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Mi Frío Exmarido Capítulo 636

Capítulo 636

Ella volvió a hablar con voz suave, no era por curiosidad, simplemente estaba un poco perdida en cómo enfrentarse a ese hombre que afirmaba ser su esposo,

Dorian asintió con la cabeza y le hizo una introducción sencilla: “Te llamas Amelia, eres una arquitecta muy talentosa y el proyecto del resort de estilo tradicional que se está construyendo en Valverde es tu diseño. Yo me llamo Dorian, actualmente dirijo el Grupo Esencia. Nosotros dos… llevamos años casados y tenemos una hija de dos anos. Tuviste un accidente en el sitio de construcción del resort en Valverde, mientras estabas de viaje de trabajo; te lastimaste al caer al rio intentando salvar a alguien y la familia de Alejandro te rescató.”

Se le trabo la voz al mencionar llevamos años casados“, porque ese era un tema que podia llevar a la realidad de que ya estaban divorciados.

En el fondo, Dorian no queria hablar de eso.

Pero Amelia evidentemente también estaba confundida sobre ese punto.

“Si llevamos tanto tiempo casados, entonces, ¿por qué parece que…?” Ella queria preguntar por qué no habia entre ellos la intimidad y dependencia que normalmente existe entre los esposos, pero temia ser demasiado directa y herirlo, asi que cambio a una pregunta menos delicada, “Entonces, ¿cómo nos conocimos?”

Luego, se rio timidamente: “Siento que no somos del mismo mundo.”

Ese dia en la escuela, cuando lo vio por primera vez, estaba rodeado por Jacinto y otros lideres, brillante y deslumbrante.

Hoy en la escuela fue igual.

Ya fuera caminando por la escuela rodeado por los lideres o parado en el escenario, siempre parecia brillante e inalcanzable.

Amelia no sabia por qué, pero tenia la sensación de que no pertenecian al mismo mundo.

Cada vez que lo vela, sentia que era alguien a admirar desde la distancia, pero nunca alguien con quien tendría una relación cercana.

Y por los cortos intercambios que tuvieron a través de WhatsApp, estaba claro que Dorian no era una persona fácil de

tratar.

No podia imaginarse cómo sería estar casada con él durante años.

“Éramos compañeros de clase.” Dijo Dorian, “Estuvimos en la misma aula en el último año de secundaria.”

Amelia recordó haber visto los nombres “Dorian” y “Amelia uno al lado del otro en el cuadro de honor del Colegio Secundario de Arbolada.

“¿Entonces empezamos a salir cuando estábamos en la escuela?”

Amelia trunció el ceño al preguntar, luego sintió que algo no encajaba. Si hubiera sido un amor que pasó de uniformes escolares a vestidos de novia, ¿cómo podian sentirse tan distantes?

La palabra “distante” surgió en su mente y Amelia se quedó perpleja, sin entender por qué habia pensado eso. Ella habia pasado por la experiencia de que Rafael le dijera que era su novio y lo comparó con la situación actual con Dorian diciendo que eran esposos. No sentia el mismo miedo de que fuera verdad, ni la cercania psicologica que eso deberia generar, sino más bien una especie de respeto desde la distancia y las mismas emociones amargas y tristes que sintió las veces anteriores que lo vio..

No podia explicarlo, solo se quedó un poco aturdida por ese pensamiento repentino.

Dorian no le ocultó la verdad sobre ese tema.

“No estuvimos juntos durante nuestra época de estudiantes.” Dijo, “Nos reencontramos en una reunion de exalumnos varios anos después de graduarnos de la universidad y de ahi empezamos a salir.”

Amelia arrugó el ceño: “Entonces… ¿cómo empezamos a salir?”

Todavia no podia imaginarlos a los dos juntos.

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Dorian frunció los labios y luego la miró lentamente: “Te deseaba.”

Amelia se quedó sin palabras.

“Nunca pensé que te encontraría en una reunión de exalumnos, fue una sorpresa para mi.” Dorian la observaba y continuó hablando lentamente, “Asi que después de la reunión, busqué una excusa para llevarte a casa y sin esperarlo. justo cuando llegábamos… las cosas se salieron de control y terminamos intimando…”

“Ehmm…”

Amelia se atragantó con el agua que acababa de beber, su tosido resonante interrumpió en el momento justo las palabras de Dorian.

Él levantó su mano para darle palmaditas en la espalda.

Pero Amelia, como si se hubiera quemado, levantó su mano para alejar la que él extendia hacia ella.

“No es, no es nada.”

Su voz era entrecortada por haberse atragantado y sus mejillas se habian tornado rojas, ya sea por la tos o por algo más. En los ojos de Dorian también apareció un brillo de diversión.

Justo entonces, Yael empujó la puerta para entrar, sin notar inicialmente a Amelia en la cama, toda su atención estaba puesta en su jefe.

La sonrisa que hacía tiempo no adornaba el rostro de Dorian hizo que Yael se detuviera en seco, retrocediendo instintivamente un paso y mirando el número en la puerta del hospital para asegurarse de no haberse equivocado antes de llamarlo con incertidumbre: “Sr. Ferrer?”

La repentina voz de Yael hizo que tanto Amelia como Dorian levantaran la vista hacia la puerta.

Fue entonces cuando Yael se percató de Amelia.

“¿Amelia?” La voz de Yael, teñida de incredulidad y asombro, se agudizó sin querer.

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