Capítulo 47
“Has visto esa pulsera antes?” Preguntó Dorian.
Amelia volvió en sí y mirándolo confundida negó con la cabeza. “No, para nada.”
La mirada intensa de Dorian segula fija en ella: “Pero tus ojos me dicen que la reconoces.”
La expresión de Amelia seguia siendo un enigma.
El nunca había visto tal vacio en su rostro.
Instintivamente, agarró su brazo: “¿Amelia?”
El dolor la hizo reaccionar un poco y al mirar a Dorian, vio su hermoso rostro lleno de preocupación y un destello de ansiedad, mezclado con la urgencia por descubrir la verdad.
Fabiana, que estaba furiosa porque nadie le hacia caso, se acercó a ellos molesta: “¿Qué hacen? ¿Acaso no estaban prestando atención al camino? ¿Qué hubiera pasado si chocaban a alguien?”
Amelia, sacada de sus pensamientos, se disculpó: “Lo siento, fue un descuido de nuestra parte. ¿Estás bien?”
Fabiana la reconoció como la chica a la que casi había tumbado el día anterior en la feria, un poco sorprendida dijo: “Ah, ¿eres tú?” Y con un gesto grandilocuente de su mano, agregó: “No hay problema, estoy bien. Pero la próxima vez manejen con cuidado, no vayan a atropellar a alguien.”
Al darse cuenta de que Dorian, el hombre que le había agarrado la muñeca en la entrada del hotel, la miraba fijamente, en especial su pulsera de cuentas, la chica rápidamente la cubrió con su otra mano y dio un pequeño paso hacia atrás. “¿Que pretendes ahora? Preguntó nerviosa, “Ya te dije que esto es mío, lo he tenido desde que tengo memoria, no te atrevas a pensar en quitarmelo.
Aún confundida, Amelia no pudo evitar mirar la pulsera que Fabiana protegía, pero su mirada se desvió hacia Dorian.
Vio cómo su frente se fruncía levemente, contemplativo, dándole una mirada a Fabiana.
“¿La has tenido desde que tienes memoria?” Preguntó.
“Por supuesto”, respondió Fabiana sin dudarlo, escondiendo su mano al lado de su cuerpo y mirando a Dorian con curiosidad y algo de sospecha. “¿Y tú quién eres? ¿Por qué te interesa tanto esta pulsera?
Amelia no sabía por qué, pero no le gustaba cómo Fabiana miraba a Dorian y viceversa. No estaba segura si eran celos debido a los sentimientos que aún tenía por Dorian o simplemente porque Fabiana podria ser Amanda, la chica que podria ocupar un lugar especial en el corazón de su ex.
No le gustaba sentirse así y sabía que no tenía derecho alguno a preocuparse por ello.
Miró su reloj y luego al hombre: “¿Qué tal si ustedes siguen charlando? Estoy a punto de llegar tarde a clase, mejor me
voy.
Dorian dirigió su atención hacia ella: “Te llevo.”
“No hace falta”, rechazó, “puedo ir sola, está cerca.”
Se dio la vuelta para irse.
Él la detuvo por la mano: “Insisto en llevarte.”
Fabiana los observó confundida y decidió no intervenir, agachándose para recoger su tarjeta estudiantil que se habia. caído al suelo.
Dorian también echó un vistazo a la identificación en el suelo, su mirada se detuvo al ver el nombre, teléfono, carrera y
el año.
Amelia notó su pausa.
Racionalmente, sabia que no había nada malo en ello. Dorian estaba buscando a Amanda y al aparecer esa chica podria ser ella, era lógico que estuviera interesado en su información personal.
Capitulo 47
Despues de todo, ellos ya estaban divorciados, eran dos individuos libres y no había problema alguno si Fabiana y él estuviesen juntos.
Pero emocionalmente, todavía le molestaba que Dorian se interesara en esa chica que habia amado durante tantos años. Pero no dejó que sus emociones se reflejaran en su rostro.
La mirada de Dorian duró solo un instante.
Él la acompañó hasta la entrada del edificio académico.
“Vendré a buscarte después de clases.” Como siempre, él le susurró con suavidad.
Amelia, como de costumbre, asintió ligeramente, pero durante la clase, su estado de ánimo se vio afectado por eso, con frecuencia estuvo distraída, especialmente al darse cuenta de que Fabiana también estaba en la misma aula, asistiendo a clase.
