Capítulo 508
“No cariño.” Amelia le dijo en voz baja. “Yo voy a trabajar, no a jugar, no puedo cuidarte, Serena. Papá también tiene que trabajar”
Serena se quedó con cara de tristeza y miró a Dorian con ojos suplicantes: “Papa…
El miró a Amelia. “‘Si ella quiere ir, déjala que nos acompañe Hace tiempo que no sale a divertirse.”
“Puede divertirse en otro momento, no siempre tienes que complacerla en todo, dijo Amelia. “Voy a ir a una construcción, ella es muy pequeña para eso
“Entonces la llevo pasado mañana por la tarde, propuso Dorian. Para esa hora ya habrás terminado y yo puedo aprovechar estos dos dias para organizar mi trabajo. Podríamos tomarnos unos dias en familia, de hecho, nunca hemos tenido unas vacaciones todos juntos.”
Amelia dudo un momento y luego asintió: “Está bien
Dorian se giro hacia su hija “Serena, mamá tiene que ir de viaje de negocios mañana, yo terminaré mi trabajo y pasado mañana te llevaré para reunirte con mamá, ¿le parece?”
La niña negó con la cabeza “Pero yo quiero ir con ustedes dos, hace mucho que no salimos juntos”
“¿Acaso no te llevamos al parque hace unos dias?” Amelia la miró y le dijo con ternura, “tengo que ir a trabajar, cuando termine, jugaremos todos juntos, ¿está bien?”
“No está bien.” Serena puchered, sorprendentemente terca, “Quiero ir con mamá y papa.”
Amelia rara vez veía a Serena tan desobediente, no sabía si era porque Dorian la estaba apoyando y ahora ella se habia vuelto rebelde y decidida. Miró a Dorian en busca de apoyo.
Serena también miraba a su padre con esperanza, esperando su apoyo incondicional
Pero esta vez, el decidió estar del lado de Amelia.
Se puso un poco más serio. “Serena, ¿no habiamos quedado en que cuando mama trabaja, tú no la puedes interrumpir?
Serena temia la seriedad de Dorian y de repente comenzó a llorar a gritos, luciendo completamente afligida
Amelia y Dorian se sintieron terriblemente mal.
Dorian la tomó en brazos de inmediato, tratando de calmarla mientras se disculpaba, prometiéndole que en dos dias la llevaría a reunirse con mamá. Les costó mucho consolar a la pequeña, pero se mantuvo obstinada y no accedió tan dócilmente como de costumbre. Se quedó dormida sin dar su habitual “está bien“.
“Supongo que está creciendo y empezando a desarrollar su propia conciencia.” Observando a Serena dormida, Amelia comentó en voz baja, “Mañana cuando despierte ya se le habrá olvidado.”
Dorian asintió
Al día siguiente, cuando Amelia se fue al trabajo, también empacó su maleta para llevarla a la oficina, planeando ir directamente a la estación de trenes de alta velocidad por la tarde.
Cuando Serena despertó y no vio a su madre, no se olvido del asunto como Amelia había pensado. De hecho, empezó a llorar y a buscar a su mamá, tanto que Marta no pudo calmarla y tuvo que llamar a Amelia por video.
Amelia estaba en el tren de alta velocidad cuando recibió la llamada, justo cuando estaba a punto de partir.
Le pidió a Marta que le pasara el teléfono a Serena y trató de calmarla,
Pero la niña obediente no se dejaba consolar y mientras Amelia intentaba colgar, Serena gritaba y lloraba “mama, mama” desgarradoramente, luchando por liberarse de los brazos de Marta para ir en busca de su madre.
Amelia nunca habia visto a Serena tan reacia a dejarla ir; siempre se había despedido de ella amablemente y esperaba pacientemente su regreso, nunca habia llorado asi de desconsoladamente.
Las lágrimas de Amelia brotaron al verla tan angustiada, quería descartar su trabajo a un lado, bajarse del tren y volver
a abrazarla, pero la razón la detuvo justo cuando estaba a punto de girarse.
Serena estaba creciendo, empezando a entender el sabor de la despedida, cada vez menos dispuesta a aceptarla.
No podia abandonar su trabajo cada vez que su hija lloraba para volver con ella.
En ese breve instante de duda, el tren de alta velocidad ya habia partido.
El tren que se alejaba lentamente también cortaba cualquier posibilidad de que ella bajara en el último minuto.
Al final, tuvo que pedirle a Marta que llamara a Dorian, para que él fuera a calmar a Serena.