Capítulo 740
“De hecho, durante mucho tiempo, ya no tenia el coraje de volver a tu mundo. No nos casamos por amor, ni nos divorciamos por falta de amor, simplemente porque no éramos compatibles. Sin embargo, es irónico que este hecho sobre el cual habiamos llegado a un acuerdo hace dos años, ahora tengamos que reconsiderarlo y desafiarlo por nuestra hija….
Fui adoptada, er aquel momento mi madre realmente no queria quedarse conmigo. Me quedé porque no tenia a donde ir. Lloré y supliqué a mi padre que me dejara quedarme. Tenia una familia, pero al mismo tiempo no tenía una. Desde pequeña, siempre quise sentir lo que era ser amada…
Tú fuiste la primera persona que me gustó, y la única a la que he amado profundamente. Siempre he dado mi afecto a mi familia sin recibir nada a cambio, por lo que no pude evitar tener esas mismas expectativas contigo… Siempre pensé que mi afecto seria correspondido de la misma manera…”
Amelia sostenia su teléfono con las manos temblorosas, sus ojos ya estaban empañados por las lágrimas.
Sentia como si algo le oprimiera el pecho, desesperación y asfixia, haciéndola casi incapaz de respirar.
Se escucharon pasos en la entrada, y Amelia, a través de sus lágrimas, lentamente levantó la mirada para observar a Dorian acercandose con un vaso de chocolate caliente humeante.
Justo cuando Dorian levantó la mirada, vio su rostro cubierto de lágrimas y el teléfono en sus manos, su expresión cambió radicalmente y con un “bang“, dejó el vaso de chocolate en la mesa y rápidamente camino hacia ella.
Cogió el teléfono de sus manos y con sólo echarle un vistazo, sintió como si un balde de agua helada le cayera. encima, enfriandolo de cabeza a pies.
No se había atrevido a devolverle el teléfono a Amelia, por miedo a que viera esa carta,
Ella no estaba en un momento adecuado para conocer su pasado, ni el pasado que compartian.
La súbita ausencia de su teléfono hizo que Amelia volviera en si, algo confundida, comenzó a explicarle: “Lo siento, yo… sólo queria leer ese libro, vi que una página estaba siendo aplastada por el cajón y no quería dañarlo, por eso abri el cajón, yo…
Su explicación se volvió cada vez más incoherente hacia el final.
Dorian agarró su mano, interrumpiendo su confusión y palabras sin sentido.
“Ya te lo había dicho antes, este es nuestro hogar. No es necesario dividir lo tuyo‘ y lo mio‘. Todo lo que es mio está a tu disposición, puedes mirar lo que quieras, no te preocupes por lo que yo piense.”
La miró, repitiendo sus palabras con calma.
Amelia intentó sonreír, pero no pudo seguir con la conversación
Sus ojos, llenos de lágrimas recientemente, estaban un poco hinchados.
Ella habia aceptado porque realmente creía que eran esposos.
Pensó que la sensación de distancia entre ellos era porque ella no había dado el paso hacia él, debido a su amnesia y la sensación de extrañeza hacia él, por lo que penso que podian intentar acercarse lentamente como cualquier pareja. Pero la realidad de su divorcio, esa carta…
“Parece que estamos muy cerca, pero siempre hay montañas entre nosotros que no podemos cruzar.
Intenté entrar en tu mundo, pero siempre me encontré con la puerta cerrada…”
Las lágrimas que había logrado contener volvieron a rodar incontrolablemente por sus mejillas.
Aunque no podía recordar, se sentia extremadamente triste, una tristeza como nunca antes había experimentado, como si estuviera atrapada en una sensación de asfixia mortal.
Así que esa era su pasado, la verdadera razón de su divorcio
Capitulo 740
Su cuerpo comenzó a temblar involuntariamente.
Dorian la abrazó, llamándola desesperadamente: “Amelia, Amelia…”
Una y otra vez, su voz pasó de ser suave a intensa. El agarre en su brazo se intensificaba poco a poco fuera de control. Sus ojos oscuros estaban llenos de ansiedad e inquietud.
Amelia intentó sonreirle: “Estoy bien…”
Sólo necesitaba tiempo para procesarlo.
Puso su mano sobre la de él, intentando soltarse, pero antes de que pudiera moverse, la mano de Dorian se cerró aún más fuerte.
“Amelia, él intentó llamarlo por su nombre, “esa carta…”
Las palabras se quedaron en su boca, con la mente en blanco en ese momento.
Incluso él se encontró sin palabras ante la situación actual.
Era su propia carta, escrita de su puño y letra, donde plasmó todos sus sentimientos verdaderos del pasado. Él jamás podría decirle que era falsa.
La aparición repentina de esa carta desbarató por completo el ritmo de la conversación seria que él había planeado tener con ella.