Capítulo 511
Dorian se metió directo al ascensor y se dirigió hacia el estacionamiento subterráneo.
Fabiana lo siguió sin despegarse, sin tener idea de qué quería Dorian de ella, ni se atrevia a preguntar. Pero al ver su rostro serio y pensativo, sentia una mezcla de nerviosismo y emoción, emociones que no podía dejar de lado por la oportunidad de ser convocada para estar a solas con Dorian.
Era la primera vez que él la citaba de esta manera.
Por lo tanto, entre su nerviosismo, Fabiana no podia evitar sentir una pequeña expectativa.
Dorian no dijo una palabra en todo el camino, solo sacó las llaves del coche y presionó el botón para abrirlo. Las puertas se desbloquearon.
“Sube.”
Dorian habló con su voz tranquila y se dirigió hacia el coche.
Fabiana se sorprendió, mezclada con una pizca de alegria.
“Señor Ferrer, ¿para qué queria verme?“, preguntó, incapaz de contenerse mientras se acercaba al Cayenne negro y abria la puerta del copiloto.
El ya estaba abriendo la puerta del conductor y al darse vuelta para w
hacia el asiento trasero: “Siéntate atrás.”
que ella habia abierto la del copiloto, señaló
Fabiana se sintió un poco incómoda: “Sentarme atrás, ¿no será un poco raro? No quiero que parezca que lo estoy tratando como a un chofer,”
“No hay problema.” Respondió con calma. “Siéntate atrás.”
“Oh.” Fabiana asintió con resignación, pero obediente abrió la puerta trasera y se sentó.
*Señor Ferrer, ¿adónde me lleva?”
Al ver que Dorian encendia el motor, Fabiana no pudo evitar preguntar de nuevo.
Él no le respondió directamente: “Hay algo de lo que tengo que hablar contigo.”
La chica preguntó: “¿De qué se trata?”
“Llegaremos enseguida y lo sabrás.”
Tras decir eso, Dorian ya estaba conduciendo lentamente hacia la salida.
Fabiana no se atrevió a preguntar más y comenzó a mirar alrededor dentro del coche de Dorian, su mirada se posó en su teléfono móvil que estaba a un lado.
La pantalla del móvil se iluminó, era una llamada entrante.
Fabiana apenas pudo ver el nombre “Marta” en la pantalla, no parecia un nombre amenazante.
“Señor Ferrer, su teléfono está sonando“, dijo Fabiana, incapaz de resistirse a avisarle.
Dorian miró el teléfono y al ver que era Marta quien llamaba, respondió.
Apenas contestó la llamada y antes de que pudiera decir una palabra, el sonido desgarrador de Serena llorando se oyó al otro lado de la línea. Estaba gritando “quiero a mamá, quiero a mama“, con tal desesperación que apenas podia respirar, acompañado de toses y arcadas por el esfuerzo de llorar tanto.
La expresión de Dorian cambió ligeramente y mientras llevaba el coche lentamente hacia el borde de la carretera para estacionarse, preguntó a Marta: “¿Qué le pasa a Serena?”
“No sé qué le pasa hoy, ha estado llamando a su mamá todo el dia. Hac
poco intentamos hacer una videollamada con Amelia, pero al ver que estaba en el tren, comenzó a llorar y a gritar que queria ir con ella, no hay forma de calmarla.”
Marta explicó preocupada por teléfono, sin dejar de intentar consolar a Serena, aunque sin éxito.
“¿Y Amelia?“, preguntó Dorian.
“Amelia tampoco puede calmarla. Ella ya se fue en el tren, asi que me dijo que lo llamara para ver si usted podia hacer algo“, dijo Marta.
“Dale el teléfono a Serena.”
Dorian estacionó el coche a un lado de la carretera y cambió la llamada a videollamada.
La cara llorosa de Serena apareció en la pantalla, todavia llorando, con una voz ronca por el llanto y respirando con dificultad, repetia “quiero a mamá“, su aspecto era de una tristeza abrumadora.
El corazón de Dorian se encogió de repente y con una voz suave llamó a su hija: “Serena.”
La voz suave y profunda hizo que Fabiana no pudiera evitar mirarlo, observando su rostro gentil.
Dorian estaba completamente enfocado en Serena, que luchaba por respirar a través de sus lágrimas.
Al escuchar la voz de Dorian, Serena finalmente se detuvo un momento, levantó sus ojos hinchados y rojos por el llanto, con voz ronca llamó: “Papá.”
Sus ojos seguían llenos de lágrimas y después de llamarle, no pudo evitar volver a llorar, sollozando le dijo: “Quiero a
mamá.”
“Y Amelia?“, preguntó Dorian.
“Amelia tampoco puede calmarla. Ella ya se fue en el tren, asi que me dijo que lo llamara para ver si usted podia hacer algo“, dijo Marta
“Dale el telefono a Serena.”
Donan estaciono el coche a un lado de la carretera y cambió la llamada a videollamada
La cara llorosa de Serena apareció en la pantalla, todavía llorando, con una voz ronca por el llanto y respirando con dificultad, repetia “quiero a mama“, su aspecto era de una tristeza abrumadora.
El corazón de Dorian se encogió de repente y con una voz suave llamó a su hija: “Serena.”
La voz suave y profunda hizo que Fabiana no pudiera evitar mirarlo, observando su rostro gentil.
Dorian estaba completamente enfocado en Serena, que luchaba por respirar a través de sus lágrimas.
Al escuchar la voz de Dorian, Serena finalmente se detuvo un momento, levantó sus ojos hinchados y rojos por el llanto, con voz ronca llamó: “Papa.”
Sus ojos seguían llenos de lágrimas y después de llamarle, no pudo evitar volver a llorar, sollozando le dijo: “Quiero a