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Reconquistando a Mi Encantadora Secretaria Capítulo 148

Capítulo 0148

Al llegar a la empresa de Clara, Cira vio a Clara discutiendo con su novio, Miguel, justo afuera.

Clara lloraba mientras agarraba a Miguel, pero él mostraba disgusto e impaciencia, apartando bruscamente su mano. Mientras tanto, los colegas de Clara en la ventana y en la calle seguían observándolos y

tomándoles fotos.

Clara cayó al suelo cuando Miguel se subió al coche y se fue, dejando a Clara sollozando.

La chica normalmente despreocupada y alegre ahora se había convertido en la burla de toda la empresa.

Cira no dudó en bajar del coche, quitarse su abrigo y cubrir la cabeza de Clara con él.

Marcelo también bajó del coche y se acercó a ellas. Cira ayudó a Clara a subir al coche.

Clara lloraba en los brazos de Cira: -¡Miguel, Miguel me he dejado

-Aquella noche, él vino a recogerme al Palacio del Oeste y al ver mi estado, me preguntó una y otra vez si me había pasado algo. No me atreví a decir la verdad, solo le dije que me emborraché y me encontré con unos matones, pero con Cira aquí, no me pasó nada.

-Hoy también le enviaron esas fotos, le pedí que viniera a recogerme y lo hizo. Pero después de llegar, me insultó diciendo que era una puta…

Cira dijo con voz grave: -¡Llorar por un hombre que te insulta no vale la pena! Deberías alegrarte de deshacerte de un tipo así.

El coche se detuvo en un semáforo. Cira intentó secar las lágrimas

costada de la carretera.

Deriniivvarmente fue ella!

Clara en puido da puerta del coche y corrió hacia adelante.

Cira no reacciono de inmediato, pero pronto se dio cuenta de que la

shuación ere corpulicada.

En la bullicinos culte, con camaras de vigilancia por todas partes, si Clara atacabo pubbacarmente a Keyia y quedaba grabada, se

convertiría en evvicenda de que Clara habia herido a alguien.

Cira también cordoversa cel coche, sin prestar atención al caminc,

cuando un cochess accerco veicamente.

Morgan estaba de pasc..

Sentado en el asientorassoooaebconductor frenó bruscamente. Morgan se incliné hacia adelante, togrando detenerse a tiempo para evitar una colisión real…

Frunció el ceño y el conductor politicoce miedo, le dijo:-… Señor Vega, no es mi cuipa. Ella saadricesceente y yo…

Marcelo se bajó rápidamente del cocone justo en los segund previos al impacto con Cira, agamo sumano y la atrajo ha sosteniéndola en sus brazos.

Cuando Morgan levantó la vista, lo que vioo deequum nombre y un mujer representando una escena deurdraaraacornantico frente

coche.

En ese momento, su pensamiento fue ¿Porque ebrconductor no continuó con el impacto?

Su expresión se volvió gelida. El conductor no sabía si Morgan estaba molesto por casi atropellar a un peatón por accicentepo por

-¿Quieres que te enseñe a tocar la booted? Ha voz de Morgan onaba afilada.

# conductor trago saliva y toco la bootha.

lip-

iste sonido despertó a Cira, que aún estate assustada. Levantó la

abeza y miró a Marcelo: -Gracias.

Recordó a Clara y, sin prestar atención a nadarnaas cocrito hacia ella.

organ/siguió con la mirada su figura apresurada, y el conductor, amlarte, le recordó: -Señor Vega, aun tiene una conccom um cliente.

Morgan vio a Marcelo siguiendo a Cira y retiro la mirace. Mustó su iornata, ignorando la llama que se expandía y dijo indiferennes-

Samonos.

scaune se aletó, sin percatarse de que la dirección hacial enque (Ora dara Kenia a Keyla.

anto leve ato la mano para abofetear a Keyla, y Cira la detuvo a

Cioral-¡Clara!

ito una too anatioca, intentó lanzarse hacia adelante: -¡Segu jivuger deaurer despreciable! ¡Definitivamente fuiste tú! ¡Te voy a

hatari

rya habían espeon ccpectadores. Cira empujó a Clara hacia Marce ente: Profesoricdecor Sánchez, puedes ayudarme a llevar a m

cocne? Hache?

entendiendo la graveldagravedad de la situación, inmediatamente

lara.

olvió y miró fijamente arkeyla pikevia preguntandole directamente: 1?

Cira.

Sonrió: -¿A qué te refieres? No entiendo lo que dice la hermana

-Ya sea que fueras tú o no, voy a llamar a la policía y buscar un abogado. Quien sea que lo haya hecho, haré que pague el precio – dijo Cira fríamente.

Keyla encogió los hombros: -Entonces, estaré esperándolo.

¡Su actitud tan segura solo podía deberse a que confiaba en que Morgan estaba respaldándola!

Clara regresó a su apartamento y se encerró en su habitación llorando. Cira le pidió a Marcelo que se fuera primero, y él asintió: -Si necesitas algo, llámame.

Clara lloró un rato, durmió una siesta y sus emociones se calmaban un poco por la tarde.

Ella dijo que iba a llamar a la policía, contratar a un abogado y atrapar a la persona que envió las fotos, Keyla, ¡para que pagara el precio!

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