Capítulo 618
“Esto…”
Amelia se mostraba algo indecisa, no creía que hubiese la posibilidad de que el diseño pasara revision.
La actitud de Dorian era demasiado inconstante, parecia que aprobar el diseño o prestar atención a alguien dependia completamente de su estado de ánimo.
A Amelia no le gustaba ese tipo de colaboración; no solo parecia demostrar una falta de compromiso por parte del otro. sino que también daba la impresión de cierta arrogancia.
Para Amelia, eso representaba una relación de colaboración desigual y no le agradaba esa asimetria.
Quizás por la confianza en su propio trabajo, pensaba que lo importante en el arte era el encuentro con la mirada adecuada. Encontrar a alguien que apreciara su obra sería su buena suerte; de lo contrario, era cuestión de destino y no queria forzar nada.
Pero ese dia era la celebración del aniversario de la escuela, un dia de gran alegria, y Amelia temia que ser directa pudiera desanimar a Jacinto, asi que después de pensarlo, le respondió con cortesia: “Voy a ver, si tengo tiempo pasare por allá, no tiene que esperarme, atienda sus asuntos.”
“Muy bien, muy bien.” Jacinto, aliviado por la respuesta de Amelia, estaba claramente contento. “Cuando tengas tiempo. pásate y llámame. Si no puedes, no hay problema, no te sientas presionada.”
“Está bien, gracias Sr. Jacinto.”
Amella colgó el teléfono agradecida.
El aprecio y la tolerancia de Jacinto la dejaron con un sentimiento de gratitud, pero también con un poco de remordimiento.
Después de reflexionar un rato, decidió ir a la escuela para agradecer a Jacinto en persona y también para despedirse.
Después de colgar con Amelia, Jacinto llamó a Yael para coordinar la llegada de Dorian y organizar que alguien que lo recibiera.
Yael tampoco estaba seguro.
Había pasado la hora de inicio de la jornada laboral y Dorian aún no habia llegado, seguia intentando contactar con el
Pero en esa situación, no queria ser tan directo con Jacinto y solo atinó a decir con una sonrisa: “No se preocupe Sr. Jacinto, al Sr. Ferrer no le gusta llamar la atención, yo lo acompañaré más tarde, y le avisare cuando lleguemos.”
“¿Cómo puede ser eso?“, replicó Jacinto.
“No se preocupe, el Sr. Ferrer llegará a tiempo.”
Después de eso, Yael colgó y estaba a punto de intentar llamar a Dorian otra vez cuando su teléfono sono, con una llamada del extranjero.
Con el ceño ligeramente fruncido, contestó la llamada.
“Sr. Yael Otto ha regresado al pais a escondidas.”
Apenas contestó, la voz cautelosa del otro lado se transmitió a través del teléfono.
Yael se tenso: “¿Cuándo pasó eso? ¿Dónde está ahora?”
“Llegó esta mañana al aeropuerto de Arbolada.” La voz del otro lado era baja. “Como cambió su vuelo repentinamente en medio de un viaje de negocios, por el momento no podemos rastrear su paradero.”
“Entendido. Estoy al tanto.” Yael asintió. “Sigue vigilándolo, llámame cuando tengas noticias.”
“De acuerdo.”
Tras colgar, Yael estaba a punto de contactar a Dorian cuando en la oficina comenzaron a escucharse voces contenidas
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y respetuosas llamando al “Sr. Ferrer“. Al levantar la vista hacia la puerta, vio a Dorian entrando con una expresión impenetrable.
“Sr. Ferrer.” Yael lo llamó y se apresuro a recibirlo.
Aunque solo habia pasado una noche sin verlo, el estado de Dorian parecia deteriorarse a una velocidad perceptible a simple vista.
Dorian no lo miró, se dirigió directamente a su oficina mientras preguntaba: “¿A qué hora comienza la celebración en el Colegio Secundario de Arbolada?”
“A la una de la tarde.” Respondió su asistente, siguiendolo hacia la oficina. “Jacinto acaba de llamar preguntando a que hora llegaria usted, además ha organizado a alguien para recibirlo.”
“No hace falta contestar“, dijo Dorian mientras alejaba la silla de oficina pero sin sentarse: simplemente echo un vistazo a la pila de documentos acumulados en su escritorio y tras una breve pausa, callado y sin decir palabra, los aparto a un lado.
Yael observó en silencio la acción de Dorian, sin atreverse a recordarle que esos papeles eran los resúmenes de fin de ano y los planes de trabajo para el nuevo año enviados por varias sucursales y departamentos.
El sabia que Dorian estaba al tanto.
Por la manera implacable con la que los habia desplazado, parecia que, de la noche a la mañana, el trabajo se habia convertido en algo que detestaba profundamente.
Tras apartar los documentos, Dorian sacó su móvil y lo lanzó sobre la mesa, finalmente se sento pero no empezo a trabajar. En lugar de eso, giró su silla hacia la ventana y casi sin pensarlo, tomo de nuevo el móvil que habla descartado y abrió WhatsApp.
El WhatsApp, sin revisar desde hace dos dias y dos noches, estaba repleto de mensajes de trabajo.
Dorian solo le echó un vistazo superficial antes de volver a tirar el móvil sobre la mesa.
“¿Hay algo más?“, preguntó al notar que Yael seguia parado alli sin moverse. Finalmente rompio el silencio.
Yael asintió: “Eh, recibimos una llamada de la agencia de detectives en el extranjero. Dijeron que Otto cambio su ruta de regreso al país de último minuto. Su avión aterrizo esta mañana en Arbolada.”
Dorian detuvo sus movimientos, giro su silla y miro a Yael
“El hermano de Fabiana“, agregó Yael a modo de aclaracion, “Pero como cambio su itinerario a última hora, el detective que lo seguia lo perdió, asi que por el momento no sabemos donde esta.”
“Entonces, mantén los ojos en Fabiana“, dijo Dorian con voz serena, levantandose y cogiendo su movil sin mostrar emoción alguna. “Me voy a la escuela, Llamame si hay novedades.”
Capitulo 619
Capítulo 619