Capítulo 0270
Morgan suspiró y también tomó una flecha.
Los tres tenían habilidades comparables, pero Sofia falló tres flechas. seguidas, la más absurda cayó a mitad de camino.
Así que los ganadores de la primera ronda fueron Cira y Morgan.
Justo en ese momento, el teléfono de Morgan sonó. Hizo una seña a Osiel, quien asintió: -Señor Vega, como desee, yo aprenderé algo más de la señorita López.
Morgan no olvidó que Cira iba a empezar a trabajar en Grupo
Sánchez…
Morgan apretó los dedos de Cira, diciendo con calma: -Entonces, en esta segunda ronda, la secretaria López y usted competirán. No me importa quién gane o pierda. Secretaria López, aprenda bien.
Cira frunció los labios: -Sí.
Morgan se alejó para atender la llamada.
Osiel cambió a un arco compuesto y se acercó a Cira: -El arco compuesto requiere más fuerza que el tradicional. Pareces delicada, señorita López, pero quién diría que tienes tanta fuerza.
-La fuerza viene con el uso. El arco tradicional no tiene.
reposaflechas, por lo que es difícil controlar la precisión. Que usted y el señor Vega sean buenos con el arco tradicional es realmente
admirable -dijo Cira honestamente,
-Nosotros pensamos que tener un reposaflechas es estar bajo control -dijo Osiel mientras tensaba su arco.
Cira frunció el ceño, esa frase le hizo pensar.
El arco
tiene un reposaflechas que dicta dónde y cómo
debe colocarse la flecha.
Pero tanto Morgan como Osiel, que están en la cima de sus industrias y controlan imperios comerciales, lo que menos les gusta es ser controlados o restringidos. ¿Qué les gusta del arco tradicional?
Probablemente sea el hecho de que obedece sus órdenes. Disparan
como quieren.
Es otra manifestación de un fuerte deseo de control.
Osiel soltó la cuerda, y una vez más, la flecha acertó en el centro del
blanco.
Morgan observaba desde lejos.
-Señor Vega, hace dos días que no me visita… -la mujer al otro lado. del teléfono sonaba lastimera. Morgan, viendo que solo estaban compitiendo, retiró la mirada: -Estoy ocupado.
Osiel cambió de arco, y Cira también.
Osiel dijo: -Si la señorita López está acostumbrada al arco compuesto, úselo, no hay problema.
Cira negó con la cabeza, ambos cambiaron sus arcos habituales, solo así la competencia sería justa.
Ella tensó el arco tradicional, y Osiel se acercó, elevando ligeramente su brazo: -Así apuntará con mayor precisión… ¿La señorita López ha decidido volver a trabajar en el Nube Celeste?
Cira miró instintivamente hacia donde estaba Morgan, quien no se había percatado de ellos.
Osiel preguntó en voz baja: -¿Lo sabe Marcelo?
Cira, con la vista fija en el blanco a lo lejos, dijo suavemente: -No
tenía intención de volver al Nube Celeste.
Osiel frunció el ceño: -¿Entonces qué es esto del señor Vega?
-Surge un problema temporal, pero puedo resolverlo.
Osiel no preguntó cuál era el problema, solo dijo: -Mi secretaria está de baja por maternidad, y como usted iba a unirse, no contraté a una nueva. Es muy inconveniente en el trabajo, necesito que me dé una
fecha concreta.
Es decir, ¿cuándo podría reportarse en Grupo Sánchez?
Cira pausó un momento, luego dijo: El martes.
-Bien, entonces esperaré a la señorita López. Si no viene el martes, la oferta anterior se anula, como si nunca hubiera existido -dijo Osiel alejándose un poco. -Dispare.
Cira soltó de repente la cuerda, la flecha dio en el blanco, pero solo
en el octavo anillo.
Aun así, Osiel la elogió: -Ya es muy bueno.
Cira se encogió de hombros: -Acepto la derrota.
-Entonces estamos 1 a 1. Esperaremos al señor Vega para empez la tercera ronda, yo también haré una llamada de trabajo -dijo Os entregando su arco al ayudante. -Señorita López, me disculpo
retirarme.
Después de que Osiel se fue, Cira también dejó de jugar.
Se sentó en un banco, apoyando el arco al lado de la silla, y tomó u sorbo de agua mineral.
Fue entonces cuando Cira sintió una mirada sobre ella y al mirar, se
encontró con Lidia.
Lidia la había estado observando desde el principio.
Había visto la competencia y dijo pensativa: -Parece que nuncal consideras que, por ser mujer, deberían tener consideración contigo..
Cira respondió con serenidad: -¿Por qué deberían tener consideración conmigo solo por ser mujer?
Lidia se detuvo, pensativa… ¿Por qué deberían tener consideración
con las mujeres? ¿Y por qué asumía que las mujeres deberían ser tratadas con más suavidad en una competencia contra hombres?
Eso era competir. Si aceptas competir, aceptar tanto la victoria como la derrota es la actitud correcta.
Lidia bajó la mirada, reflexionando.