Capítulo 459
“Está bien, pero cuidate, ¿si?”
Rufino asintió con seriedad, la situación pasaba de ser menor a mayor, definitivamente necesitaban a alguien con autoridad para manejarla.
Ultimamente, estaba tan atareado que no podia despegarse del trabajo, así que tuvo que enviar a Amelia para que evaluara la situación.
“Voy a empacar y enseguida me voy para allá.”
Amelia se despidió de Rufino y fue a su oficina a delegar sus tareas pendientes, luego se dirigió a casa.
Serena estaba también en casa y se alegró mucho al ver a su madre. Dejó caer su juguete y corrió hacia su ella, ofreciéndole zapatillas mientras trataba de ver si Dorian venia detrás de ella. Al no verlo, preguntó con curiosidad: “Mami, ¿y papa?”
“Papa todavia está trabajando, va a volver cuando salga de la oficina.” Amelia se agachó frente a ella. “Tengo que hacer un viaje de trabajo por unos dias, ¿puedes quedarte con papá en casa, mi amor?”
“¿Y cuando vas a volver, mami?” Serena preguntó, su carita feliz se tornaba cada vez más melancólica.
Amelia sintió un dolor en el pecho al verla asi.
La abrazó fuerte y tardó un rato en soltarla, luego dijo suavemente: “Aún no lo sé, pero te prometo que en cuanto pueda, vuelvo para estar contigo, ¿está bien?”
La niña asintió al instante, más calmada: “Está bien.”
“Entonces tienes que portarte bien y hacerle caso a papá, ¿si?” Amelia preguntó.
“Está bien.” Serena asintió de nuevo.
Acarició su cabecita con ternura y luego se levantó para ir a su habitación a empacar.
Habia reservado un boleto para el tren rápido que salía en dos horas, no podía darse el lujo de demorarse con la urgencia del asunto, así que después de empacar, tomó un taxi a la estación.
Al subirse al tren, Amelia sacó su celular y abrió WhatsApp para escribirle a Dorian:
“Voy a estar de viaje estos dias, te encargo a Serena,”
Después de escribir, dudó un momento antes de finalmente enviar el mensaje.
Dorian estaba en una reunión con Yael cuando recibió el mensaje, lo que le hizo desviar la mirada hacia su celular y quedarse pensativo.
Yael se detuvo preocupado: “¿Sr. Ferrer?”
Él lo miró: “¿Hay algún proyecto en el Estudio de Arquitectura Esencia–Rufino que requiera viajar?”
“No que yo sepa.” Yael no estaba seguro, “Rufino no ha dicho nada sobre viajes, lo he visto bastante relajado estos
días.”
Dorian frunció el ceño pensativo.
“¿Hay algún problema?” Preguntó su asistente con cautela, mirando hacia el celular que ya estaba apagado sobre la
mesa.
“No es nada.” El apartó la vista, “Puedes retirarte.”
“De acuerdo.”
Yael salió rápido, cerrando la puerta con cuidado detrás de sí.
Dorian volvió a mirar su celular, lo tomó y después de un momento de silencio, respondió: “¿Cuándo regresas?”
La respuesta de Amelia no tardó: “Aún no lo sé.”
12.23
Capitulo 459
Dorian empezó a sentirse inquieto, tamborileando su celular con los dedos. Empezó a preguntarse si Amelia estaba pensando en dejarlo todo, incluso a su hija.
Amelia había estado ausente en el cuidado de Serena esos últimos días, casi como si estuviera dejando que su hija y él
se acostumbraran el uno al otro.
Dorian no podia evitar hacer tal suposición.
La última vez que Amelia intentó llevarse a Serena, había trabajado en la mañana y hasta había pedido comida con los colegas al mediodía, pero justo cuando todos salieron a almorzar, se fue sin hacer ruido.
Esa táctica de actuar primero y reportar después ya era pan de cada día para ella.
Dorian soltó un largo suspiro, intentando controlar la irritación que comenzaba a sentir.
Agarró su celular y le hizo una videollamada a Marta.
La llamada fue contestada rápidamente, con un fondo que parecía ser su casa,
“¿Está Serena en casa?“, preguntó Dorian.
“Sí, pero ya se durmió,” respondió Marta, girando la cámara del celular para mostrar a la niña, que ya estaba dormida.
“¿Su mamá fue a casa hace poco?“, preguntó Dorian.
Marta asintió: “Si. Dijo que tenía un viaje de trabajo. Terminó de empacar y se fue.”
Dorian preguntó, “¿Le dijo a Serena por cuántos días se iba?”
Marta negó con la cabeza: “No, eso no lo dijo.”
“¿Y antes era así también?“, preguntó Dorian, “¿No le decía a Serena más o menos cuándo iba a regresar?”
“Para nada,” negó Marta de inmediato, “Antes, Meli siempre le dejaba claro a Serena a dónde iba y por cuánto tiempo, para que no se preocupara.”
Él frunció el ceño al escuchar eso.
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