Capítulo 259
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Natalie dejó los palillos tras comer un poco de arroz, -Estoy llena, los que están en mi puerta deberían irse, ahora vuelvo a Bahía de los Olmos.
-No, estás herida. Vuelve en unos días.
-No tan grave y puedo cuidarme sola.
No te estoy pidiendo la opinión.
Natalie se enfadó de repente y dijo fríamente: -Señor Ramos, espero que sepas que ya no somos pareja. No tienes derecho a retenerme aquí.
Ella no quería seguir estando con él, temia arrepentirse, ¡pero él la obligó!
El rostro de Leonardo también se enfrió, dejando el cuenco para mirarla, -No me desafías. Te doy libertad, pero esta libertad, también puedo retirarla en cualquier momento.
-¿Qué quieres decir con eso?
Natalie sintió que había algo raro en aquella afirmación, pero no podía decir dónde.
-Nada. Tú quédate aquí los próximos días para recuperarte, aunque vuelvas a Bahía de los Olmos, yo podré encontrarte.
-¡No lo hagas!
-Si no quieres que lo haga, me escuchas.
Terminando su frase sin expresión, Leonardo la levantó y se dirigió al dormitorio.
Natalie estaba tan furiosa, que forcejeó y golpeó a Leonardo.
-¡Sueltame! ¡Cabrón! ¡Puedo caminar!
Leonardo se detuvo de repente y se fijó en ella.
Natalie se asustó ante su mirada, temía de que la soltaría, estiró rápidamente la mano y se la enganchó en el cuello.
Él rió suavemente y dijo al oído: -Natalie, me recuerdas que nuestra relación es sólo la de follamigos. No dejas que me acerque a ti porque tienes miedo de volver a enamorarte de mí, ¿ verdad?
La expresión de Natalie se puso rígida por un momento, y dijo molesta: ¡Deja de soñar! ¿ Cómo podría volver a enamorarme de ti? ¡Ahora tengo claro que no eres mi tipo!
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Los ojos de Leonardo eran burlones y no parecía creerse ni una palabra.
Natalie apretó los dientes y dijo: -¡Sí! Hay tantos guapos, ipara qué voy a elegirte, incluso nada especial!
—
Leonardo se calló unos segundos, clavó la mirada en los ojos de Natalie y dijo: La psicología dice que cuanto más vanidosa es una persona, más quiere probarse a sí misma y más habla.
Natalie no se atrevió a mirarle a los ojos, se apresuró a apartar la mirada con sorna y dijo: -¿ Dice la psicología que el narcisismo también es una enfermedad?
Leonardo no contestó a sus palabras y continuó,
Si no vas a volver a enamorarte de mí, no
tienes por qué estar tan a la defensiva y temer que me acerque.
Natalie rió fríamente, -No me enamoraré de ti, y no quiero que te acerques, no parece haber una conexión.
-¿Cómo que no la hay? Si realmente ya no te gustara, no te importaría lo que hiciera, ¿verdad?
-¡Lo que estás diciendo es todo sofistería! ¡No quiero hablar contigo!
Al ver la cara roja de Natalie, Leonardo no la siguió presionando, tenía la paciencia para volver a enamorarla de él.
De vuelta en el dormitorio, Leonardo la puso sobre la cama y Natalie dijo impaciente: -Señor Ramos, ya puedes irte. Quiero descansar.
Te pongo la pomada.
El cuerpo de Natalie se puso rígido por un momento, luego frunció el ceño y dijo: -Que venga la criada a hacerlo.
El lugar donde estaba herida era la espalda, tendría que levantarle la ropa para ponerle la pomada.
Al pensar en esa imagen, Natalie no pudo controlar el sonrojo.
Los ojos de Leonardo se enfriaron, -¡De ninguna manera!
-¿Por qué no?
-Tu cuerpo, soy el único que puede verlo.
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Capítulo 260