Capítulo 517
“Dejé mis cosas en la obra por accidente, fui a buscarlas, pasé por la carpa del sitio y sin querer escuché la conversación.” Dalia habló apurada, “Eran Roberto y Carlos hablando, parecia que temían que si no hacían las cosas en el momento más propicio algo malo podria pasar, asi que decidieron seguir con el plan original, van a verter el concreto esta noche a la una y media”
“¿Carlos?” Amelis frunció el ceño, “¿No lo habían reemplazado?”
Ella recordaba que el equipo de construcción de Carlos había sido claramente sustituido.
“No sé bien qué está pasando, solo que no queria que me vieran asi que no me quedé mucho. Pero la personal hablando era Carlos, no me equivoqué.” Dalia continuó ansiosa, “Y escuché algo de que igual dejaban a Carlos y su equipo encargarse porque conocen mejor los procedimientos y todo eso, que el nuevo equipo seguramente no se atrevería a violar las normas de la empresa y trabajar a medianoche, no escuché todo con claridad”
“Ya veo,” Dijo Amelia.
“¿Qué hacemos ahora?” Preguntó Dalia, “Vamos al sitio a ver cómo trabajan o tratamos de detenerlos?”
“Voy a averiguar más.” Dijo Amelia, “Tú ve a descansar.”
“Está bien,” Dalia asintió, “Si necesita algo, llámeme.”
“Claro.”
Amelia colgó el teléfono y marcó el número de Yael.
Yael respondió rápido, estaba conduciendo, aún en la autopista.
“Sr. Yael, me enteré que Roberto y Carlos van a trabajar según el plan esta noche, ¿tiene alguna noticia?” Preguntó Amelia
Yael se sorprendió: “¿Quién lo dijo? Yo no he dado tal orden y el Sr. Ferrer tampoco cambiaria de decisión de último
minuto.”
“Dalia lo escuchó por casualidad.” Dijo Amelia, “Es una decisión entre Roberto y Carlos, parece que siguen con Carlos at cargo. Si tiene gente en el sitio, seria bueno que también estén atentos, yo iré a ver qué sucede. Si dejamos que Carlos y su equipo continúen, me temo que algo saldrá mal.”
“Entendido.”
Yael se puso serio, “Tenga cuidado también.”
“Vale.”
Amelia colgó y se cambió rápidamente de ropa, tomó un taxi y se dirigió hacia el sitio de construcción,
No entendia por qué Roberto y Carlos irian en contra de las órdenes de Dorian,
Solo eran empleados, el futuro del proyecto no les importaria tanto como para correr tal riesgo, a menos que hubiera otro motivo.
Amelia solo podia pensar en Alex.
Así que tenía que ir al sitio para entender la situación.
Después de colgar, Yael también llamó rápidamente al ingeniero jefe de la obra para preguntar si sabia algo sobre trabajar esa noche.
El ingeniero jefe claramente se quedó perplejo: “No, nada de eso.”
Roberto estaba a cargo de eso y ya estaba todo programado para el día siguiente por la mañana.
Había terminado su jomada y ya estaba en casa preparándose para levantarse temprano al día siguiente.
“Vuelve al sitio y écha un vistazo.” Ordenó Yael, “Yo todavia estoy en el camino y tardaré en llegar.”
“De acuerdo.”
El otro colgó rápidamente el teléfono.
Luego llamó a Roberto, sin preguntar directamente si planeaban trabajar esa noche, sino que de manera indirecta preguntó cómo iban los preparativos en la obra.
“Todo está listo para comenzar a tiempo mañana por la mañana, Sr. Yael, no se preocupe.”
Roberto en el otro extremo sonaba jovial y relajado, sin ningún rastro de nerviosismo en su voz.
“Perfecto.”
Yael también respondió con una sonrisa, pero al volver su mirada hacia la carretera, se fijó por un momento en un sedan negro que pasaba a su lado a toda velocidad, reconociendo la matricula familiar, frunció el ceño.
Conocía ese coche, era de Eduardo.
La dirección en la que se dirigia en la autopista era hacia Valverde.
¿Qué estaria haciendo Eduardo yendo a Valverde a esas horas?
En ese mismo instante, Yael recordó lo que Amelia había dicho sobre Roberto, Carlos y su trabajo de último minuto.
Una conjetura casi imposible comenzó a tomar forma en su mente.
El único que se atreveria a desobedecer una orden de Dorian seria Eduardo.
Eduardo era el responsable original del proyecto del resort de estilo tradicional y además, era el padre de Dorian. Si insistió en comenzar la obra esta noche….
Yael no se atrevió a seguir pensando y se apresuró a marcar el número de Dorian.
