Capítulo 0272
En la escena solo quedaban las tres mujeres. Sofia no tenía tantas percepciones como Lidia, frunció el ceño disgustada, agitó la mano y dijo: -¿Qué hay de divertido en el tiro? ¡Mis manos están matándome de dolor!
Lidia habló con calma: -Ya dije que solo ralentizas al paso del señor Sánchez, señorita Navarro. Para ser una persona, debes tener conciencia de ti misma. ¿De qué sirve forzar y dominar? Si no tienes la habilidad, simplemente no puedes controlarlo. Al final, pierdes.
Estas palabras no solo se referían al tiro con arco, sino también a los
hombres.
Sofia no era tonta y se enfureció: -¡Tú!
Se volvió bruscamente y vio a Lidia sosteniendo un paraguas con una mano, con la otra cruzada sobre el pecho, mostraba una postura relajada. La luz del sol se derramaba sobre todo su cuerpo, especialmente en sus piernas descubiertas, eran tan blancas que reflejaban la luz.
Era demasiado deslumbrante. Sofia, tardíamente consciente de situación, se dio cuenta de que al pedirle a Lidia que le sostuviera paraguas, originalmente quería humillarla, pero ahora que estab juntas, ¡resultó que era ella quien se humillaba a sí misma!
Ya estaba furiosa con Lidia, y al atreverse a hablarle de manera sarcástica, Sofia la empujó directamente: -¡Mujer despreciable! ¿
Cómo te atreves a estar a mi lado?
Lidia no esperaba que Sofia actuara así, la empujó desprevenida y la hizo retorcer unos pasos, pisando accidentalmente el pie de Cira. Lidia se disculpó instintivamente: -Lo siento…
Cira ni siquiera había tenido la oportunidad de decir algo cuando Sofia la atacó sin piedad.
-¡¿Qué estás simulando tener educación?! ¿Creen que no las
conozco a ustedes este tipo de personas? ¡Aprovechándose de tener una buena apariencia para confundir a los hombres temporalmente, se creen señoras! ¡llusiones absurdas!
-Cuando los hombres se cansen de ustedes, las dejarán en la nada, ¿ se acordarán de ustedes?
Cira levantó la cabeza para mirarla, y Lidia le dijo fríamente: -Sofia, ¿ estás loca? Esta es gente del señor Vega.
-¿Y qué si es gente del señor Vega? ¿No eras tú también gente del señor Vega antes? -Sofia se burlo-. No pienses que no lo sé. He averiguado todo. Al principio, seguías a Osiel. Cuando Osiel se cansó de ti, te entregó al señor Vega. El señor Vega también se cansó de ti y encontró a su nueva favorita.
-En esta situación, no pasará mucho tiempo antes de que el señor Vega también se canse de ella, ya sea esta señorita López o señorita Pérez, también las lanzará al cubo de basura.
Ella se mostró altiva: -Y yo, yo no soy como ustedes. Soy la hija la familia Navarro, una verdadera dama de la alta sociedad, adecua para Osiel. Hablando más claro, ustedes son solo juguetes y
herramientas que se pueden compartir. Yo, en cambio, ¡soy la muj que se puede llevar a casa!
Como si estuviera escuchando un chiste, Lidia la miró con una expresión juguetona: -¿Como tú?
Cira no dijo nada, no mostró ninguna expresión, simplemente torció la tapa de la botella de agua mineral.
Y la falta de respuesta de ambas, para Sofia, fue como si hubiera
tocado un punto doloroso de ellas dos, haciéndola aún más engreída.
-Sí, como yo. Nosotras somos chicas de familias respetables, estás muy por debajo de mí, y en comparación con la señorita Zavala, también está ella muy por debajo. Frente a nosotras, su único papel es sostener el paraguas. ¿Competir en el mismo escenario? No están a nuestra altura… ¡Ah!
Su último grito fue porque Cira, que estaba sentada, de repente
agarró el arco apoyado en el borde del banco, colocó la flecha y tiró de la cuerda, japuntando rápidamente hacia ella!
La punta metálica triangular de la flecha, bajo la luz del sol, emitía un frío sutil como un arma afilada, aguda como las garras de una bestia.
El rostro de Sofia cambió repentinamente, retrocedió instintivamente, ¡pero solo dio un paso hacia atrás cuando Lidia le agarró el cuello
desde atrás!
Quería retroceder pero no pudo, quedó rígida en su lugar, con los ojos abiertos de par en par, ni siquiera se atrevía a respirar, ¡porque la punta de la flecha estaba a tres pulgadas de ella!
En ese momento, si Cira soltara repentinamente los dedos, ¡sería atravesada por la flecha en el corazón al instante!
Ella gritó desesperada: -¡No!
Cira la miró desde abajo hacia arriba, con calma dijo: En el cam de juego, no hay distinción de género ni de estatus. Señorita Navar te consideras superior, pero permíteme decirte que tu habilidad
siquiera merece ser mi oponente.
Sofia apretó fuertemente los dientes: -Tú… tú…
-El orgullo de tu origen y tu prestigio son regalos de tus padres. Lo único que puedes devolverles es mostrar cortesía cuando estás fuera, ser educada en tus interacciones, hablar y actuar con respeto a
la gente, para que no te etiqueten como una persona sin educación, lo que afectaria a tus padres
Cira apretó la flecha hacia arriba y hacia abajo, señalandole a Sofia con la punta de la flecha, habló lentamente: -Esto permiteme decirte, es una gran falta de respeto hacia tus padres