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Mi Frío Exmarido Capítulo 541

Capitulo 541

Capítulo 541

El rostro infantil de Amandita que guardaba en su memoria se habla vuelto borroso, pero aún podia recordar con claridad como ella levantaba la mirada y lo observaba con sus grandes ojos llenos de preocupación, además de la quietud y la suavidad que escondia en esa mirada.

Esos ojos poco a poco se superponian con los de Amelia a sus diecisiete años, luego, gradualmente, a la Amelia de ahora, haciendo que el rostro borroso de la niña en su memoria se tornara nitido y claro.

La misma mirada, la misma sonrisa, la misma ternura serena; incluso la forma en que alzaba la vista hacia él y la claridad suave en sus ojos eran idénticas.

La garganta de Dorian se cerró con fuerza y sus dedos temblorosos se extendieron lentamente hacia el collar de la Virgen Maria que resguardaba.

Sacó el collar, colgando de la punta de sus dedos.

Aunque habia pasado veinte años sin verlo, era el diseño familiar de su recuerdo, el mismo material.

Cada linea grabada en el era exactamente como la recordaba.

“Hermanito, la abuela dice que cuando alguien muere, no es que realmente se haya ido, solo se nos adelantó a otro mundo para esperarnos. Después de muchos, muchos años, nosotros también iremos y entonces podremos verlos. Asi que no estés triste, seguro que podremos ver a tu mamá de nuevo.”

“Si no te gusta estar solo. ¿qué tal si te acompaño? Te acompañaré siempre, hasta que lleguemos al mundo donde está tu mamá, y una vez que te ayude a encontrarla, entonces me iré. ¿Te parece bien?”

Esas palabras infantiles todavia resonaban en sus oldos, pero ella no las recordaba.

No solo había olvidado aquellas pequeñas promesas, sino que también había olvidado todo lo relacionado con él se había olvidado de si misma.

Dorian recordó la primera vez que vio a Amelia en su último año de bachillerato, vestida con su uniforme escolar ya un poco descolorido, siguiendo a su tutor al podio con tranquilidad y obediencia.

“Hola a todos, mi nombre es Amelia.”

En ese primer vistazo, él había visto la sombra de Amandita en ella.

Pero había sido engañado por la confusión de su edad.

Amandita, que era tres años menor que él, no podía ser su compañera de clase, además la edad no coincidia en ese

momento.

Pero había olvidado que si ella realmente había olvidado todo sobre su infancia, si alguien la habla encontrado y adoptado, no podrían verificar su verdadera edad.

Ella había sido siempre más alta que los niños de su edad, su edad siempre habia sido una fuente de confusión, además él le habia enseñado todo lo que sabía del primer y segundo grado, asi que la familia Soto, sin conocer su verdadera edad y ver que ya dominaba el conocimiento del segundo grado, podría haberla enviado a la escuela asumiendo que estaba en ese nivel.

En esa zona rural, los registros académicos no se manejaban con la rigurosidad actual.

Siempre, siempre habia sabido que era ella.

Solo que ella había olvidado quién era.

“Dorian, me voy, cuidate.”

“Dorian, ya no te quiero.”

“Nunca fuimos del mismo mundo.”

“Dorian, ya sea por mi familia de origen o por mi situación personal, realmente no estoy a tu nivel, pero seguro habrá

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alguien a mi altura, asi que no forzare las cosas. Te deseo a ti y a la Srta. Amanda toda la felicidad del mundo.”

Con un nudo en la garganta, Dorian apretó con fuerza el collar de la Virgen Maria en su mano y se giro para abrir la puerta de su habitación.

Marta acababa de terminar los quehaceres domésticos y al verlo salir, con los ojos rojos, se quedó perpleja.

*¿Sr. Ferrer?” lo llamó preocupada.

Dorian no la miró.

“Serena está durmiendo adentro, cuidala. Tengo que salir un momento.”

Dicho eso, Dorian ya había pasado por su lado, dirigiéndose al vestibulo, tomó las llaves del coche y salió por la puerta.

Marta algo desconcertada, miró la puerta que se habia cerrado de golpe y se sintió inquieta.

Yael le había pedido que se mantuviera atenta al estado de Dorian, porque no confiaba en dejarlo solo.

Después de pensarlo, preocupada, sacó su celular y lo llamó: “Sr. Yael, no sé qué le pasó al Sr. Ferrer, pero acaba de salir apresuradamente y parecía bastante alterado.”

Yael todavía estaba en la oficina cuando escuchó la noticia y se detuvo en seco: “¿A dónde fue?”

Marta sacudió la cabeza: “Ni idea.”

‘Está bien, lo tengo.” Yael la tranquilizó, Tú ocupate de Serena, déjame a mi lo del Sr. Ferrer.”

Marta asintió: “Vale.”

Yael colgó y ni siquiera se tomó el tiempo de ordenar sus cosas, salió apresuradamente de la oficina mientras marcaba el número de Dorian. El teléfono sonaba, pero nadie contestaba.

Preocupado, rápidamente llamó a Rufino para informarle de la situación y averiguar si Dorian podria haber ido a buscarlo.

Rufino también estaba ocupado en su oficina y se sorprendió al recibir la llamada. Sin pensarlo mucho, apago su computadora de un golpe y se apresuro a salir.

“Veré si puedo contactarlo.”

Rufino hablaba mientras se dirigía hacia la salida.

Él, al igual que Yael estaba preocupado por Dorian, temiendo que pudiera hacer algo impulsivo.

Había estado actuando muy extraño esos dias.

Capitulo 542

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