Capítulo 559
Dorian frunció el ceño levemente, girando su mirada hacia Rufino.
“¿Rafael no vino hoy?“, preguntó Dorian.
“Renunció.” dijo Rufino en voz baja.
Dorian no dijo nada.
Sus cejas se entrelazaron aún más mientras avanzaba lentamente hacia la oficina de Amelia.
Rufino también se adentro, dejando la puerta entreabierta.
La oficina seguia igual que cuando Amelia la había dejado.
Observando todo lo familiar, Dorian se mostró distraido por un momento, casi nostálgico, mientras examinaba la oficina.
Ella no esperaba que su partida fuera para siempre, por lo que su escritorio conservaba en gran medida el estado en el que estaba cuando trabajaba. Los proyectos de diseño finalizados, aquellos en proceso y los ya entregados estaban clasificados y ordenados meticulosamente en un rincón del escritorio.
Dorian tomó casualmente el proyecto de diseño más cercano a la silla de la oficina, todavia con anotaciones pendientes de finalizar.
En su plan, ella solo tenia pensado hacer un viaje corto por trabajo y regresar una vez acabado.
Así que no había hecho como la última vez que pensó en dejarlo todo, cuando se aseguró de terminar y dejar claras todas sus tareas.
Desafortunadamente, nunca pudo regresar.
Con dedos temblorosos, Dorian acarició la escritura familiar en los documentos, sofocando el nudo que de repente se formó en su garganta y obligándose a enfocarse de nuevo en la cuestión que le ocupaba.
“¿Cuándo renunció Rafael?“, preguntó Dorian.
“Hace un par de dias presentó su renuncia,” dijo Rufino, su estado de ánimo decayendo aún más al mencionarlo, “pero desde el incidente de Amelia no ha vuelto.”
Rafael fue el primero en salir disparado de la oficina cuando se enteró de lo que le había pasado a Amelia aquel dia en la reunión. A dónde fue, Rufino no lo sabia; sus pensamientos estaban completamente centrados en Amelia.
Cuando Rufino regresó de Valverde, fue que se enteró de que Rafael llevaba días sin ir a trabajar y que no respondía las llamadas.
Desde el accidente de Amelia, no había vuelto a aparecer.
Había sido dificil para Rufino contactarlo y cuando finalmente lo hizo, lo único que recibió fue una disculpa y la noticia de su dimisión.
No importo cuánto trató de persuadirlo para que se quedara, Rafael ni siquiera regresó a la empresa, entregando su contraseña de la computadora y el trabajo pendiente por teléfono.
Rufino, ya golpeado por la partida de Amelia, se sintió aún más deprimido y afligido por la repentina renuncia de Rafael y su ausencia en la empresa.
Era como si hubieran pasado de un jardin floreciente a un final abrupto y solitario.
El equipo emprendedor que una vez estuvo lleno de vida y energia, ahora parecia marchito y desolado.
Sin embargo, Dorian se giró abruptamente hacia él: “¿Estás diciendo que Rafael no ha aparecido desde el incidente de Amelia? ¿Y que además presentó su renuncia?”
Su corazón empezó a latir con fuerza ante esa revelación.
Rufino no entendia la urgencia en la voz de Dorian, pero asintió: “Si.”
Dorian dejó de lado los documentos que tenia en la mano y se dirigió hacia la salida.
LOLILUW-_-
Rufino, sorprendido por su reacción repentina, lo agarró rápidamente: “¿A dónde vas?”
“Tengo que hacer algo.”
Dorian se solto de su agarre y se marchó.
Justo al llegar a la puerta de la oficina, chocó con alguien y los documentos se esparcieron por el suelo.
Dorian levantó la mirada hacia la otra persona; era Héctor, quien un rato antes miraba desconcertado a Fabiana. Todavia parecia ausente y al chocar con Dorian, tardó un momento en reaccionar. Solo cuando levantó la vista y lo vio, logró articular un timido saludo: “Sr. Ferrer.”
Rápidamente se agachó para recoger los documentos.
Comparado con su habitual semblante alegre y enérgico, parecía una persona completamente diferente.
Dorian frunció el ceño, pero no tenía tiempo para preocuparse por él, asi que lo miró con frialdad y salió de la oficina.
Fue directamente al ascensor y bajó al estacionamiento subterráneo, se subió a su coche, y tan pronto como arrancó el motor, el vehículo salió disparado como una flecha,
Durante todo el camino, condujo muy rápido, con el rostro tenso y el corazón latiendo con fuerza.
Se dirigió directamente a la casa del Sr. Isaac en la elegante zona residencial de la ciudad.
Durante esos últimos años, habian tenido muchos tratos comerciales con esa familia y ya habia visitado la casa una vez. El coche se detuvo rápidamente frente a Villa Iglesias y Dorian ni siquiera tocó el timbre, sino que comenzó a golpear la puerta con la palma de su mano con urgencia y rapidez.
El Sr. Isaac estaba en la sala escuchando el informe de trabajo de su asistente, Diego.
Había estado sintiéndose mal esos dias, recuperándose en casa, sin ir a la oficina; el trabajo se reportaba en casa, con los subordinados visitándolo para informar.
El sonido apresurado del golpeteo interrumpió la conversación de ambos e Isaac intercambió una mirada insegura con Diego.
“Voy a ver quién es“, dijo Diego, guardando los documentos y levantándose para dirigirse a la puerta.
El Sr. Isaac nunca había escuchado un golpeteo tan apremiante y tampoco estaba tranquilo, asi que también se levantó fue a ver. No esperaba que al abrir la puerta se encontrara con Dorian de ple en el umbral, con el rostro tenso.
“¿Sr. Ferrer?” Lo llamó con incertidumbre.
Dorian lo miró un momento y luego, sin más, empujó la puerta y entro. ¿Dónde está Rafael?”
Preguntó, mientras su mirada recorría el interior de la casa.
Capitulo 560
Capítulo 560