Capítulo 301
Después de decirlo, Natalie se dio cuenta de que el rostro de Leonardo se había vuelto un poco sombrío.
-¿Qué pasa?
Leonardo frunció sus finos labios y dijo palabra por palabra: -Si realmente te gusta Bahía de los Olmos, puedo comprarte un chalet. No quiero que vivas en el chalet de otro hombre.
Natalie enarcó las cejas y tras pensar unos segundos, decidió decirle la verdad.
-En realidad, el chalet de Bahía de los Olmos es mío.
Leonardo frunció el ceño, -Carlos investigó que ese chalet era de Bryan.
-Creo que hubo un error en algún proceso de la investigación, y en ese momento yo sólo quería divorciarme de ti, por eso no te expliqué nada.
Entonces, ¿por qué de repente me explicas hoy?
Natalie: Si no te lo explico, seguro que te peleas conmigo por esto.
–
Leonardo:
Finalmente, llevó a Natalie al chalet de Bahía de los Olmos, pero la siguió fuera del coche.
-Me quedo aquí contigo.
Natalie lo miró enfadada, -Señor Ramos, todavía estoy enojada por lo que pasó antes.
Leonardo asintió, -Bueno, lo sé, por eso voy a quedarme contigo, para que me perdones pronto.
-¡Puedes comprarte tu propia casa!
-Aunque lo hiciera, seguiría viviendo contigo. Es una pérdida de dinero.
Si no compraba un piso, podría dormir en el sofá si se peleaba, pero si lo hacía, Natalie le echaría sin duda, y él no haría un negocio tan deficitario.
Al ver su mirada decidida, Natalie no le hizo caso y se dirigió rápidamente hacia la puerta, introduciendo el código para entrar.
Tras saber que el chalet era de Natalie, Leonardo lo contempló con atención y comprobó que el diseño del interior era similar al de El Palomar.
Cuando se casaron, como la casa de la boda estaba demasiado lejos del Grupo Ramos, le pidió a Carlos que comprara un chalet en El Palomar cerca del Grupo Ramos y se mudó con Natalie.
A él no le importaba demasiado la decoración, y básicamente Natalie se encargaba de decorar al estilo que ella prefería.
Mirando el enorme sofá de oso perezoso del salón, sonrió involuntariamente.
-Parece que tu gusto nunca ha cambiado.
-Bueno, es muy cómodo leer un libro encima de este sofá. ¿Quieres probarlo?
+15 BONUS
Leonardo ya estaba un poco borracho y al ver a Natalie, la agarró de la cintura y la tomó en sus brazos.
-Natalie, lo siento. Perdóname esta vez, ¿vale?
Mientras hablaba, Natalie sintió el olor a alcohol en el cuerpo de Leonardo y frunció el ceño: – Estás borracho.
Intentó apartar a Leonardo, pero él la sujetó por la cintura para impedir que se fuera.
-¿Aún no quieres perdonarme?
Natalie guardó silencio unos segundos y dijo lentamente: -Este asunto lo hablaremos cuando estés sobrio.
En cuanto terminó de hablar, Natalie sintió claramente que la mano de Leonardo se tensaba en torno a su cintura.
Después de un rato, él la soltó, su expresión ya había recuperado la calma, -Te llevo a casa.
-Bien, voy a despedirme de la abuela.
Después de despedirse de Josefina, Natalie estaba a punto de irse, y de repente dijo.
-Natalie, Leo y tú no se ponen enfadados conmigo por haberle dado hoy la Mansión de Armonía a Tadeo en público, ¿verdad?
Natalie negó con la cabeza, -Abuela, aunque volvamos a estar juntos, estamos divorciados, y la Mansión de Armonía es suya, usted decide a quién se la da.
Ante eso Josefina suspiró, -Tadeo perdió sus padres, si no le doy algo, realmente no tendrá nada en el futuro, y quién querrá casarse con él….
Abuela, no tiene por qué culparse, haga lo que quiera.
Al salir de la Mansión de Armonía, se encontró en la puerta con Tadeo, que pensaba marcharse.
Tadeo la saludó con la cabeza, y se marchó enseguida.
Natalie se acercó al coche de Leonardo, abrió la puerta y subió.
-¿Qué te acaba de decir Tadeo?
Al ver los celos en sus ojos, Natalie respondió inexpresiva: —Nada. ¿Por qué estás tan sensible?
-Sólo pregunto. ¿A dónde vas a volver esta noche?
-Llévame a Bahía de los Olmos.