Capítulo 334
Beata se cubrió la cara dolorida, calmándose por fin y dándose cuenta de lo que acababa de decir.
Su mirada desconcertada se posó en sus invitados, y al ver el asco y el desprecio en sus rostros, todo su cuerpo se paralizó y estuvo a punto de desmayarse.
Matilda la sostuvo rápidamente,
Mamá, ¿estás bien?
Ricardo, aún enfadado, dijo con rabia: ¡Déjala en paz!
Después de decir eso, giró la cabeza para mirar a Natalie con una mirada ligeramente avergonzada.
-Natalie, lo que acaba de decir tu madre ha sido por rabia, perdónala.
Los ojos de Natalie se llenaron de frialdad, si eran palabras de enfado o sinceras, ambos lo sabían perfectamente.
Y no tenían que fingir estar en paz porque ambos no tenían nada que ver.
Miró a Ricardo y le dijo textualmente: -Lo que acaba de decir la señora Jiménez, creo que todos los presentes lo han oído claramente, la señora Jiménez me odia tanto que no tenemos por qué mantener contactos en el futuro.
En cuanto a lo del nacimiento de la Señora Jiménez, me quedo con la donación de médula ósea
que
le hice a Matilda como agradecimiento. A partir de ahora, la familia López y yo no tendremos nada que ver.
Al ver que Natalie estaba a punto de marcharse, Ricardo la detuvo rápidamente.
-Natalie, el afecto no puede romperse de ninguna manera. Tu madre está mal de la cabeza. Cuando despierte, le pediré que se disculpe contigo.
Natalie dijo con fría y firmeza: -No hace falta. No creo que la señora Jiménez quiera disculparse conmigo, y… Señor López, deberías alegrarte de que haya tomado la iniciativa de cortar lazos con la familia López, ¿no?
Ricardo se quedó helado, un poco nervioso. ¿Natalie sabía lo que el maestro de Feng Shui había dicho hacía más de diez años?
Aunque temía que la permanencia de Natalie perjudicara a la familia López, ahora que estaba con Leonardo, si se llevaba bien con ella, había algunos proyectos que Leonardo podría dar directamente al Grupo López.
Ricardo no quería cortar la relación con Natalie ahora de ninguna manera.
-Natalie, ya que has decidido irte, no puedo detenerte, pero quiero decirte que la familia
López siempre será tu casa, puedes regresar cuando quieras.
Natalie sonrió y se fue sin mirar atrás, y Leonardo la siguió.
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Hubo un silencio en la sala después de que se fueron, entonces Ricardo habló para animar el ambiente y llamó a Matilde y a Beata para que regresaran al estudio,
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Cuando cerró la puerta del estudio, Ricardo abofeteó a Beata con tal fuerza que ella perdió el equilibrio y cayó al suelo.
¡Inútil! Te dijo que invitiera a Natalie a cenar en casa, ¿qué has hecho? ¿Sabes que el Grupo López tiene un gran proyecto con el Grupo Ramos, y si no lo conseguimos, el dinero del Grupo López volverá a escasear?
Beata se sentó en el suelo y se rió como una loca.
—Ja, ja, ja… Siempre te importa el Grupo López, y para ti el Grupo López es más importante que todo el mundo. Ricardo, ¡me arrepiento de haberme casado contigo!
Al ver su expresión maniática, Ricardo volvió a enfurecerse y dijo con rabía: Si no fuera yo quien se ha esforzado por dirigir el Grupo López estos años, ¿podrías vivir como una mujer rica? Mientras tú jugabas cartas y hacías la compra, yo trabajaba. No sólo no me has ayudado, i ahora me estás frenando!
Beata se burló: -Qué bien dicho. Yo quería salir a trabajar, tú decías que debía quedarme en casa cuidando a las niñas, porque la niñera no las cuidaba bien, ¿y ahora me acusas? Trabajas duro, ¿pero cuidar a niños no?
-¿Ya hace cuántos años de eso?
Al verlos atacarse y burlarse, la mano de Matilda que colgaba de su costado se cerró inconscientemente en un puño.
Sin saber cuándo, los padres que solían estar enamorados delante de ella, se habían puesto tan mal que ambos se atacaban con las palabras más hirientes.
Matilda solía intentar persuadirlos, pero ahora sólo se sentía molesta.