Capítulo 619
Amelia salió hacia la escuela pasadas las once.
No era una invitada, asi que podia permitirse un poco más de relax.
Cuando llegó al colegio, los festejos aún no habían comenzado.
El dia estaba hermoso y soleado. El Colegio Secundario de Arbolada estaba repleto de estudiantes y profesores, por lo que la celebración se habia organizado en el gran patio de entrada.
A diferencia de la quietud de dias anteriores, ese dia el Colegio Secundario de Arbolada se bañaba en un ambiente festivo, lleno de color y alegria.
Los estudiantes, ya en vacaciones de fin de semestre, habian vuelto para recibir sus calificaciones finales y participar en el centenario del colegio. Sin la presión de los exámenes, sus rostros jóvenes y frescos irradiaban emoción y felicidad.
Viendo esas caras llenas de juventud, Amelia se relajó sin poder evitarlo.
Sabiendo que Jacinto estaba ocupado, no trató de contactarlo y simplemente se acercó al colegio como una invitada más.
La escuela había contratado un equipo de seguridad para mantener el orden, asi que no habia necesidad de cerrar las puertas del colegio..
Habla estudiantes por todos lados, al igual que muchos exalumnos. Todos conversaban en pequeños grupos.
La música del escenario retumbaba, llenando de festividad el ambiente.
También había grupos de estudiantes posando para fotos y parejas de antiguos alumnos que no tenian reparos en abrazarse y tomarse de la mano. Entre tanta alegría, habia jóvenes que se saludaban con sorpresa y alegria después de mucho tiempo sin verse.
Amelia se movia sola entre la multitud y sentia una nostalgia por sus días de estudiante mezclada con una familiar y suave melancolia..
Por alguna razón, recordó los nombres “Amelia” y “Dorian” que figuraban juntos en el cuadro de honor del colegio. Solo aparecian los nombres, sin fotos.
No sabía si aquella Amelia era ella misma.
Y aquel Dorian, ¿seria el mismo que no le habia respondido los mensajes sobre la revisión de su manuscrito?
Su teléfono sono justo en ese momento.
Era Miranda.
Amelia contestó.
“¿Meli, dónde estás?“, preguntó Miranda del otro lado de la linea. “Estaba empacando ymi maleta se rompió, no puedo cerrarla. Necesito comprar una nueva, ¿me acompañas?”
“Estoy ocupada con algo ahora“, respondió, girándose hacia el centro comercial Mundo Compras en Arbolada que estaba cerca. “Estoy por la zona del centro comercial, ¿qué tal si te llevo una de camino? ¿Qué tipo de maleta quieres?”
“Es solo para salir del paso, cualquiera está bien“, contestó Miranda sin mucha preocupación. “Termina rápido y vuelve, tengo cosas que hacer y no pasaré por tu habitación.”
“De acuerdo.”
Amelia asintió, a punto de colgar, cuando una joven se acercó con timidez y le tocó el hombro, preguntándole con una sonrisa apenada: “Disculpa. ¿nos podrías tomar una foto?”
Señaló hacia un grupo de chicos y chicas detrás de ella, todos muy jóvenes, con pinta de ser estudiantes universitarios recién ingresados.
Amelia asintió amablemente y tomó el teléfono que la chica le ofrecia.
Uno de los chicos trunció el ceño, confundido, y dijo: “Me parece que te conozco de algún lado.”
Lapitulo 619
Amelia lo miró extrañada, llevaba puesta una mascarilla y no entendia cómo podía parecerle familiar, ¿seria alguien más que la conocía?
La chica que le pidió el favor le dio un golpecito en el hombro al chico y le dijo: “Cada vez que ves a una chica linda dices que te suena, Noé, ¿no te da pena que Linda se moleste?”
La chica mencionada, Linda, se sonrojó y rápidamente aclaró: “¿Qué dices?”
Noé, avergonzado, también intentó aclarar: “Ernesto, cállate, si no sabes qué decir, mejor no digas nada. No estaba tratando de ligar.”
Otra chica del grupo comenzó a apresurarlos: “Ya, ya, aprovechemos que no hay gente atrás y tomemos la foto, después se va a llenar y no podremos.”
Interrumpidos, el grupo se reorganizó rápidamente para la foto.
Amelia también sostenía su celular agachándose ligeramente, buscando el mejor ángulo y con cuidado de no toparse con la gente que iba y venia.
Casi al mismo tiempo, Jacinto y otros líderes del colegio saludaban a Dorian que pasaba por detrás de Amelia.
Dorian miraba hacia un grupo de estudiantes de preparatoria que, vestidos con uniforme, se reian y tomaban fotos. Su expresión era algo distraida y su indiferencia evidente, pero su perfil marcado y atractivo, se destacaba en el juego de luces y sombras, dándole un aire distante y deslumbrante.
“¡Ay, qué guapo!“, exclamó una joven que estaba a punto de ponerse en pose para una foto al ver a Dorian pasar detrás de Amelia. No pudo resistirse y le dio un codazo a la chica que tenía al lado, susurrándole emocionada y en voz baja.