Capítulo 309
La gente de la familia López:
Tras unos segundos de inquietante silencio, Ricardo se apresuró a decir: -Señor Ramos, tome
asiento.
Después, le pidió a Beata que sirviera el té.
Beata estaba furiosa, no esperaba que Natalie sedujera a Leonardo incluso después de haberse divorciado de él. Por eso Matilda rara vez mencionaba a Leonardo últimamente, jasí que era por Natalie!
Las manos le temblaban de rabia, y cuando bajó la vista y vio el té bien caliente, se le ocurrió una idea despiadada.
Si la cara de Natalie quedaba deformada, Leonardo no la querría nunca más, ¡y entonces volvería con Matilda!
Por otra parte, Natalie no se dio cuenta de que se acercaba el peligro y no dijo nada más a Candela después de saber que saldría del hospital en unos días.
Candela y ella sólo podían verse durante los festivales, y la relación entre ambas era muy fría. Como sabía que Candela se caía mal como los demás, Natalie no tomó la iniciativa de acercarse a ella.
Justo cuando estaban en silencio, de repente una voz asustada sonó.
-¡Ten cuidado!
Natalie giró la cabeza hacia atrás, y vio el cuerpo de Beata perdiendo el equilibrio,
aparentemente a punto de caer, y la taza de té en su mano, volando directamente hacia ella…
Si el agua hirviente le salpicaba la cara, ¡las consecuencias serían inesperadas!
Natalie estaba a punto de esquivar, pero Leonardo la agarró de la muñeca hacia un lado.
Toda el agua hirviente que iba a caer sobre su cara aterrizó en su brazo.
Natalie se quedó quieta y le cogió la mano, mientras se le formaban ampollas donde el agua la había escaldado.
Beata, que obviamente tampoco esperaba escaldar a Leonardo, se puso pálida de repente.
-Lo… Lo siento, no quería… Me he resbalado de repente…
Al terminar de hablar, recibió una bofetada de Ricardo, ¡Inútil, ni siquiera sabes servir té!
–
Beata estaba furiosa pero no se atrevió a decir nada más, su cara estaba llena de preocupación.
Natalie no les hizo caso y dijo a Leonardo, Te llevo a vendar la herida.
El médico dijo que Leonardo tenía la mano quemada, e inmediatamente le vendó la herida quemada, indicándole que no tocara el agua recientemente.
Al volver a la sala, Natalie miró a Leonardo y le dijo: -Señor Ramos, siento haberte hecho, daño.
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Al ver la culpabilidad en sus ojos, Leonardo susurró: -Estoy bien, en unos días me recuperaré, pero esta vez, la señora Jiménez lo hizo a propósito.
Natalie dijo con indiferencia: -Lo sé, pero no esperaba que me odiara tanto.
-No la perdonaré fácilmente.
Natalie frunció los labios: ¿Qué quieres hacer?
Los ojos de Leonardo eran profundos,
El Grupo López ha estado negociando un gran
proyecto recientemente, si fracasa la negociación, la cadena financiera del Grupo López se romperá, enfrentándose al riesgo de la bancarrota.
Natalie bajó los ojos, si Ricardo sabía que la cooperación se había estropeado por culpa de Beata, nunca perdonaría a Beata.
Al ver que Natalie no decía nada, Leonardo continuó, -Si no quieres, haré como si no hubiera pasado nada.
Ella negó con la cabeza, con la voz tan fría como si filtrara nieve.
-No hace falta, ella te hizo daño, aunque no te vengues de ella, no dejaré pasar este asunto.
Al bajar la mirada y ver la indiferencia en el rostro de Natalie, Leonardo de pronto sintió simpatía, ella debe haberse decepcionado muchas veces para ser tan despiadada con Beata.
–Déjamelo a mí. La gente de la familia López no te trata bien, pero si les haces algo, seguro que los demás te atacarán.
Natalie miró a Leonardo y asintió, -De acuerdo.
Volvieron a la sala y sólo Ricardo estaba adentro.
Al ver la mano de Leonardo envuelta en una gasa, Ricardo continuó disculpándose, —Señor Ramos, siento mucho lo de hoy.
Leonardo puso cara de frío, -No tiene por qué disculparse.
Ricardo se quedó helado por un momento, y antes de que pudiera reaccionar, las siguientes palabras de Leonardo le provocaron un escalofrío.
Porque no perdonaré a la familia López, dejamos de hablar de la colaboración reciente con el Grupo López.
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