempo para hablar contigo!

Después de decir eso, dio vuelta y se fue.

Beata le miró fijamente a la espalda y no bajó la cabeza hasta que Ricardo desapareció,

Ricardo, jes mejor has dicho la verdad!)

Al día siguiente, a la hora de salida del trabajo, Natalie recibió de repente una llamada de Bryan.

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-Natalie, ¿estás libre esta noche? Me gustaría invitarte a cenar.

El restaurante que habían concertado era un local privado, y como era la hora punta de la noche, Natalie ya llevaba media hora de retraso sobre la hora acordada cuando llegó.

Al entrar en el cuarto privado y ver a Bryan, se disculpó rápidamente: -Lo siento, llego tarde.

Bryan sonrió cordialmente, -No pasa nada, no tengo prisa.

Tras decir eso, le entregó una caja a Natalie,

Regalo de cumpleaños, a ver si te gusta.

Natalie abrió la caja, dentro había una pulsera de jade, sólo con ver el color costaba al menos unos cuantos millones de dólares.

Ella frunció el ceño, Este regalo de cumpleaños es demasiado caro.

Al ver que ella no quería aceptarlo, Bryan dijo: -No es caro. Si no fuera por ti, ahora mismo no podría estar aquí cenando contigo.

Natalie frunció los labios, seguía sin quererlo, pero conocía bien el carácter de Bryan, asintió y lo aceptó, decidiendo darle un regalo de precio similar en su cumpleaños.

—Pide tú la comida que quieras.

Natalie cogió el menú, -Hoy me has dado un regalo tan caro, esta vez te invito.

Bryan no se negó y asintió con la cabeza, -Bueno.

En el cuarto privado que estaba muy cerca, Matilda y Tadeo estaban sentados uno frente al

otro.

Hablaban del bebé de Matilda, pero era evidente que la cosa no iba bien.

Tadeo se mostraba indiferente, -¿Qué tengo que hacer para que te deshagas de este bebé?

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