Capítulo 630
Dorian no escuchó el murmullo de Rafael, ya se habla mezclado con la gente.
Incluso su manera de adentrarse entre la multitud fue inconsciente.
El bullicio a su alrededor continuaba, pero la fiesta era de otros.
Su corazón, que habia estado palpitando violentamente hace un momento, ya se había calmado después de una serie de negativas y la expectativa se habla convertido en una mirada vacía y desesperanzada.
“Sr. Ferrer, ¿cómo es posible que en estos tiempos una persona no pueda contactar a su familia?”
“Cuando estaba viva, ni tú ni tu familia la trataron bien. Ahora que se fue hace meses, no puedes dejarla en paz, la expones con esos carteles y anuncios públicos. ¿Has pensado en lo que la gente podria hacer con su foto? A ella, que le gustaba tanto la tranquilidad y era tan reservada, ¿por qué la molestas incluso después de muerta? ¿Asi es como la
amas?”
La réplica de Alejandro y las acusaciones de Rafael resonaban en sus oidos, como cuchillos afilados, hiriendo su corazón ya lleno de cicatrices.
La imagen del cuerpo deformado en la morgue y el perfil que habla vislumbrado de reojo se alternaban en su mente, haciendo que su ya no tan firme convicción se tambaleara.
Si la persona en la morgue era Amelia, sus esfuerzos por encontrarla en otra persona resultarian en otra herida para ella. El deseo desesperado de descubrir la verdad y la abrumadora culpa de herirla de nuevo se alternaban en su corazón, oprimiendo su pecho con un vacio confuso.
El tiempo pareció volver a la noche en que la perdió, cuando llegó apresuradamente a la obra y solo recibió la noticia de que habia caido al río, sin siquiera poder verla por última vez.
Un simple “adios” antes de salir se convirtió en un adiós para siempre.
Penso que esa noche habia sentido el dolor más grande, pero no sabia que en los dias y noches siguientes sin verla, la pena por perderla se convertiria en una sombra constante y tangible.
A lo largo del camino había tiendas de ropa y accesorios, con maniquies en las puertas luciendo elegantes abrigos color albaricoque y bufandas en los escaparates. Dorian recordó de repente la tarde en que se enteró de que ella iba a llevarse a Serena, cómo se apresuro al aeropuerto y en medio de la multitud, alzó la vista y la vio agacharse para arreglarle el cabello a su hija, con ternura y serenidad.
Fue la primera vez que la vio con Serena.
Y la primera vez que realmente sintió que ella le había dado una hija.
Esa imagen, aún hoy, era tan hermosa que deseaba que el tiempo se detuviera, pero la realidad de estar solo con Serena lo contrastaba cruelmente.
Dorian miró la ropa en el escaparate y sus pasos se detuvieron sin darse cuenta, permaneció parado frente al maniquí, mirando fijamente la ropa sin moverse.
Era un hombre guapo, con un aire distinguido, solo con estar parado ahi absorto ya atraia muchas miradas.
El centro comercial siempre estaba lleno de gente y los transeuntes no podian evitar mirarlo de reojo, sin atreverse a molestarlo, pero señalándolo a sus compañeros y caminando más despacio.
Pronto, esa área se volvió algo concurrida.
Amelia terminó de comprar su maleta, pidió al vendedor que la llevara a su habitación y pensando en que Alejandro vendría a buscarla, salió rápidamente de la tienda.
Habia mucha gente entrando y saliendo de la puerta de la tienda. Justo cuando llegaba a la entrada, sono su teléfono, era Alejandro quien la llamaba.
Amelia contestó el teléfono mientras se abria paso cuidadosamente entre la multitud, sin prestar atención a su
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alrededor.
Casi al mismo tiempo, Dorian fue sacado de sus pensamientos por una llamada de Yeel.
Miró su móvil y giro al contestar.
* Bueno?”
Bueno?”
Dos voces sonaron al unisono cuando se cruzaron.
Dorian se detuvo bruscamente y se giró.
Amelia también pareció detenerse un momento, con una expresión confundida, pero solo por un instante, luego dijo suavemente al teléfono “Ya voy para allà” y justo cuando iba a seguir caminando, una fuerza feroz la agarro del brazo por detrás, girándola bruscamente. Al levantar la vista confundida, vio a Dorian y la tormenta que se levantó en sus
oscuros ojos.
