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Sr. Ramos su multimillonaria osa quere el divorcio Capítulo 268

Capítulo 268

La mirada de Leonardo se volvió fría, -¿Qué quieres decir? ¿Crees que te he traído aquí para ayudar a Matilda?

Natalie dijo con frialdad,

-¿No es así? Matilda ya ha firmado con algunos de los vendedores a los que contacté antes. Sin tu ayuda, no habría podido encontrar a esos vendedores con tanta

precisión.

El rostro de Leonardo estaba estaba llena de ira. -¿No confías en mí?

tenso, sun

-¡Entre nosotros nunca ha habido confianza!

Tras decir esto, Natalie dio media vuelta y se marchó.

Después de esperar en la carretera más de media hora, el coche de Tina se detuvo al borde de la

carretera.

Natalie abrió la puerta del coche y se sentó dentro, y dijo: ¿Cómo va la cosa ahora?

-Casi todos los vendedores a los que contactaste han firmado con Matilda. Por cierto… Hay una cosa más, prepárate para ello.

-Sí, dime.

Tina frunció los labios y dijo despacio: -He oído que Leonardo había transferido Esplendor Bordado a nombre de Matilda hacía una semana, así que en realidad fue Matilda quien invitó al señor Rubio aquel día, y Leonardo estaba allí para ayudarla.

Natalie bajó los ojos, y la mano que tenía a su lado se tensó inconscientemente.

Aquel día empezó todo.

Al ver a Natalie callada, Tina susurró:

Natalie, este asunto no puede achacársete a ti. Después

de todo, nadie podía saber que Leonardo le daría su compañía a Matilda.

El objetivo inicial de Leonardo debía ser MY, pero yo volví de repente y no consiguió adquirir MY, así que no tuvo más remedio que darle Esplendor Bordado a Matilda.

Tina echó una maldición,

¡Menos mal que volviste, si Matilda se convirtiera en la presidenta

de MY, me daría un asco de muerte!

Natalie cerró los ojos cansada y dijo, -Llévame a Bahía de los Olmos, ya que esos vendedores

ya firmaron con Matilda, busquemos nuevos.

Al verla así, Tina no supo cómo consolarla.

Blen.

+15 BONUS

Al llegar al chalet, Natalie estaba a punto de bajarse y Tina dijo de repente.

-¿Quieres que te acompañe?

No, quiero quedarme sola.

-Vale, llámame si pasa algo.

-si.

Natalie vio alejarse el coche de Tina y entró en el chalet.

Poco después, Leonardo se acercó a ella.

Natalie le abrió la puerta y le dijo con expresión pálida: -Pasa.

Al verla tan tranquila, Leonardo se sintió repentinamente nervioso.

-Puedo explicarte lo de Matilda.

-¿Qué quieres explicar? ¿Explicar que querías adquirir MY para Matilda, o explicar que ayudaste a Matilda a reprimir MY? En realidad… Ya sabías que soy la presidenta de MY, ¿verdad?

La expresión de Leonardo se congeló un momento y funció el ceño: -Sólo lo sospechaba, pero no tenía pruebas definitivas.

-Ya no importa, Matilda ya me arrebató los clientes de los que contacté, y no hace falta que sigas fingiendo.

El hecho de que los clientes fueran arrebatados se debía a su propia falta de habilidad, y ella no culpaba a nadie por ello. Lo que no podía dejar pasar era su amor por Leonardo durante este

tiempo.

Él sólo le seguía el juego, pero ella era tan tonta como para tomárselo en serio.

-¡No estaba fingiendo! Si es verdad, ¿por qué arriesgué mi vida para encontrarte en Ciudad Verde?

Natalie apretó involuntariamente el pomo de la puerta y se echó a reír: Y yo qué sé… Señor Ramos, si no tienes nada más que hacer, vete, por favor.

Ella estaba a punto de cerrar la puerta, y Leonardo de repente estiró una mano contra la puerta, y dijo: Realmente no sabía sobre el asunto de hoy, lo averiguaré y te daré una explicación.

-No, no hace falta.

¿Cómo sabía ella si sería otro juego de él?

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