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Mi Frío Exmarido Capítulo 577

de resort de estilo tradicional, justo encima del puente elevado donde Amelia había tenido el accidente.

Capítulo 577

El Porsche Cayenne negro se detuvo abruptamente frente al puente elevado donde había ocurrido el accidente. Dorian ya habia salido del coche con el rostro tenso y se dirigió a la puerta trasera. De un tirón, abrió la puerta y al inclinarse, su mano capturó con precisión el brazo de Fabiana,

Fabiana estaba aterrorizada, sacudiendo la cabeza y luchando desesperadamente, reacia a salir del coche.

Pero a Dorian no le importaba si ella queria o no. Ni siquiera le preocupaba si le dislocaría el brazo. Su mano, firme como un vicio, se aferró a su hombro y con un movimiento brusco, la sacó directamente del vehículo.

“¡Ayuda! ¡Auxilio!”

Fabiana gritó por instinto, sin darse cuenta de que ese grito solo incitaba más a Dorian.

La presión en su hombro se intensificó.

El dolor punzante emanaba de sus huesos

En el frio clima de diciembre, el dolor le hizo brotar un fino sudor.

La mano de Dorian no se aflojo; simplemente se quedó allí, inmóvil, mirandola fijamente, con los ojos rojos de sangre, una mirada cruel y sanguinaria.

“Ella ni siquiera tuvo la oportunidad de pedir ‘auxilio‘!”

Los oscuros ojos de Dorian la fijaron mientras decia cada palabra con frialdad, luego, con un nuevo impulso de crueldad, apretó su mano como si quisiera triturar sus huesos.

Fabiana palideció aún más de dolor, tan intenso que ni siquiera podia gritar, pero aun así lo miraba con una expresión de dolor e inocencia: “¿Qué tiene que ver conmigo?”

“¿Crees que sin pruebas no puedo hacerte nada?”

Dorian esbozó una sonrisa sádica y cruel. Agarrando su hombro, la empujó hacia adelante y la arrastró hacia las escaleras del puente elevado.

Fabiana no sabia qué queria hacer Dorian, solo podía pensar que él la arrojaria desde el puente, como habían empujado a Amelia.

El miedo abrumador y el instinto de supervivencia la llevaron a pedir ayuda a gritos: “Auxilio! ¡Auxilio, por favor… mmph…!”

Su llamado fue silenciado por la ropa que de repente le metieron en la boca, tapandola por completo.

Dorian simplemente tomó el borde de su abrigo y lo metió con fuerza en su boca, mientras sus manos restringian firmemente las suyas.

No podia liberarse, ni huir, ni gritar.

El miedo a la muerte la tenia atrapada.

Las lágrimas de Fabiana giraban desesperadamente en sus ojos mientras negaba con la cabeza y luchaba, intentando despertar algún sentido en Dorian.

Pero él era inquebrantable, sin expresión, la arrastraba paso a paso hacia la superficie del puente.

Rufino y Lorenzo, que habían llegado con dificultad, alzaron la vista y vieron a Dorian, con una presencia fría y sanguinaria como la de un mensajero emergido del infierno, llevando a Fabiana hacia el puente sin expresión alguna. Claramente, estaba decidido a que ella pagara con su propia sangre.

“Dori!” Rufino ni siquiera se molestó en estacionar correctamente, salió precipitadamente del coche y corrió tras ellos. “¡No seas impulsivo, ¿qué lograrás matando a Fabiana ahora? ¿Puedes soportar que Serena pierda a su madre y luego a su padre?”

“Exacto, Dori, calmate, lo que estás haciendo no tiene más sentido que causar dolor a tus seres queridos y alegria a los enemigos.”

Lorenzo también bajó rápidamente del coche y le gritó a Dorian.

Sin embargo, Dorian no parecía ver ni escuchar, sin detenerse un segundo arrastró a una Fabiana que intentaba desesperadamente detenerse hacia la superficie del puente.

Rufino y Lorenzo palidecieron y corrieron hacia ellos.

