Capítulo 228
Natalie frunció el ceño, ¿Te lo ha dicho Matilde?
Beata se burló,—No importa quién me lo haya dicho, ya que has hecho algo tan vergonzoso. ¿ Tienes miedo de eso?
-Señora Jiménez, creo que debo recordarte que hemos roto nuestra relación. Aunque sea una desgracia, no lo es para ti.
¡Tú!
Beata estaba furiosa, aunque rompiera públicamente su relación con Natalie, seguiría siendo Familia López de la que la gente hablaría en secreto a sus espaldas en cuanto Natalie hicieral algo humillante.
-Te lo advierto, deja ese trabajo ahora mismo. Si me entero de que vuelves a trabajar a tiempo parcial, jharé que te arrepientas!
Natalie dijo en tono burlón: -Lo que quieras.
Dicho esto, Natalie colgó el teléfono, dejando a Beata furiosa.
Tenía rabia por toda la cara y casi se le cayó el teléfono al suelo de un portazo de rabia.
Matilda, que estaba a su lado, la consoló: -Mamá, no te enfades, seguro que Natalie tel entiende.
Beata puso cara de frío,
¡No necesito que me entienda! Mañana iré personalmente al concurso, si sigue allí, ¡me encargaré de ella!
-Mamá, ¿está bien hacerlo? Al fin y al cabo, hay mucha gente allí, no hagas dificil con Natalie.
Beata respiró hondo y dijo lentamente: -Mati, no tienes que preocuparte por esto. Prepárate bien para el concurso, vamos a comer.
Al otro lado, Natalie colgó el móvil, se cambió de ropa y bajó las escaleras para salir con Lucia.
El restaurante que Lucía había reservado también era Próspero Lujoso, y cuando llegaron al cuarto privado, Emiliano ya estaba allí.
Tras saludarles, Lucía se disponía a pedir y Emiliano sonriendo le dijo: -Señorita Romi, espera. ¿Le importa que venga también un amigo?
Lucía puso los ojos en blanco en su mente, ya había quedado con alguien, ¿qué sentido tenía preguntarle si le importaba?
Lucía sonrió y dijo: -Claro que no me importa.
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Pronto llegó el amigo de Emiliano.
Cuando Leonardo entró en el cuarto privado, a Lucia le cambió la cara.
(¡Emiliano debe haberlo hecho a propósito!)
(Sabiendo que traeria a Natalie, jhabia llamado a Leonardo!)
A Lucia se le heló la cara de pensarlo.
-Señor Moreno, ¿qué quieres con eso?
Emiliano seguia sonriendo, -Señorita Romi, ¿no te gusta mi amigo?
Lucía se mofó, -Sabes que Natalie tiene una relación incómoda con el señor Ramos, y Ilamaste al señor Ramos. ¿Qué quieres hacer?
Emiliano estaba a punto de hablar y Leonardo dijo con la gélida voz.
Parece que la señorita Romi no me cae bien, entonces, los dejo en paz.
Lucía no dijo nada, y había ira en sus ojos.
Emiliano a un lado también se levantó y dijo: -Yo también me voy. Señorita Romi, esta
comida corre de tu cuenta.
-¡Esperen!
Natalie tiró de la manga de Lucia y le dijo en voz baja: —Lucía, estoy bien, no hace falta que
seas tan sensible.
Lucía giró la cabeza para mirar a Natalie y frunció el ceño, Natalie, no tienes que
condescender por mi.
Natalie sonrió, -¿Por qué? No me importa quien venga
Lucía se sintió aliviada al ver que no parecia estar mintiendo, -Vale.
Natalie tomó la iniciativa para aligerar el ambiente, y Emiliano le devolvió la sonrisa, -Mi cuñada… Señorita López eres muy simpática.
Lucía le dirigió una mirada inexpresiva y le entregó el menú, -Señor Moreno, pide la comida.