Capitulo 487
Cuando llegaron a la cafetaria Eduardo seguia detras de Amelia en la fia para senise la comida
Amelia noté que Eduardo estaba realmente extraño esa da.
Siempre se preocupaba por su imagen y prestigio, comer en la cafeteria era algo que rara vez hacía
incluso si alguna vez iba ali por curiosidad, siempre mandaba a su asistente a preparare los platillos con
Gud dejar de lado su posture como director del Grupo Esencia para hacer fla en la cafeteria era un hecho sin
preced
Fabians tambien encontraba la situación extrafia
le
Ers evidente que Eduardo había decidido ir a la cafeteria tras ver a Amelia.
Y aunque sola concentrar su atención en ella, hoy no dejaba de mirar a Amelia
entres hablaba con Fabians, su mirada se desviabe hacia Amelia, claramente interesado en cada
Fabiens no entendia la razón detrás de eso
Pero tales señales la inquietaban
Antes. Eduardo le prestaba atención y la consentia porque ella era Amanda, pero ahora, habiendole salvado la vide por lógica él debería estar más agradecido y ser más atento con ella
Bajo esa inquietud, también comenzó a observar a Eduardo más de cerce
Amelia no se volted a mirarios, pero les miradas intendas de los dos eran tan palpables que no pudo evitar preguntarse si acaso tenian algún problema
Al llegar al lugar para servirse la comida, tomaron sus bandejas. Amelia iba delante, lista para elegir su comide, pero Eduardo estebe acostumbrado a dar drdenes y a hacer lo que le venia en gana, así que para él el orden de llegada no importaba. Tomó su bandeja y comenzó a pedir varios platillos: “Carnitas, chicharrón en salsa verde, berenjena con carne molida, pollo en escabeche, came asada con papas, caldo de pollo con verduras
Amelia funció el ceña
Fabiana entusiasmada, le recomendó: “Sr. Eduardo, el chicharrón está muy bueno, pruebelo.”
“Está bien“, asintió Eduardo y le dijo al cocinero, “y agregue una porción de chicharon.”
Amelia no pudo evitar mirarlo y le dijo: “Todo eso tiene mucha grasa, sal y sabores fuertes, ¿el doctor no le recomendó cuidar su dieta al dario de alta?”
Eduardo se quedo sorprendido al escuchar a Amelia hablarle de repente.
Amelia observó el chicharrón que le pasaba el cocinero, brillante de grasa.
‘Los pacientes que han sufrido un derrame cerebral deben evitar comidas grasosas, dulces y saladas para no complicar su recuperación.”
Amelia habló con tono sereno, “Le costó salir del hospital, no se ponga en riesgo por no cuidar lo que come.” Fabiana se sintió incómoda y molesta, ya que no había considerado esa perspectiva.
El rostro de Eduardo también mostró descontento, no tanto por el antojo de la carne, sino porque sentía su autoridad siendo cuestionada por una joven, aunque lo que Amelia decía era cierto.
No podia arriesgarse a confrontarla y ponerse en peligro de nuevo prefería morir antes que volver al quirófano.
Viendo que Eduardo no estaba contento, Fabiana trato de animarlo: ‘Comer algo asi de vez en cuando no debería ser malo Después de tanto tiempo en el hospital sin disfrutar una buena comida, si tiene ganas,
coma
Eduardo la miro y pensó que realmente sabia cómo cuidar sus emociones, aunque sus palabras no cambiarian nada; al final, si algo salia mal, el que sufriria seria él.
“Mejor no“, dijo, pasandole su plato a Fabiana, “tú comelo, yo comeré algo más ligero.”
Dicho eso, tomó otra bandeja y se sirvió algunos platillos más saludables.
Al llegar a las sopas, inevitablemente se encontro de nuevo con Amelia.
Fabiana tampoco era muy buena respetando filas. Al ver un espacio libre adelante, se adelantó para tomar su sopa, su plato y camino un poco, pero no se fue lejos, solo se retiró a un lado vacío para esperar a Eduardo. Después de servirse su sopa, Amelia también quería irse, pero al darse vuelta vio que las manos de Eduardo femblaban un poco mientras sostenia su plato, no parecia muy firme.
El pobre habla sufrido un derrame cerebral recientemente; aunque fue atendido a tiempo y no tuvo grandes secuelas, la enfermedad todavia afectaba su coordinación motriz. Sostenia el plato con dificultad, temblando, como si en cualquier momento fuera a derramar todo.
Amelia lo miró y sin decir palabra, liberó una mano para sostener el plato por e
Eduardo la miro sorprendido.
Ella no le devolvió la mirada, solo puso su propio plato en la mesa y colocó una sopa adicional en el de él. ¿Dónde se va a sentar? Yo te lo llevo. Dijo ella con calma, sin mirarlo,
Eduardo instintivamente miró a Fabiana, quien esperaba con su plato a un lado.
Fabiana, sintiéndose un poco incómoda, señaló hacia una mesa vacia y dijo: “Alla.”