Dorian llevó a Fabiana al lugar donde Amelia había caído al rio, sujetó sus brazos detrás de su espalda y la empujó con fuerza contra la barandilla de metal.

Las lágrimas de Fabiana caian mientras negaba con la cabeza y rogaba por misericordia

Dorian la miró friamente: “¿Así que también sientes miedo? ¿Alguna vez pensaste que ella también sentiría dolor, también tendria miedo?”

Fabiana, con la boca tapada, no podía hablar solo negaba con la cabeza.

Dorian arrancó el abrigo que le tapaba la boca.

Fabiana respiró profundamente, intentando justificarse apresuradamente. “Yo no lo hice, no

se nada

“¿No sabes?” Dorian esbozó una sonrisa fría en la comisura de sus labios, sus oscuros ojos se deslizaron por el suelo del puente. Habia cuerdas colgando de la estructura elevada que se utilizaban para izar materiales de construcción Avanzó y recogió una cuerda que habia caido al suelo, la tensó para probar su resistencia y al comprobar que estaba firme, arrancó un buen tramo de ella.

Fabiana no tenia idea de qué estaba planeando Dorian y lo miraba aterrorizada

Él, con la cuerda en mano, se acercó a ella y de repente, se agacho, envolvió sus piernas con la cuerda vanas veces y las ató firmemente.

“Dorian, ¿qué estás haciendo? ¿Estás loco?”

Fabiana intentó liberarse, aterrorizada, pero fue inutil

Ella no tenia ninguna posibilidad de resistirse frente a un Dorian fuera de control.

La ató de pies y manos, luego se levantó lentamente, sus ojos oscuros y llenos de sed de sangre la miraban fijamente “Fabiana, Lasi que apuestas a que la policia no encontrara pruebas? No te preocupes, lo que pase esta noche tampoco dejará pruebas“.

Dicho eso, ante los ojos de Fabiana, que se abrieron de golpe, Dorian tiró de su abrigo y le tapo la boca con fuerza. empujándola sin miramientos hacia el exterior de la barandilla con un fuerte empujón, haciendo que Fabiana cayera en picada hacia las frias aguas del rio como si fuera en caida libre.

El grito de terror de Fabiana quedó ahogado en su boca.

Rufino y Lorenzo llegaron justo a la plataforma y vieron a Fabiana atada y empujada desde la estructura elevada. Sus rostros palidecieron y corrieron hacia la barandilla, se apoyaron en ella y miraron hacia abajo.

Los reflectores del sitio de construcción aun estaban encendidos, iluminando el agua del rio como si fuera de dia

Fabiana, a punto de caer al rio, fue repentinamente detenida por la cuerda atada a su tobillo

No había caido en el agua.

Rufino y Lorenzo miraron instintivamente hacia Dorian

Dorian tenia una mano apoyada en la manivela que controlaba la cuerda, mientras observaba sin expresión a Fabiana, aterrorizada y despojada de su alma, su rostro tenso y su mano en la manivela apretada con fuerza.

Rufino noto como las venas de su mano sobresalian con fuerza.

Habia usado toda su fuerza para controlarse y no matar a Fabiana

Fabiana merecia morir, pero no valia la pena que él muriera por ella.

“Don Rufino tambien miraba fijamente la mano de Dorian, temiendo que perdiera el control y la soltara, mientras lo Harnaba con cuidado por su nombre

Él no lo miró, inmóvil como una estatua, observaba a Fabiana luchar frenéticamente para salvar su vida debajo del río. Luego, dejó que su mirada se deslizara lentamente sobre el pilote del puente que ya habia sido parcialmente

desmontado, aquel en el que Fabiana había querido enterrarla y por errores del destino, había acabado con la vida de

Amelia.

Cuando el odio volvió a surgir en sus ojos oscuros y ensangrentados, la palma de Dorian que reposaba sobre la manivela empujó hacia arriba con fuerza, y en el momento en que el grito de terror de Fabiana resonó, la cuerda la

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