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Mi Frío Exmarido Capítulo 515

Capitulo 515

“El señor Eduardo dijo que iba a salir de viaje, respondió el asistente.

Dorian frunció el ceño aún más: “¿De viaje a dónde?”

Eduardo, que justo bajaba con ropa en sus manos, se unió a la conversación: “Voy a dar una vuelta, a vacacionar un poco. Después de tener un ple en la tumba, he reflexionado y creo que hay que aprovechar mientras se pueda, conocer más lugares.”

Mientras hablaba, Eduardo le pasó la ropa al asistente: “Mete esto también.”

Dorian lo miró.

Su padre, con una expresión tranquila, le devolvió la mirada: “¿Y tú qué haces por aquí?”

No olvidaba que Dorian habia estado decaido últimamente y no podia evitar preocuparse: “¿Cómo has estado estos dias?”

Dorian sabia exactamente por qué se preocupaba.

Esos dias de drama le habian dado algo de tranquilidad.

No le respondió, simplemente soltó un suspiro largo y dijo “Estoy bien“, antes de sentarse en el sofá, recostando su cuello y mirando al techo, todavia luciendo cansado.

Esa fatiga hizo que Eduardo se preocupara aún más, especialmente porque Dorian no solía quedarse en casa. Verlo así, desplomado en el sofá, era aún más inusual.

“¿Ha pasado algo?“, preguntó su padre con voz suave, con mucho cuidado para no alterarlo.

“Estoy bien. El respondió con el mismo tono apagado de antes, luego lo miró, “¿Fuiste a ver a mi hija hace un par de

dias?”

“No me atrevería a buscarla, solo me la encontré por ahi, dijo Eduardo, que no pudo evitar quejarse, “Hablando de eso, tengo que advertirte, esa niña es nuestra familia después de todo. Deberia reconocer sus raíces, si no, quién sabe qué le enseñarán estando siempre con su madre.”

Dorian lo miró friamente: “Reconocer qué raíces? ¿Qué le habrás dicho que ha estado llorando a mares, diciendo que su madre no la quiere?”

“Yo no le dije nada de eso,” se defendió Eduardo.

“¿Pero no es eso lo que estás insinuando?“, dijo Dorian, soltando otro suspiro, con una apariencia sin energía, “Yo no voy a hacerme cargo de la niña, es mejor que se quede con su madre. Y no pienses en eso de reconocer raices y continuar la linea familiar, si tanto quieres un nieto, ve y ten uno tú mismo.”

Al oir eso, Eduardo sintió que algo no iba bien. Considerando que Dorian habia estado bebiendo en la oficina y su aspecto desolado, al escucharle decir esas palabras, la preocupación regresó.

“¿Todavia no has superado todo?“, preguntó su padre, preocupado,

Dorian no dijo nada, simplemente se apoyó con una mano en la cabeza, mirando con falta de energia al asistente, que segula empacando su maleta, dijo con una voz apagada: “No te metas más con esa niña, está bien con su madre. Si te la encuentras en la calle, haz como que no la conoces, considéralo como un pequeño deseo de tu hijo, eso es lo mejor para ella y su madre.”

Eduardo no dijo nada.

Sonaba como si estuviera dando su última voluntad.

Dorian se levanto: “Yo me voy.”

Miró la maleta que el asistente seguia empacando: “¿Adónde vas de viaje?”

“Voy a hacer un viaje por carretera por el estado.”

Dijo Eduardo, “Le’pedi a Luis, el chofer, que me lleve. Primero vamos a recorrer algunas ciudades cercanas.”

Dorian asintió y dejó una frase “Cuidate” antes de irse.

Eduardo, viendo alejarse la figura de su hijo, no pudo evitar suspirar y sentirse inquieto, sin saber qué hacer, solo pudo llamar a Yael para que mantuviera un ojo en Dorian.

Después de la llamada, el asistente terminó de empacar la maleta y la cargó en el maletero del auto.

El chofer ya estaba esperando en el asiento del conductor

Eduardo subió al auto.

Tan pronto como se subió, Eduardo dio la orden: “Vamos a Valverde.”

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