Capitulo 663
Después de comer, Dorian condujo a Amelia y Serena hacia la empresa.
Serena estaba emocionadisima todo el camino.
Ya habia aceptado que Amelia no recordaba su pasado y con la madurez de un adulto pequeño, iba señalando y describiendo todo el paisaje urbano a Amelia con una paciencia y emoción dignas de una guía turistica en miniatura.
Esa excitación se transformó en un grito cuando el Edificio Esencia comenzó a aparecer en su visión.
“Mamá, mira, mira, ese es la empresa de papa!”
Mientras hablaba, Serena se arrodillo en el asiento para pegarse al vidrio del carro, apuntando con la mano hacia el aún distante Edificio Esencia, temiendo que Amelia no pudiera verlo.
La sorpresa y el orgullo eran tales que incluso Dorian, quien estaba al volante, no pudo evitar voltear a verla por un
DJE S
momento.
Serena ya habia tomado la mano de Amelia y apoyándose en la ventana, le señalaba el Edificio para que lo viera.
Amelia también miró hacia donde Serena le indicaba y vio la imponente estructura.
“Todo el edificio es de papà.”
Serena no pudo evitar explicarle a Amelia con orgullo y responsabilidad.
Amelia siguió su mirada y sonrió diciendo, “¿En serio? Entonces tu papá es muy capaz.”
Dorian le echó un vistazo, pero no dijo nada.
Por otro lado, Serena frunció el ceño confundida, sintiendo que algo no estaba bien, pero sin poder decir exactamente
qué.
Amelia se dio cuenta a través de la reacción de Serena que había llamado a Dorian “tu papá” sin querer, algo que sonaba un poco distante. Serena debió haberlo notado, de ahí su reacción.
Pero cambiar su manera de hablar para simplemente decir “Dorian es sentía una especie de incomodidad al decirselo.
muy capaz‘ le pareció extrañamente cariñoso y
Ella no queria que Serena se preocupara o se confundiera por eso, así que cambió el tema de manera natural “¿Vas seguido a la empresa con papá?”
La atención de la niña se desvió inmediatamente y asintió con orgullo: “Si, siempre que papá puede, me trae a jugar a la
empresa.
Amelia continuó: “Pero si papá tiene que trabajar, ¿no te aburres en la oficina?”
Serena negó con la cabeza: “No, para nada.
Hay muchos lugares divertidos en la empresa de papá y cuando está ocupado, la tía y yo vamos a explorar,
Mamá, te cuento, la empresa de papá es enorme y hay muchisima gente, pero parece que todos le tienen miedo a papa…
“Ahem…”
Dorian tosió levemente.
Su hija lo miró sin entender.
“¿Quién te dijo que todos le tienen miedo a papá?
Dorian aprovechó que el semáforo estaba en rojo para girarse y preguntarle con voz suave.
Serena movió la cabeza, confundida: “Nadie me lo dijo.
Pero cada vez que me lleva en brazos, todos están hablando y en cuanto ven a papá, nadie se atreve a hablar.”
“Eso no es tenerle miedo a papȧ.”
Dorian la corrigió, “Eso es temer al jefe.
Si fuera mamá, también tendrían miedo.”
“No lo creo.”
Serena replicó y no pudo evitar darle una mirada a Amelia, “Mamá no parece de las que se enojan con la gente.”
Dorian giró la cabeza para ver a Amelia y raramente, estuvo de acuerdo con Serena en eso y asintió levemente: “Serena
tiene razón.”
Pero para evitar que le diera a Amelia una imagen equivocada, la corrigió tranquilamente: “Yo tampoco me enojó con la gente”
“Pero cuando no está feliz, da más miedo que alguien enojado.”
Serena dijo y sin poder resistirse, se giró hacia Amelia y dijo, “Mamá, cuando papá no está contento, pone una cara
asi…”
Y mientras hablaba, imitó la expresión seria de Dorian, captando sorprendentemente su esencia.
Dorian se quedó sin palabras.