Amelia miró hacia donde Fabiana señalaba y camino hacia alli con el plato de Eduardo.
El se apresuro a seguirle.
“Oi que estas pensando en irte? Intentó hacer conversación.
“No le incumbe.” Respondió Amelia con tono neutro, su voz siempre tranquila, sin mirarlo.
Pero Eduardo no estaba contento con ser ignorado:
“¿Cómo que no me incumbe? Al fin y al cabo, fui tu suegro.”
“Ya no lo es.” Dijo Amelia, colocando su plato en la mesa, “Aquí tiene su comida, disfrute.”
Después de eso, se dio la vuelta y se fue.
Eduardo queria seguirla, pero no encontraba más temas de conversación.
Fabiana se sentó en la mesa con su plato y sonriendo, lo llamó: “Sr. Eduardo, comamos ahora, que si se enfria la comida, no es bueno para la salud.”
Eduardo la miró por un momento.
La chica tenia una sonrisa dulce en su rostro y hablaba con voz melosa,
Pero se dio cuenta de que Fabiana no había hecho mucho más que hablar, mientras que Amelia, aunque no era de muchas palabras, había hecho todo el trabajo, habia sido considerada y hasta había notado que él tenía problemas para sostener su plato.
Él miró en dirección a Amelia.
Ella estaba sentada en una mesa cercana, junto a una chica con la que había estado discutiendo sobre el trabajo y algunos otros colegas de la oficina.
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Viendo que Eduardo no estaba contento Fabiana trato de animario “Comer algo asi
side vez en cuando no deberia ser malo Después de tanto tiempo en el hospital sin disfrutar una buena comida, si tiene ganas. coma.”
Eduardo la miro y penso que realmente sabia como cuidar sus emociones, aunque sus palabras no cambiarlan nada: al final, si algo salia mal el que sufriria seria el
“Mejor no“, dijo, pasandole su plato a Fabiana, tu comelo, yo comer algo más ligero.”
Dicho eso, tomo otra bandeja y se sirvió algunos platillos más saludables:
Al llegar a las sopas, inevitablemente se encontro de nuevo con Amelia.
Fabiana tampoco era muy buena respetando files. Al ver un espacio libre adelante, se adelanto para tomar su sopa, su plato y camind un poco, pero no se fue lejos, solo se retiro a un lado vacio para esperar a Eduardo. Después de servirse su sopa, Amelia también queria irse, pero al darse vuelta vio que las manos de Eduardo temblaban un poco mientras sostenie su plato, no parecia muy firme
El pobre habia sufrido un derrame cerebral recientemente: aunque fue atendido a tiempo y no tuvo grandes secuelas, la enfermedad todavia afectaba su coordinación motriz Sostenia el plato con dificultad, temblando, como si en cualquier momento fuera a derramar todo
Amelia lo miró y sin decir palabra, libero una mano para sostener el plato por el.
Eduardo la miró sorprendido.
Ella no le devolvió la mirada, solo puso su propio plato en la mesa y colocó una sopa adicional en el de él
“¿Donde se va a sentar? Yo te lo llevo.” *Dijo ella con calma, sin mirario
Eduardo instintivamente miró a Fabiana, quien esperaba con su plato a un lado.
Fabiana, sintiéndose un poco incómoda, señaló hacia una mesa vacia y dijo: “Alla.”
Amelia miró hacia donde Fabiana señalaba y y camino hacia alli con el plato de Eduardo.
El se apresuro a seguirle.
“Oi que estás pensando en irte?” Intento hacer conversación.
“No le incumbe. Respondió Amelia con tono neutro, su voz siempre tranquila, sin mirarlo.
Pero Eduardo no estaba contento con ser ignorado:
“¿Cómo que no me incumbe? Al fin y al cabo, fui tu suegro.”
“Ya no lo es.” Dijo Amelia, colocando su plato en la mesa, “Aquí tiene su comida, disfrute.”
Después de eso, se dio la vuelta y se fue
Eduardo queria seguirla, pero no encontraba más temas de conversación.
Fabiana se sentó en la mesa con su plato y sonriendo, lo llamo: “Sr. Eduardo, comamos ahora, que si se enfria la comida, no es bueno para la salud.”
Eduardo la miró por un momento.
La chica tenia una sonrisa dulce en su rostro y hablaba con voz melosa.
Pero se dio cuenta de que Fabiana no había hecho mucho más que hablar; mientras que Amelia, aunque no era de muchas palabras, habia hecho todo el trabajo, había sido considerada y hasta habla notado que él tenia problemas para sostener su plato.
Él miró en dirección a Amelia.
Ella estaba sentada en una mesa cercana, junto a una chica con la que habla estado discutiendo sobre et trabajo y algunos otros colegas de la oficina.
Cronullo 437
Los demás hablaban mientras comian, pero ella comia en silencio, sin unirse a la conversación
Eduardo penso un momento y luego se levanto con su plato hacia donde estaba Amelia
Fabiana lo miró sorprendida, casi no podia creerlo y se sintió un tanto avergonzada