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Mi Frío Exmarido Capítulo 545

Capítulo 545

Nadie le respondia.

Fabiana había abrazado sus rodillas, mordisqueando su labio inferior y con la cabeza gacha, sin atreverse a mirar hacia arriba.

Manuel no tuvo más remedio que buscar ayuda en Dorian.

“Dori, tú sabes dónde está Amandita, ¿verdad?”

Los ojos oscuros de Dorian también se fijaron en él, ligeramente enrojecidos.

“No lo sé“, dijo él, palabra por palabra, con la voz ronca.

“NO

me mientas“, el bastón en la mano de Manuel golpeaba el suelo haciendo “tum tum” con fuerza, “Tú sabes perfectamente dónde está Amandita“.

Agitó frente a Dorian la imagen de la Virgen María que le había arrojado antes: “Si realmente no sabes dónde está, ¿de dónde salió esto?”

Dorian miró la imagen de la Virgen Maria colgada de su dedo, con la garganta apretada.

Ese objeto habia estado bajo sus ojos todo el tiempo y la persona también habia estado bajo su vigilancia durante muchos años, convencido de que Amelia siempre había sido Amanda, y Amanda habia sido Amelia, pero siempre se alejaba por el miedo a enfrentar la posibilidad de que no fueran la misma persona y el temor a que ella supiera que seguia confundiéndolas.

La frágil relación entre ellos ya no podia soportar ni el más minimo daño.

A ella no le gustaba que él mencionara a Amanda, así que no lo hacia.

Ella decía que solo era Amelia y él se convenció de que era asi,

Si ella se molestaba por Amanda, él no dejaba que se interpusiera entre ellos, la trataba solo como a ella, manteniendo con cuidado su relación sobre hielo fino.

Él pensaba que, incluso si Amelia, que había perdido sus recuerdos de infancia, era Amanda, ya no era Amanda.

No había nada en su memoria sobre Amanda, ni sobre Dorian, Amanda habia desaparecido por completo de este mundo en el momento de su desaparición.

Amanda ya no estaba, punto.

Asi que comparado con perderla, verificar si ella era Amanda no era tan importante.

Si ella era o no Amanda tampoco era tan importante; al final, lo que le importaba era ella y nada más.

Pero cuando realmente vio la pequeña estatua de la Virgen María que confirmaba que ella era Amanda y estuvo ciento

por ciento seguro de que ella era Amandita, sintió alivio, una alegria loca, pero también tristeza.

Alegría por el hecho de que eran una misma persona, desde el principio hasta el final, ella no había cambiado y él tampoco habia cambiado.

Pero también tristeza porque ella había regresado y él la había perdido de nuevo, una y otra vez.

Al ver que Dorian solo miraba la pequeña estatua de la Virgen Maria sin decir una palabra, Manuel impaciente, golpeó el suelo fuertemente con su bastón y casi suplicando le gritó a Dorian: “¡Dime, donde diablos está Amandita!”

Los labios de Dorian se tensaron ligeramente, le echó una mirada y luego se dio vuelta, apuntando directamente hacia la televisión: “¡Yo también quiero saber dónde está!”

Manuel siguió la dirección de su brazo y miró hacia la televisión. Los expertos seguían analizando ordenadamente la zona del mar donde podría haber ido a parar el cuerpo de Amelia y la posibilidad de recuperarlo.

Manuel se tambaleó pesadamente.

Capitulo 545

Lorenzo tambien miro instintivamente hacia la televisión y al ver la foto de Amelia en la esquina superior derecha de la pantalla, se quedo paralizado, mirando incredulo a Dorian.

Los ojos de Petra se pusieron rojos y las lágrimas comenzaron a fluir en cascada.

Oscar también miraba la televisión incrédulo, inmóvil, con una expresión vacia,

Rufino, que habia estado en silencio a un lado, solo miró la televisión cuando Dorian apuntó hacia ella, y su expresión también se congelo antes de volver lentamente a mirar a su amigo.

Dorian tenia los ojos ligeramente rojos, mirando fijamente a Manuel: “Amelia es Amanda, Amanda es Amelia.”

Justo en ese momento Eduardo y Cintia llegaban a la puerta, sus pasos se detuvieron bruscamente, incrédulos al mirar hacia Dorian.

La hermosa cara de Dorian estaba tensa, mirando los oscuros y húmedos ojos de Manuel: “Ella regresó pero, olvidó sus recuerdos y aparte de la abuela, nadie la recordó. Nadie.”

Manuel se tambaleó, sus ojos se enrojecieron y las lágrimas comenzaron a fluir incontrolablemente.

Petra ya estaba llorando en voz alta, sofocada por el llanto.

Eduardo se apresuró hacia adelante, diciéndole a Dorian: “¿Qué estás diciendo? ¿Cómo podria Amelia ser Amandita? ¿Cómo podria ser Amandita si su apellido es Soto?”

Al final sus palabras eran incoherentes, no sabia si era por falta de voluntad para creerlo o por miedo a creerlo.

“Eso es, ¿será que hay un error?”

