Capitulo 472
“Pues ustedes sigan, yo tengo que atender unas cosas
Yael an tenia en mente lo que Amelia le habia comentado y tras despedirse, cogió su bandeja y se marche.
Al devolver la bandeja Yael se encontro con Fabiana, que también había terminado de comer
“Señor Yael”
La chica lo saludo con entusiasmo
“Señorita Fabiana.”
Yael respondid cortesmente, aunque realmente no la conocía mucho, su relación era simplemente de saludos
cordiales
Fabiana tampoco conocía mucho a Yael, solo sabia que era alguien cercano a Dorian y bastaba con un saludo cordial al cruzarse.
Por eso, tras el saludo, ella también se dio la vuelta para irse.
Yael salió detrás de ella, sacando su celular mientras caminaba y marcando un número: “Hola, Jose, soy Yael Queria preguntarte, ¿recientemente han llevado a un vagabundo llamado Alex a su estación? ¿Ah, no? Me dijeron que un tal Carlos o quizás Roberto lo llevo…”
El paso de Fabiana se hizo un poco más lento, con un aire de confusion.
Yael estaba concentrado en la llamada: “Está bien, está bien, voy a confirmar si quizás lo llevaron a otra estación.”
Al colgar, la expresión de Yael se tomó confundida.
En la cafeteria de empleados, Dorian y Amelia seguian comiendo.
“¿De qué hablaban Yael y tú que se velan tan contentos?“, preguntó Dorian, en tono casual
“Nada, solo le pedi un pequeño favor“, respondió Amelia.
Él asintió, se quedó callado un momento y luego levantó la vista hacia ella: “Si necesitas algo, también puedes contar
conmigo.”
Ella lo miró y asintió suavemente: “Está bien.”
Dorian movió apenas los labios, esbozando una sonrisa forzada hacia ella.
Amelia le devolvió la sonrisa con esfuerzo.
La comida terminó en un ambiente tranquilo.
Después del almuerzo, regresaron a sus respectivas oficinas.
Al llegar a la puerta de su oficina, Amelia se encontró con Fabiana, que justo regresaba de llenar su botella de aqua.
“Directora.”
Con respeto y la mirada baja, Fabiana saludó a Amelia.
Desde el incidente del plagio, Fabiana habia cambiado su comportamiento hacia Amelia, perdiendo su anterior franqueza y pareciendo mucho más timida, aunque esa timidez solo se manifestaba en su presencia.
Parecía no tener el coraje para mirarla a los ojos y siempre la saludaba con respeto, evitando estar a solas con ella.
La gente de la oficina había visto o escuchado sobre la conferencia de prensa y aunque en la superficie mantenian la cortesia laboral sin hacerla sentir incómoda, en privado no podian evitar comentar sobre el asunto. Para ellos, el cambio de actitud de Fabiana era totalmente comprensible.
Después de todo, ser atrapada en un acto de plagio por la propia victima haria que cualquiera se sintiera avergonzado
frente a ella.
Amelia habia estado my ocupada ultenamente y con un viaje de trabajo de una semana, no se habia percatado del ca en el comportamento de Fatsana hacia ea tusta ese momento.
Le pareció extraño, pero aun así asintió con la cabeza “Hmm
La puerta de cristal que estaba cerrada, se abrió automáticamente en ese instante
Alguien entró, acompañado por una voz masculina familiar Está el Sr. Rufino?”
Por instinto, Areka levantó la vista y sus ojos se encontraron con los del recién llegado: era Lorenzo Sabin
Fabiana también levantó la vista y al notar que Lorenzo miraba a Amelia con cierta distracción, sintió un apretón en el corazón Con un “Hermano? ¿Qué haces aqui?” se adelantó cariñosamente a tomar su brazo, posicionándose habilmente para bloquear la linea de visión entre Lorenzo y Amelia.
Lorenzo
a no pudo evitar volver tu atención hacia Fabiana.
Retiró su brazo discretamente.
“Vine a buscar a Rufino“, dijo con una voz que carecía del calor de antes.
Desde aquel incidente, Lorenzo se encontraba con sentimientos encontrados cada vez que veia a Fabiana, especialmente cuando ella intentaba abrazarlo afectuosamente en la empresa.
“El Sr. Rufino se fue a almorzar con unos clientes, pero supongo que ya casi regresa. Te llevo a la sala de juntas para esperarlo“, dijo Fabiana, sin prestar atención al disgusto de Lorenzo, lo tomó del brazo para dirigirse a la sala de
reuniones.
Ella miró de reojo, pero no se resistió.
Fabiana mantuvo su agarre hasta que estuvieron en un lugar apartado. Entonces, relajó un poco sus párpados y dejó escapar un suspiro de alivio, aunque su corazón seguia latiendo con fuerza, lleno de una ansiedad que no encontraba como asentarse.
Desde que confirmó que Amelia era Amanda Sabin, no solo le resultaba imposible enfrentarse a ella con naturalidad, sino que también sentia pánico cada vez que veía a alguien de la familia Sabin Interactuando con ella.
N
o había pasado mucho tiempo desde entonces y Fabiana se sentia tan paranoica que estaba al borde de la locura.
El futuro parecia interminable y no sabia cómo manejar ese pánico.