Amelia no pudo evitar sonreir ante el ceño fruncido de Serena, pero como todavia estaban en el auto y Dorian también estaba presente, no quiso reirse abiertamente. En su lugar, le sonrió a la niña y le dijo: “Porque tu papá es el lider de todos, como un maestro en la escuela. Él tiene que manejar la empresa como un maestro dirige a toda la clase. Si no impone respeto, podrían no hacerle caso y entonces la empresa sería como un salón de clases donde los niños hablan entre si y no prestan atención al maestro, asi nadie aprendería nada en la escuela.”
Su voz era suave y tranquila, fluyendo lenta pero constante, como el sonido del agua de un arroyo serpenteando a través de las montañas, suave y agradable al oido.
Dorian se sintió momentáneamente desorientado al recordar cómo, antes del accidente, Amelia siempre explicaba con paciencia y temura cada vez que Serena no entendia algo.
Ese ensimismamiento lo hizo perder la concentración y quedarse mirando a Amelia sin reaccionar.
Serena también recordaba que su madre siempre le resolvia las dudas de esa manera. Había estado mirándola fijamente y cuando la voz de esta cesó, abrió los ojos ampliamente y le pregunto con cautela: “Mama, ¿ya te acordaste
de mi?
Amelia se sobresaltó y miró hacia la niña.
En los ojos de Serena había una mezcla de esperanza cuidadosa y alegría.
Esa mirada expectante hizo que sintiera una incomodidad al no poder responder como quería la niña, ya que no habia recordado nada; simplemente había querido evitar que malinterpretara a su padre.
Asentir o negar con la cabeza podía ser dañino para una niña tan perceptiva y sensible.
Amelia aún estaba conociendo a Serena y no se atrevia a tomar una decisión tan definitiva. En su incertidumbre, buscó ayuda en Dorian de manera instintiva, pero se dio cuenta de que él también la miraba absorto.
Sus ojos estaban fijos en ella, pero parecía como si no la viera a ella, sino a través de ella, a otra persona.
Eso la hizo sentir aún más desconcertada, pero por suerte el semáforo ya habia cambiado a verde y los autos detrás, impacientes por su demora, comenzaron a tocar sus bocinas.
Dorian volvió a la realidad, lanzó una mirada a través del espejo retrovisor y cuando volvió a mirar a Amelia, le sonrió tranquilizadoramente. De repente, extendió su mano y le acarició la cabeza con temura, diciéndole con voz ronca: “Asi es como solias enseñarle a Serena, no has cambiado en nada.”
Amelia forzó una sonrisa y dijo: “Oh.”
También se encontraba sin palabras, sin saber cómo responder a ese tema.
“Vamos a la empresa.”
Dorian habla retirado
su mano y miró a su hija diciendo suavemente: “Mama siempre se acuerda de ti.”
Capitulo 663
Su respuesta inmediatamente calmó a la inquieta niña, aunque fue solo una mentira piadosa.
Dorian sabia que Amelia no mentiria a la niña, eso le causaria una gran carga emocional.
Sin
querer
demorarse más en la calle, puso el coche en marcha.
El Grupo Esencia estaba justo delante, tras ese semáforo.
Dorian condujo el auto directamente al estacionamiento subterráneo.
Serena ya habia olvidado el breve incidente de antes, reconoció el lugar y al ver que Dorian estacionaba, emocionadal tomó la mano de Amelia y dijo: “Mamá, vamos, te voy a mostrar la empresa de papȧ.”
Dorian también salió del coche y al abrirles la puerta, simplemente dijo “Vamos“.
Luego se inclinó y levantó a Serena en brazos.
Amelia salió del coche y observando el amplio estacionamiento, sintió algo de familiaridad, pero su mente seguia en
blanco.
Dorian podia adivinar lo que estaba pensando por su expresión y sin querer dejarla sumirse en esa obsesión por recuperar el pasado, le sonrió gentilmente y dijo: “Vamos arriba.”
Mientras hablaba, su mano ya habia tomado la de ella con naturalidad.