Capítulo 0175
Cira frunció el ceño: -¿Debo ir sola o seguir esperando?
Mia se encogió de hombros, indicando que tampoco sabia qué hacer y que Cira debería decidir por si misma. Tenía que salir a trabajar con Ramón y no quería retrasarse, así que se apresuró a
irse.
Cira hizo otra llamada, pensando que si Lidia no respondía, se iría sola, dada su falta de puntualidad.
Pero esta vez Lidia contestó, su voz se escuchaba más y más cerca: -Señorita López, ya voy, lo
siento por llegar tarde.
Ella colgó el teléfono al llegar frente a Cira, sonriendo, -Me contuve durante demasiados dias, y sin control, casi pierdo el trabajo.
Cira asintió: -Ahora que usted está aqui, vamos rápido, tenemos mucho trabajo hoy.
El equipo del proyecto les había proporcionado un coche para el transporte.
Debido a la cantidad de trabajo y al retraso de media hora de Lidia, estaban aún más apuradas. Tan pronto como subieron al coche, Cira comenzó a discutir los detalles del trabajo con ella.
Pensaba que sería más rápido trabajar por separado.
Pero Lidia parecia distraida, pidiendo almohadas al conductor, estirando las piernas, quejándose de dolor en la cintura y las piernas, cambiando de posición constantemente.
-Gerente Flores, ¿has escuchado lo que dije?
-No soy sorda, por supuesto que lo he escuchado -Lidia sonrió. -Pero creo que es mejor trabajar juntas. Dos personas trabajando juntas en una tarea antes de pasar a la siguiente, creo que es más eficiente y nos permite estar al tanto de todo el trabajo.
Era una solución, y Cira no tenia ningún problema con ella.
Sin embargo, una vez en el lugar, Cira fue la que continuó comunicándose con el personal del
proyecto.
Lidia actuaba más como una observadora, sentándose siempre que podia o apoyándose en la pared si no, pareciendo estar muy incómoda.
Tres cajas de condones, sin duda debía estar incómoda.
Cira penso que hubiera sido mejor venir sola, para no perder tiempo presentándola cada vez.
La única vez que Lidia habló fue para preguntarle al personal del proyecto: ¿Hay alguna farmacia cerca? Quiero comprar una pomada para las marcas en mi cintura y los moretones en
mis rodillas.
Cira se quedó sin palabras.
El personal del proyecto también se sorprendió, entendiendo la insinuación detrás de las palabras. Con una risa incómoda, le indicó el camino y Lidia realmente dejó el trabajo para ir a comprar la pomada.
De manera sutil el personal preguntó a Cira: -¿Ella realmente es la gerente de negocios?
Cira, con calma: -Si.
El personal con tono despectivo: -Se apoya en su apariencia, eso también funciona.
Cira fruncio el ceño, pero no dijo nada.
Cuando el trabajo se tomó un descanso, Cira fue al baño y al regresar, pasó por la puerta de la oficina, escuchando las voces dentro.
-Esa mujer de rojo, la gerente Flores, me enteré de algo sobre ella, tiene un apodo, la primera flor social de la ciudad de Xoán.
-¡Impresionante! Sabia que con esa cara no podía ser nada bueno. Quejándose de dolor de cintura y piernas, ¿quién sabe de qué cama de director se habrá levantado anoche?
-Si pueden apoyarse en su apariencia, ¿quién se esforzaría por el talento?
-Esa señorita López también es bonita, y trabaja en el equipo de, investigación, secretaria del profesor, parece competente.
-Si hasta la gerente de negocios es así, ¿crees que la secretaria de un profesor estaría limpia?
Cira respiró hondo y pateó un bote de basura de metal cerca de la puerta, causando un ruido que hizo que todos adentro se callaran.
Decidió no confrontarlos para evitar complicaciones en el trabajo futuro, considerándolo una advertencia, y salió directamente.
Cuando estaba dejando la base, se encontró con Lidia, quien habla vuelto de comprar la medicina.
Cira la miró: -Vamos al siguiente lugar.
Lidia agarró su ropa: -Ya casi es mediodia, vamos a comer algo primero y descansar un poco, estoy muerta de cansancio, casi no dormi anoche.
Cira se deshizo de su agarre: -No tengo hambre. Si tiene hambre, puede ir a buscar algo por su cuenta. Después de comer, venga a encontrarme.
Lidia la miró fijamente: -¿Señorita López está de mal humor hoy? ¿He hecho algo para molestaria?
-Solo estoy preocupada por el trabajo, gerente Flores.
Lidia sonrió: -¿Ah si? Pensé que estabas enojada por lo de anoche con el señor Vega, nos.
pasamos un poco…
-Gerente Flores -Cira levantó la vista, mirándola fijamente. -Realmente pienso que eres muy extraña.
Lidia, curiosa: -¿En qué sentido soy extraña?