Cintia tampoco pudo resistirse a intervenir: “¿No está Amandita aquí?”

Señaló a Fabiana en el sofá, siendo la más calmada de todos: “Amandita ya volvió, ¿cómo es que de repente Amelia es Amandita? Ese carácter no se parece en nada a Amandita…”

“¡Callate!”

“¡Cállate!”

Antes de que pudiera terminar, varias voces furiosas ya

habian resonado.

Lorenzo, Eduardo, Manuel, Óscar y Petra todos la miraban, con una frialdad y enojo en sus rostros que no intentaban ocultar.

Capitulo 546

Capítulo 546

Cintia tuvo que sellar sus labios, sin animarse a emitir un sonido más, pero su mirada aún destilaba cierto resentimiento.

No podia creer que Amelia fuera Amanda, esa chica que a sus ojos nunca habia tenido la estampa para ser parte de la nobleza, ¿cómo podria ser la hija perdida de la familia Sabin que habian buscado durante veinte años?

Los demás ya no le prestaban atención, sus miradas se hablan desviado hacia Fabiana, a quien acababa de nombrar.

Fabiana seguía encogida en el sofá, con la cabeza gacha y sin moverse.

Lorenzo, con el rostro tenso, se acercó y le apretó el brazo para levantarla con fuerza, arrancándole la pulsera de la muñeca que pertenecía a Amanda, con ojos oscuros y fríos la confrontó: “Dime la verdad, ¿cómo conseguiste esta pulsera?”

Los ojos de Fabiana se humedecleron levemente, pero aun asi levantó la cabeza con desafio: “No lo sé, la he llevado puesta desde que tengo memoria.”

“¡Deja de mentir!” La mano de Lorenzo que sujetaba su brazo se tensó más, ¿De dónde salió realmente?”

“No lo sé,” insistió ella, los ojos ahora llenos de lágrimas, pero su mirada no esquivaba la de él

“¿Cuándo te enteraste de que Amelia era Amanda?” Lorenzo cambió la táctica de su interrogatorio.

Sin embargo, Fabiana seguia mirándolo con desafio y agravio: “Nunca supe que ella era Amanda.”

Lorenzo la observaba con frialdad: “¿Entonces cómo obtuviste ese resultado en el test de paternidad?”

“¿Cómo voy a saberlo?” Fabiana se exaspero aún más, “Hicimos juntos ese test y tomaron cabello de mi cabeza, ¿cómo iba a saber que resultaría así?”

Después de decir eso, se libro con fuerza de la mano de Lorenzo y con los ojos enrojecidos por el llanto, observó acusadoramente a cada uno de los miembros de la familia Sabin: “Todos ustedes me culpan pero, ¿qué he hecho yo para merecer esto? Al principio, tú me pediste que fingiera ser Amanda para calmar a tu abuelo.”

Apuntando a Lorenzo continuó: “Me conmovió tu devoción filial y abandoné mi vida para venir a actuar contigo. Pero ahora todos ustedes se vuelven y cuestionan mis motivos. Ustedes fueron los que me hablaron de cómo era Amanda de pequeña, muchas cosas coincidian demasiado con mi propia infancia, y esa pulsera… la he llevado desde que tengo memoria. Incluso este hogar me resulta familiar. Todo eso me hizo dudar si realmente podria ser Amanda, por eso exigi que se hiciera de nuevo el test.

El resultado inicial del test decia que yo era Amanda, que yo era su hija, su nieta. ¿Saben cuánto me alegré? Ya habia aceptado mi identidad como parte de la familia Sabin, pero sin más ni más, me arrastraron a hacer otro test y luego me dicen que no soy Amanda. ¿Alguna vez pensaron en cómo me sentiria? Yo también soy una victima, por fin tenia una familia, por fin habia aceptado este hogar, y de repente me dicen que no pertenezco a él. ¿Qué hice mal? ¿Por qué tengo que soportar esta caida de las alturas y aún encima sus sospechas?”

Hacia el final, Fabiana perdió completamente el control, casi gritando sus palabras, después se desplomo en el suelo. sollozando inconsolablemente, sumida en la desesperación.

Óscar y Petra, sorprendidos por su angustioso llanto, no pudieron evitar mirarla con una compleja mezcla de emociones. Lorenzo, con el rostro pálido de ira, no encontraba palabras ante las acusaciones.

Cintia, que habla desarrollado un cariño hacia Fabiana, no pudo soportar verla llorar asi y habló en su defensa: “Es verdad, ella no ha hecho nada malo. Si hubo un error en el resultado del test, no fue su culpa. Es una victima. Acaba de encontrar a su familia y de nuevo la ha perdido.”

Sus palabras dejaron a Manuel sin argumentos.

El uso del cabello de Amelia para la prueba era solo una suposición, hasta el momento nadie tenia pruebas de que Fabiana lo hubiera hecho a propósito.

No podía hacer otra cosa que buscar ayuda en Dorian.

Para él, Dorian era la persona que más sabia la verdad, su única opción era recurrir a él.

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