Capítulo 64
Cira mantuvo la compostura: -He oído que acaba de tener un hijo, especialmente adorable. No sé si tengo el honor de verlo.
-el gerente Chaves la ignoró y se fue en su coche.
Pero no regresó a casa, sino que fue a un hotel para asistir a un
salón de la industria que se celebraba allí.
Cira, con el cargo de secretaria principal del Grupo Nube Celeste, naturalmente también pudo entrar, pero no tenía interés en socializar con los demás. Encontró un rincón y se sentó en silencio.
Cuando el banquete del gerente Chaves terminó, ella se acercó y le pidió que firmara el acuerdo adicional.
Hmm, no importaría si no lo firmara ahora, ella volvería mañana. Sería mejor que él la mantuviera ocupada durante cuatro días, justo cuando ella renunciase.
Cira hojeaba una revista sin prestar atención cuando notó un
alboroto en la distancia.
Se levantó y se acercó para ver qué ocurrió, vio que el gerente Chaves estaba discutiendo con una mujer.
La mujer no le importaba el lugar ni la ocasión, señalaba al gerente Chaves y lo insultaba en voz alta: ¡Lucas! ¡Estás vendiendo las propiedades de la empresa! ¡Te pudras en el infierno!
La voz de la mujer era fuerte, y todo el salón lo escuchó. Todas las
personas presentes se acercaron.
La expresión del gerente Chaves era extremadamente sombría.
Cira le preguntó en voz baja a la persona a su lado: -¿Quién es ella?
-Es la esposa del hermano menor del gerente Chaves, conocida por ser una mujer escandalosa.
Cira recordó rápidamente que ayer, durante las negociaciones del contrato, Quintina mencionó al hermano menor del gerente Chaves. Fue precisamente por mencionar a su hermano menor que el gerente Chaves la golpeó.
Probablemente hubiera una competencia entre los dos hermanos, y actualmente el gerente Chaves tenía la ventaja. Por eso la esposa del hermano menor rompió la defensa y causó ese escándalo en público.
Y parecía que el gerente Chaves no tenía idea de cómo manejar a esta mujer.
Cira pensó por un momento, sacó su teléfono, apuntó la cámara hacia el gerente Chaves y la mujer, y habló en voz alta.
-Vengan todos, rápido, miren, esto es nuestro salón de hoy, de muy alto nivel, con un buffet muy lujoso. Tenemos salmón ilimitado, caracoles franceses, foie gras, y caviar.
Su teléfono móvil estaba casi en la cara de la mujer, qué la miró con cautela. -¿Quién eres? ¡¿Qué estás haciendo?!
-¿Yo? Estoy haciendo una transmisión en vivo. Esta noche es ta animada, y la audiencia en vivo es numerosa. -dijo Cira sonriendo
El rostro de la mujer cambió ligeramente. -¿Grabaste todo lo que
sucedió?
-Por supuesto.
La mujer le ordenó: -¡Bórralo! ¡Bórralo ahora mismo! ¿Quién te dio permiso para grabarme? ¡Esto es una violación de mi derecho de imagen! Puedo demandarte!
-Este es un lugar público, los organizadores del salón no dijeron que
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filmando comida, no a ti. ¿Qué ley estoy violando? Claramente, fuistel tú quien llamó la atención con tu voz alta, ¿a quién culpar? Además, esto es una transmisión en vivo, ¿cómo es posible borrarlo?
La mujer no sabía qué responder: -¡Tú!
Cira le habló en tono tranquilo: -Si temes que la gente vea tu lado feo, creo que en lugar de perder el tiempo pidiéndome que apague la transmisión, sería mejor que te fueras por tu cuenta.
Dicho esto, volvió a levantar el móvil. -Miren todos, ¿qué es esto? Es un filete de ternera alimentado con pasto de Australia…
La mujer pisoteó el suelo y se fue indignada.
Cira cerró inmediatamente su teléfono móvil.
El gerente Chaves aflojó la corbata, su expresión aún no se había recuperado. ¿Estabas transmitiendo en vivo?
-No, solo me estaba tomando fotos a mí misma, era solo para
asustarla. -sonrió Cira.
El gerente Chaves tampoco tenía interés en quedarse más tiempo en el salón. No era como si no pudiera escuchar los comentarios de todos sobre él. Salió directamente del salón y se sentó en una silla er la entrada, abriendo una botella de agua mineral.
Cira lo siguió afuera, sosteniendo un documento en la mano.
El gerente Chaves le echó un vistazo y dijo: -No eres tú responsable de ese contrato, ¿por qué te apuras tanto en asumir esal
responsabilidad?
-Sea de quien sea la responsabilidad, en definitiva, esta es la tarea que mi jefe me encomendó, y debo hacerlo bien.
Cira analizó: -Gerente Chaves, lo hecho, hecho está. Además, al
པ་uVU་ས་ ༤ŲIT H༧SVtva FLIOTHO THEG OCICOLE, NO 1 J perjudicado. Con respecto a este acuerdo adicional, si no lo firmas hoy, seguiré insistiendo hasta que decidas firmarlo..
El gerente Chaves habló con un tono frío, como alguien que necesitaba urgentemente una salida para liberar su frustración: -No estoy tratando de hacerte difícil las cosas. No puedo soportar el hecho de que Quintina me haya traicionado… Hagamos una cosa, ahora, tú me la traes aquí. Si lo logras, ¡firmaré este acuerdo de
inmediato!
