Capítulo 742
Dorian también la miró: “Cuando recibi tu mensaje de texto diciéndome que te ibas, estaba en una reunión. Mi mente quedó en blanco por un momento; ni siquiera tuve tiempo de terminar la reunión antes de apresurarme a regresar. Pensé que llegaría a tiempo, pero cuando llegué a casa, ya te habías ido. No dejaste rastro alguno de tu presencia en esa casa, fue como si nunca hubieras estado ahí.
En ese instante decidi dejarte ir, al igual que en muchos otros momentos después de ese. Siempre creí que el mundo no se acaba porque alguien se vaya, así que si querías irte, no tenía sentido retenerte. Respeto todas tus decisiones.
Pensé que podría hacerlo, pero la realidad me golpeó una y otra vez. Incluso intenté casarme de nuevo para liberarme de tu influencia, pensando que lo mio contigo era solo costumbre, una obligación. Crei que al entrar en otra relación, un nuevo sentido de responsabilidad me impulsaría a dejarte ir completamente. Por eso asisti a una cita a ciegas, pero nunca imaginé que sería con Carolina.
Esa cita a ciegas me hizo admitir que lo nuestro nunca fue por obligación ni costumbre, sino porque era por ti, y por eso rompi mis principios una y otra vez. Desde pequeño, me enseñaron a ser integro y a mantener las buenas costumbres, pero en el momento en que te vi en esa reunión de antiguos alumnos, olvidé todos esos principios. Ni siquiera tuve tiempo de tomar precauciones, algo que jamás habría hecho con nadie más. De hecho, asisti a esa reunión solo porque supe que estarías ahí.
Lo mismo ocurrió con nuestro matrimonio. Al día siguiente de estar juntos, ni siquiera habia salido de la cama cuando recibi la noticia de que mi abuelo estaba gravemente enfermo. Sufrió un derrame cerebral repentino, aunque hasta entonces habia estado bien. Se suponia que me prepararía gradualmente para tomar las riendas de la empresa, pero su caída repentina sumió a la empresa en el caos. En ese tiempo, entre mi abuelo enfermo y la empresa en peligro, me la pasaba corriendo entre el hospital y el trabajo, sin tiempo para nada más.
Había pensado en darte una explicación una vez que todo se calmara, pero entonces te encontré en el hospital, yendo a hacerte un chequeo sola. No tenia planes de que quedáramos embarazados, pero más allá de la sorpresa de tu embarazo, lo que realmente me sorprendió fue la posibilidad de unirnos aún más. Sin pensarlo, te propuse matrimonio. Quería casarme contigo, legalizando nuestra relación bajo la ley, algo que había considerado desde el momento en que te reencontré y que no habria considerado con nadie más.
Pero en ese momento no me di cuenta de que eso era amor. No sabia qué era el amor. Nunca en mi vida había cortejado a nadie, mucho menos amado a alguien. Desde pequeño, mi vida se centro solo en los estudios y el trabajo; nunca tuve tiempo para romances. Tu irrupción en mi vida durante la secundaria le dio un toque de color a mi existencia monótona, Siempre supe que eras diferente para mi, pero no creía que eso fuera amor. Incluso despreciaba la idea del amor romántico.
Después de que aceptaste casarte conmigo, te llevé ante mi abuelo para decirle que estabas embarazada y él finalmente pudo partir sin remordimientos. Todos pensaban que me casé contigo apresuradamente solo para cumplir su último deseo, que tu embarazo fue una coincidencia oportuna, pero siempre supe que no era asi. Si no hubieras aparecido en mi vida, no habría llevado a otra persona ante mi abuelo. La mujer que siempre quise como esposa has sido tu, desde el principio hasta el final.”