Ella no se dio cuenta de que estaba en la misma clase que Fabiana hasta la mitad de la lección.
Era una de esas clases magistrales a las que asisten varios grupos a la vez
Acostumbraba sentarse en la primera fila, sin prestar atención a quiénes estaban detrás, hasta que Fabiana levantó la mano para responder una pregunta y se percató de su presencia.
Esa coincidencia le dejó un sentimiento sutil.
Como si el doble se encontrara con el protagonista, con un destino que se entrelaza cada vez más.
Rafael estaba sentado a su lado, notando claramente que ella estaba distraída y que ni siquiera escuchaba cuando el profesor la llamó por su nombre.
La pluma en la mano de Rafael tocó discretamente la mesa dos veces
Amelia lo miró con desconcierto.
“El profesor hizo una pregunta”, susurró Rafael, cubriendo su boca con la mano, advirtiéndola con cuidado.
Fue entonces cuando Amelia se dio cuenta de que toda la atención estaba puesta en ella.
Afortunadamente, siempre era rápida para reaccionar y tenia una base sólida de conocimientos, así que echó un vistazo rápido a la pantalla y adivinó de qué se trataba la pregunta del profesor, logrando responder de manera fluida.
Después de la clase, inusualmente Rafael no fue el primero en irse, sino que miró a Amelia, que todavía estaba
recogiendo sus cosas
“¿Pasa algo?”, preguntó, “Hoy pareces un poco fuera de lugar.”
“Tal vez no dormi bien anoche”, respondió ella, algo avergonzada pero agradecida, “Gracias por antes.”
El hombre sonrió levemente: De nada.”
Pero no se fue de inmediato, esperó a que ella terminara de recoger.
Los demás ya se habían ido en pequeños grupos y la sala de clase se vació rápidamente.
Amelia siempre había sido de las que se quedaban hasta el final, recogiendo sus cosas sin prisa, pero al ver que Rafael
la esperaba, no quiso demorarse demasiado, así que rápidamente guardó sus notas, libros y se levanto para irse con
él.
Fabiana, que había estado recogiendo sus cosas sin prisa, aprovecho la oportunidad para acercarse e iniciar una
conversación con ella.
“Qué coincidencia, resulta que también estudias diseño arquitectónico.”
Ella tambien se habia dado cuenta de que Amelia estaba en el mismo programa cuando la vio responder a la pregunta del profesor y tras sus dos encuentros anteriores, tenia una buena impresión hacia Amelia, asi que no pudo evitar acercarse para conocerla mejor
Amelia se sorprendió por su iniciativa, pero respondió con una sonrisa: “Si, qué coincidencia”
go, Fabiana claramente tenía una person
extrovertida y animada, con una sonnsa que formaba
media tuna, ya estaba extendiendo su mano hacia Amelia ‘Conozcamonos, me llamo Fabiano.”
Amelia ne tuvo más remedio que extender su mano y estrechar la de la chica: “Hola, me llamo Amella.”
Fabiana inmediatamente fa elogid: “Ese nombre es muy bonito, se ajusta mucho a tu personalidad.”
Elta le devolvió la sonrisa: “Gracias Tu nombre también es lindo.”
“Mi nombre no es para nada lindo, es muy común.” Fabiana hizo un mohin, luego preguntó con curiosidad, “¿De dónde eres? Tu acento no suena como de por aquí, ¿no seremos de la misma ciudad, verdad?”
Amelia respondió: “Creci en Arbolada.”
Fabiana abrió la boca sorprendida. “Vaya, realmente somos del mismo lugar! Yo también viví en Arbolada cuando era pequeña, luego me mude con mi familia a Valverde.”
Amelia sonrio: “Qué coincidencia.”
“Si, una gran coincidencia”, agrego la chica con un toque de pesar, “Escuché que originalmente soy de Arbolada, pero cuando era niña me perdi y no pude encontrar a mi familia, asi que tuve que mudarme a Valverde con mis padres
actuales
Luego se alegro de nuevo “Pero mi familia adoptiva me trata muy bien, asi que no tengo nada de qué arrepentirme.”
Amelia se quedó pensativa con la frase “me perdi y no pude encontrar a mi familia”, así que la miró con hesitación: “Cuando eras pequeña, ¿te perdiste de tu familia?”